Parte 19

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Después de ver aquella escena entre Melior e Isabel donde parecen personajes salidos de una novela de amor, intente hacer lo mismo con Dark. A pesar de que, claramente, él y yo no somos más que personajes secundarios en una película de terror. Donde seguramente algunos de los dos deberán morir.

—Y a usted, Lord, ¿le gustaría acompañarme? —le pregunté a Dark alzando el brazo. Pude notar como sus ojos me respondieron sin decir una palabra. Se acercó pero sin tomar mi mano. Era lógico. Solo lo hice como un chiste. La verdad es que raras veces sé qué pensar o qué sentir cuando lo tengo tan cerca.

—¿Quién irá adelante? ¿Tú o yo? —habló con una luminosa sonrisa en sus labios.

—¡El que tiene más poder! —exclame empujándolo delante de mí.

Las nubes oscuras nos advertían de la inminente lluvia que se avecinaba. Entre tanto, el camino en la montaña se encontraba húmedo y lleno de lodo, cosa que me dificulta el paso. Maldije por no cambiarme los zapatos cuando el barro llegó casi a mis rodillas a medida que ascendimos. Dark andaba en silencio. Caminando con habilidad apenas tocando el suelo. Parecía sumergido en sus pensamientos. Sereno y apacible. Deduzco que es para hacerme sentir segura. A pesar de que él no lo está realmente.

—No respondiste mi pregunta —dije mientras intentaba seguirle el paso.

—Hiciste tantas que no sé a cuál te refieres.

—¿Cómo es que Samael se interesó hace tiempo atrás de alguien como yo?

Dark se detuvo sin mirar atrás. Suspiro y luego siguió su andar.

—Bueno. Supongo que siempre me atrajeron los problemas —añadió.

—¿Problema? ¿Eso era? —escuché como reía al escucharme.

—Mmm. Más o menos —contestó ladeando la cabeza.
Siempre tan errático para hablar. En su tono se notaba la incomodidad que sentía. Así que preferí cambiar el tema.

—¿Es cierto lo que le dijiste a Eros? ¿Mi alma no volverá a este plano si muero?

Relámpagos y truenos comenzaron a sonar muy cerca. Parecía que el cielo deseaba evitar nuestra bajada al infierno.
Dark volvió a detenerse y dio vuelta para mirarme con seriedad. Observando en el aprieto en el que estaba con todo el lodo. De esa manera se me hacía imposible seguir. Se acercó levantándome en sus brazos, quedando mi rostro justo en su pecho. No intente detenerlo, pues era imposible dar un paso más. Al instante el olor a miel impregnado en toda la ropa seguido de la calidez que emanaba.

Él es mi lugar seguro.

Para entonces Melior e Isabel ya se habían adelantado. Apenas lograba ver la luz de la linterna de Isa entre los árboles más adelante.

Escuche los latidos de Dark acelerarse con cada paso. Estar tan cerca los dos, tiende a pasarnos facturas en los nervios.

—Me temo que no —exclamó Dark con una suave voz—. Para los hijos del hombre, el alma es pura y sagrada. Y cuando se fractura queda atada al plano de los vivos. Una vez que el cuerpo de carne y hueso muera. No habrá más opciones. Ustedes lo llaman fantasmas. Para nosotros son espectros. No volverán a reencarnar. Mucho menos tendrán paz. Se quedan vagando sin rumbo. Desechadas como basura.

—¿Como? ¿Hay diferentes formas de fracturar el alma? —indagué.

—Sí. Las hay. Pero en tu plano la más común es al momento de asesinar. Si un humano le quita la vida a alguien más, su alma se quiebra quedando atrapada. Hay excepciones, por supuesto. Pero no te preocupes por eso. Tú vivirás una vida plena y en libertad. Me encargaré de que sea así.

CLARO DE LUNA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora