Cap 39: orgulloso

1.2K 78 2
                                    

-Quiero chocolate - pedí encaprichada como una niña.

Estábamos en el súper comprando las cosas que nos hacían falta para sobrevivir todo el mes. Nico ya no aguantaba mi humor pero el pobre santo me consentía como una princesa.

-Cual querés amor? te compro la fábrica si queres- me dijo agotado empujando el changuito.

-Este - le dije poniendo varios paquetes de kinder en el carrito mientras iba a  abrazarlo por detrás.

-Que cariñosa - me dijo divertido y mí reacción fue soltarlo e irme unos pasos adelanté ofendida

-Da amor - se quejó el por mí actitud repentina y me siguió sin insistirme mucho.

Mí humor cambió en estos días por mí periodo y Nico se veía gravemente afectado por ello. Me abrazaba y calentaba la almohadilla para mis cólicos cuando me sentía mal y me daba mí espacio cuando lo necesitaba. En fin era el novio perfecto conmigo.

-El día que dejes de ser bipolar se cae el mundo - me dijo observando como pasaba del enojo a la alegría en un segundo.

-El día que dejes de ser un boludo también se cae el mundo - le respondí en ataqué.

-El día que dejes de ser una rubia teñida baja dios del cielo- me dijo caminando. Mí pelo era natural y me molestaba que piense que me lo teñia porque el sabía que no era así.

-El día que dejes de ser un viejo choto que duerme todo el día, revive la reina Isabelle y nos juntamos a vivorear juntas- le dije pegándole en un punto débil, odiaba que le diga que era un viejo porque me llevaba 10 años.

-Que decís Julieta? vieja es Mirta Legrand - me respondió a la defensiva haciéndo que me ría de el en su cara

-Admitilo Nico sos un viejo enclosetado- le dije riendo pero el me miró serio y empezó a caminar con el carro a la caja.

Reprimia la risa porque no quería que se enoje más pero era muy gracioso sus reacciones. Estaba muy lejos de ser viejo, pero me gustaba molestarlo con eso porque sus respuestas eran divertidas.

-Olvidate del perro, del gato feo o hamster, no vamos a adoptar un carajo- me dijo mientras subíamos las bolsas al auto.

La vuelta a casa fue silenciosa, el ambiente era tenso y ninguno hablaba ni estaba cerca de pedir perdón por ahora.

Mí tarea favorita era ordenar las compras así que eso me dediqué a hacer mientras Nico iba a la pileta a refrescar su cuerpo. Verlo en cuero me hacía sentir mariposas como el primer día que lo vi y el ni cuenta se daba.

Me tomó un rato ordenar hasta que dejé todo en su lugar..Como disculpas me dispuse a  hacer una limonada para Nico y se la llevé a la pileta a paso lento y arrepentido.

-Te hice limonada- le dejé su vaso al costado de la pileta pero lo ignoró al igual que a mí.

Volví a la cocina a ponerme la maya porque después de comer me metería a la pileta, por ahora iba a cocinar unas hamburguesas caseras con ensalada.

Nico siempre me ayudaba con la carne porque me daba mucho asco hacerlo a mi, estaba vez me tragué mí orgullo y vómito y puse manos a la carne para condimentarla y cocinarla. La ensalada tenía tomate, zanahoria y huevo duro para ser exactos y un rato después ya estábamos comiendo en la mesa con el único sonido de la tele en el ambiente. Nicolas había puesto videos de Davo Xeneize y escuchabamos cómo hablaba de Riquelme como si fuera el mismo.

-Es un cago de risa este chabon - dije queriendo romper la tensión que se podía cortar con los dientes.

-Si- contestó sin dejar de lado su molestía.

Prohibido [Nicolas Otamendi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora