Parte 22

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EVANGELINE

—¿Entonces decidiste irte por ese camino? —exclamó Eros cuando aparecimos en su gran salón. Refiriéndose claramente a Dark—. Un beso no es el fin del mundo. Por lo menos en tu plano —dijo con amargura, sentándose en su ridículo trono. El problema no fue que lo dijera. Si no delante de quién lo dijo. Melior e Isabel estaban a unos pasos de mi ubicación mirando con asombro.

Miré en otra dirección y pude ver de pie a unos metros de distancia una figura que ya había visualizado antes. Era la mujer vestida de amarillo que vi en esta misma sala el día de la unión de Dark con Neftaly.  Ella detalla discretamente cada unos de mis movimientos, con cautela. Me sentía un ratón y ella el gato.

—¿Besaste a Eros? —preguntó Isabel arrugando la cara al acercarse a mí.

—¡Nunca! —dije sin quitarle la mirada a la mujer, la cual me observaba con seriedad.

—Entonces... ¿Dark? —inquirió abriendo los ojos con sorpresa.

Asentí en el momento en que Dark irrumpió en la sala —para mi fortuna—.

—¡Talana! —exclamó Dark sin perder tiempo, dirigiéndose a la mujer—. ¡Qué gusto me da verte!

"Entonces esa es la bruja". Pensé.

—Mi Lord Dark —contestó Talana inclinándose con respeto—. No esperaba verlo tan..., pronto —dirigió su mirada hacia mí.

—Su alma... —dijo Dark señalándome.

—Se fracturó. Lo sé. Mis palabras eran más que advertencia, mi lord —agregó Talana con sabiduría—. Sin embargo, por lo que veo. Hoy aquí nada ha cambiado. Usted sigue sin entender las consecuencias de desviar un destino que no le pertenece.

Eros bufo.

—No vinimos a hablar de eso, Talana... —intentó reprocharle Dark. Pero yo lo detuve inmediatamente. Cosa que pareció animar a Eros quien miraba el techo, aburrido.

—¿Tú sabías que podía morir y aun así rompiste el vínculo? —pregunté. No podía creer lo que estaba oyendo.

Dark solo guardo silencio, pero en su mirada pude saber la respuesta.

—Pude morir Dark —más que un reclamo me sentía traicionada—. Mentiste. Dijiste que solo olvidaría todo lo que había vivido contigo. Pero nunca me advertiste de una muerte. Acaso, ¿todos aquí lo sabían?

—En mi defensa —Eros levantó la mano—. Me negué en todo momento a que te mintieran —Melior al escucharlo hablar rodó los ojos.

—¿También lo sabías Melior? —él asintió—. O sea que tú también me mentiste.

Vi como el rostro de Isabel se contorsionaba con ira dirigida hacia Melior. No era necesario preguntarle a ella. Jamás aceptaría algo así.

—Talana —dije con amabilidad— puede decirme mis opciones. ¿De qué solución habla Dark?

Talana espero la afirmación de Dark antes de hablar. Cuando este asintió, ella posó su vista en mí con una expresión neutra. Hasta ahora, no he percibidos ninguna emoción pasar por su rostro.

—Solo hay dos opciones, Evangeline. Una sería entregar tu alma al averno y servir al círculo al que perteneces. Por lo que puedo ver en ti. Tienes el toque del creador. Deberías estar en el primer círculo junto a Eros —no era sorpresa, para mi. Ya lo sabía. Divise como Dark apretó los puños con ira cuando contempló la expresión de satisfacción en el rostro de Eros.

—¿Y la otra? —exigí saber.

—Salvar tu alma a través de un sacrificio.

—¿Sacrificio?

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