...tan solo me bastó mirarle a los ojos para saber que algo en mí comenzaba a latir...
🫀
-Tu hermano lleva mirándonos demasiado tiempo-me susurró Alejandro colocando su mano izquierda sobre la encimera.
-Déjalo, así se entretiene-me encogí de hombros y volví a centrar mi mirada en la tarta.
-No entiendo porque tienes que hacer tú la tarta, se supone que es tu cumpleaños-acercó la otra mano a mi rostro y me apartó un mechón que se había soltado del moño.
-En los momentos de estrés me encanta hacer tartas, bueno, repostería en general-lo miré a los ojos y sonreí-. Y así mí madre respira tranquila al saber que la tarta no lleva azúcar. Y bueno-le di una palmadita en el pecho y lo miré sonriendo-, así tú también puedes comer.
-Buena jugada-apartó la vista riéndose.
-¿Has visto? Te lo dije-el dedo índice lo señaló con autoridad-, yo nunca pierdo.
-Creída-rodó los ojos.
-Imbécil-entrecerré los ojos y caminé hasta la nevera.
Guardé la tarta y suspiré. Mi familia ya había llegado, o al menos, gran parte de ella. Habían venido tanto mis abuelos paternos, como los maternos. Vinieron los hermanos de mi madre y mis primos. A la única que eché en falta fue a mi tía Katrina, la cual estaba destino a Singapur.
-¿Vienes?-Le dije una vez mi función en la cocina había finalizado.
Alejandro asintió y salimos de la cocina. Por suerte, todos estaban pendientes de Río y de como bailoteaba una canción de Tini. Tenía buen ritmo, reí al verlo con tanto arte y agradecí que la atención de los invitados estuviera plenamente centrada en él. El único que se dio cuenta de que Alejandro y yo nos habíamos metido en mi habitación fue Jason, el cual me miró con una sonrisa cargada de maldad. Le hice el gesto de que se callara y posteriormente le dejé claro que si hablaba estaría muerto.
-Eres muy drástica con él-el futbolista se dejó caer en la cama y yo negué con la cabeza.
-No lo conoces. Es un chivato de mierda-me solté el pelo y me senté en la silla del escritorio-. Está obsesionado.
-Quizás te quiera más de lo que ambos os pensáis-sugirió y yo medio asentí.
-Es rara la relación-me di la vuelta y me miré al espejo.
Saqué todo el maquillaje y procedí a retocarme. No quise llenarme la cara de mil potingues, tan solo era una fiesta informal con mi familia. Con suerte me sacarían pocas fotos y como muy tarde a las diez todos ya se habrían ido. Lo único que quería era pasar un cumpleaños tranquilo. Tres años los pasé sola, aunque no del todo, Jan, Ulises, Noelia y yo nos íbamos al Dominos y arrasábamos con todo. Nunca antes había comido tantas pizzas.
-¿Te puedo hacer una pregunta?-desvié la mirada al espejo y lo vi jugar con un peluche de cuando era pequeña y que le tenía mucho aprecio.
-Si te hace ilusión-volví a centrarme en mis labios y me puse el gloss expectante.
-¿Desde cuándo eres vegetariana?
-Desde los quince años-dije no muy segura-. En clase nos pusieron un documental que me traumatizó y en cuanto llegué a casa le dije a mi madre que no quería comer carne. Fue un proceso duro, pero al final me acostumbré. He intentado varias veces ser vegana, pero me cuesta más.
-Interesante-dejó el peluche bien colocado y se levantó.
Caminó por mi lado y se metió en el baño. Suspiré y me miré al espejo. Había conseguido arreglar el desastre que me habían provocado Jan y Noelia aquella mañana en clase. Inconscientemente sacaron el tema de la chica violada en la noche de año nuevo, y a mí se me cayó el mundo al suelo, ellos no tenían ni idea de que esa chica era yo, y entre que me tocó disimular y volver a revivir todo, me tuve que ir al coche a llorar. Le mandé un mensaje al futbolista y no dudó en acercarse al piso en cuanto tuvo un rato. Me salté la mitad de las clases, pero lo último que quería era estar rodeada de gente.
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Bendito Castigo ▪︎ ALEJANDRO BALDE
FanfictionEn el peor momento de mi vida, en aquel preciso instante donde quise morir. Las lágrimas caían por mis ojos, el llanto más desgarrador, sentía que me faltaba el aire. No podía más, no pude más. Mi cuerpo poco a poco se iba apagando, la sangre se des...