Parte 28

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Eros aguardaba de pie en frente a su ostentoso trono. Su traje azul claro y cabellos recogidos es señal de que se vistió para la ocasión. Ya no parecía el hippie vagabundo que conocí hace meses atrás.
Ante mi presencia se inclinó en reverencia. ¡Jamás pensé ver algo asi!

—Te sienta bien el poder, mi querida Lilith —manifestó dedicándome una oscura sonrisa.

Lo observé detenidamente por un momento, pensando en la manera más factible de entrar en su cabeza.
—Sé que espiabas mis vidas pasadas esperando el momento oportuno para decirme la verdad —exclamé sin rodeos. Él me observó con sorpresa—. No soy tan tonta como crees.

—Jamás pensaría algo así de ti. Solo me sorprende lo astuta que sigues siendo.

Ignore sus palabrerías.

—¿Cuando te diste cuenta de que esta vez mi vida sería diferente?

—No lo entiendo. Puedes acceder fácilmente a mis recuerdos con tu dominio, pero... ¿Aun así me preguntas? —agrego entrecerrado los ojos.

—Prefiero no hurgar en las mentes de los demás innecesariamente —respondí—. Aunque sí percibo una pizca de mentira, te obligaré a decir la verdad.

—Ja, ja —sonrió dando algunos pasos alrededor del salón—. No será necesario, querida. A ver, ¿por donde comienzo?

—¿Por el principio? —masculle con ironia.

—Creo que lo primero que debes saber es que conocí a tu abuela...
¡Qué mujer tan encantadora!
Una bruja, por supuesto. De lo contrario, nunca hubiera podido convocar a un demonio mayor. Debo admitir, que sorprendió lo mucho qué sabía del infierno y cómo funcionaban nuestros reinos. Los hijos del hombre normalmente ignoran esas cosas. Ustedes solo conocen la historia que les muestra la biblia. Pero ya debiste de darte cuenta de que somos más que eso —agregó.

Poco a poco, todo comenzaba a tener sentido en mi cabeza.
—No te desvíes —comenté con entereza.

—Lo siento por divagar. Es la costumbre. Pero bueno sigamos. Mucho antes de que nacieras, tu abuela tuvo una visión sobre ti. Ella te vio venir al mundo. Un alma vieja, condenada a reencarnar por la eternidad. Una niña nacida del fuego y tragada por la oscuridad. Inmediatamente, supe que se trataba de ti —silencio—. No puedo negar que me complació oír, que te vería de nuevo. Pero lo que llamó mi interés, fue cuando comentó que ibas a nacer con el poder de dominar la mente. Al principio me negué a creerlo. En ninguna de tus vidas habías tenido el toque del creador. Pero el tiempo comenzaba a encajar. Fue así como caí en cuenta. Todo se estaba alineando para tu regreso. El destino tomaría su causa, tal cual como debió ser en el principio. Ese fue el instante en el que supe que te debía proteger.

—¿Protegerme? Acaso tú...

—Puedes torturarme si así lo deseas. Esa es la verdad. Pero por alguna razón te encontraste con mi hermano Dark. Eso no debió suceder. En ese instante te volviste el blanco de todos. Sobre todo de Neftaly.

—¿Por que ella me odia? ¿Que fue lo que le hice en mi otra vida?

—¿Acaso no lo recordaste? —preguntó Eros con interés. Negué con la cabeza.

—Bueno... Neftaly fue creada para Lucifer. Prometida para algún día suplir el trono junto a estrella de la mañana. Él, la recibió bajo su protección y la respetaba como su destinó. Pero todo cambio con tu llegada, Eva. Mi padre, me creo, para ti. Para iniciar a la humanidad. Para traer manos creadoras de sueños, como las tuyas. Un lugar hermoso donde todos vivieran en paz con la naturaleza. Nuestro paraíso.

—¿Paraíso? ¿Y donde dejas nuestro pecado? Pecados que acabarían con el paraíso que tanto mencionas.

Eros guardó silencio y se movió hacia su trono, sentándose con arrogancia.

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