CLARO DE LUNA

Parte 2

"Una silenciosa plenitud se levantó a mi alrededor, mientras el olor a rosas y jazmín invadía mis pulmones. La tranquilidad me dominaba al escuchar el agua recorriendo mi cuerpo con gentileza.
"¡Estoy flotando!".

Abrí los ojos para encontrar los rayos de sol tocándome el rostro amablemente. Observé el cielo resplandeciente con su hermoso azul, y la variedad de flores que rodeaban el arroyo, perfumaba el aire con agradables notas dulces. Llenado de colores aquel espléndido paisaje.

Millones de sensaciones difíciles de explicar me arroparon el Alma en una calidez inmensurable.
¡Este es mi paraíso!. Quisiera permanecer aquí para siempre, pensé.
Sin embargo, una extraña sensación de vacío inundó mi corazón, anunciando que ya era muy tarde para eso. Entre tanto, un dolor sofocante cruzó por el pensamiento, quebrando por completo mi perfecta ilusión.

Lo próximo en percibir, fue el olor a hierro impregnando la atmósfera.
Escuché el estruendoso ruido proveniente de las enormes bolas de fuego que descendían del firmamento.
¡El cielo se vestía de luto!. Gritando con furia su frustración y acabando con todo a su paso.

Los lamentos se apoderaban del lugar al ritmo del choque de las espadas que desesperadamente se oían en la cercanía. Fuertes ráfagas de aire se extendían por las llanuras, y las impetuosas llamas quemaban mi piel desnuda con siniestra intención, dejándome sin aliento.

Logré levantarme de lo que claramente no es un «paraíso». El mar de sangre se perdía en el horizonte, apilando en su camino cientos de cadáveres desmembrados.

"¡Por Dios, esto es una masacre!".

No podía creer lo que contemplaba. En forma de simbiosis, la carne, los huesos y la sangre, se mezclaban, formando una especie de líquido negro viscoso, que se extendió entre las fallas del terreno, manando en su marcha un nauseabundo olor que envenenaba la tierra al tocarla.
Me recliné por el impacto de lo que estaba viendo, cayendo encima de una pila de cuerpos irreconocibles. Era demasiado para procesar.

Mire fijamente mis manos cubiertas del líquido negruzco, siendo evidente mi conmoción. Pensé en quién tendría el corazón tan despiadado, capaz de crear tal infierno. Y el miedo, que hasta ahora no se alojaba en mí, comenzó a palpitar desde las entrañas"

Un leve susurro me sacó del letargo. Era el sonido de un hombre, tan suave que sentía su afecto.
"¡Te buscaré, y te llevaré a donde perteneces Evangeline. ¡Crearé para ti, tu propio paraíso!"

El dulce anhelo que desprendían esas palabras me hacía sentir segura.

"¡Ya es hora de que despiertes!". La voz volvió, ahora, con más firmeza.

La penumbra regresó..., haciendo que me despertara de esa horrible pesadilla...

✦ ✦ ✦

La voz de mi madre se oyó en la habitación. Respiré profundamente y miré el reloj en mi mesa de noche marcando las 2:45 am. "Qué desperdicio de sueño", me queje.

—Hija, ¿sigues despierta? —replicó mamá.

—Sí, mamá. Pasa. ¿Qué sucede?

—Hola, mi niña. Solo me aseguro de que estás bien —dijo al abrir la puerta y encender la luz—. Tu papá y yo estaremos en la vigilia hasta el amanecer. ¿Te gustaría venir? —el rostro de mi madre lucía demacrado, con signos de haber llorado. Ella no ha dormido desde la desaparición de Nico.