Capítulo 10

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...lo que más me gustó de él fue que me tocó el alma antes que la piel...

🫀

Viernes, 15 de febrero del 2023

-Entonces, ¿estáis juntos?-preguntó mi prima Violeta nada más subirse en el coche.

-Vamos a ver Vilu, ¿qué parte de nos estuvimos comiendo la boca toda la noche y a la mañana siguiente no nos dirigimos la palabra no has entendido?-golpeé el volante y mi prima se echó a reír.

-¿Llegasteis a tener relaciones?-se interesó y yo suspiré.

Con mi prima era con la única que no tenía secretos, ella lo sabía todo de mí y yo todo de ella. Digamos que era mi mejor amiga, pero la veía muy poquito y siempre que quedábamos nos poníamos al día. Nunca me importó hablarle de mis ligues, es más, cuando me liaba con un tío la primera persona en saberlo era ella. Pero con lo de Alejandro todo fue diferente, no quise que supiera mucho, más que nada porque todo ocurrió demasiado rápido y yo todavía no me había mentalizado de ello. Alejandro era especial, eso lo tuve claro siempre, pero las dudas me invadieron. No sabía si me atraía realmente o si solo era que al estar tan pendiente me había obligado yo misma a sentir por él.

-No, pero sí hubo tocamientos-acabé confesando porque necesitaba que mi prima me diera su punto de vista.

-Define tocamientos-me miró con la típica sonrisa burlona y yo acabé rodando los ojos.

-¿Hace falta que te lo explique?

-Por supuesto, tocamientos puede significar muchas cosas, querida-mi prima Vilu entrelazó sus manos y me miró muy digna ella.

-Digamos que comenzamos a besarnos, ambos comenzamos a tener calor, mucho calor-tragué saliva, con tan solo imaginarme el momento la chispa se avivaba en mí-. Me subí a su regazo y ambos nos quitamos la camiseta. Los besos no cesaban, yo estaba súper excitada y él más de lo mismo.

-Vamos que os pusisteis los dos más calientes que el núcleo de la tierra-me cortó mi prima.

-¡Vilu!-grité y ella comenzó a reírse.

-Bueno, prosigue-me pidió, más bien, me ordenó.

-Como te gusta lo que te encanta-volví a rodar los ojos y ella asintió con la cabeza-. Mis manos acariciaron su abdomen, hasta el punto de notar como...bueno...esto...que su...

-Sí, que se le puso dura.

-¡Violeta!

-Chica que no pasa nada por admitirlo. A todos les pasa, bueno, a casi todos-aclaró y solté una risilla.

-Sigo-dije y ella asintió haciendo morritos. Con mi prima no podía tomarme nada en serio, siempre me acababa haciendo reír y me interrumpía cada dos por tres, tanto, que a veces me tiraba una hora para contarle un cosa que en diez minutos hubiera acabado si no me hubiera estado cortando-. Se colocó sobre mí, joder que bien besa tía-me mordí el labio al recordarlo-. Coló su mano por mi ropa interior me tocó ahí abajo hasta que me acabé viniendo-la miré de reojo y la pillé asintiendo con la cabeza como si estuviera orgullosa de mí.

-Por favor-suplicó-, por favor, dime que tú le hiciste una paja.

-Violeta tía-me quejé mientras notaba como el rubor ascendía por mis mejillas.

-Me parecería muy injusto que el chaval acabara a dos velas-se cruzó de brazos y yo me pellizqué el labio en lo que esperaba que el semáforo se pusiera en verde.

-Eso no pasó-no me atreví a mirarla.

-¡¿Se la hiciste?!-preguntó emocionada y yo negué con la cabeza-. ¿Entonces?-mi prima estaba al borde de perder los nervios.

Bendito Castigo ▪︎ ALEJANDRO BALDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora