El nombre de aquel chico rondaba en mi cabeza como abeja a la miel. "Dark", si va con su estilo. Aunque posiblemente, él sea parte de la locura que crece en mi. Pero... ¿Y si es real? De ser así. ¿Tendrá algo que ver con las visiones?
Mientras pienso, observo a mi madre a través del espejo terminando de peinar mi cabello.
—¡Quedaste preciosa! —exclamó mamá con una dulce sonrisa en sus labios.
Contemple con detalle cada parte de mi atuendo. Un vestido casual sin mangas de un color azul claro, con flores blancas que decoraban la suave tela, cayendo delicadamente sobre mis muslos. Un delgado cinturón pasaba por la cintura definiendo las curvas de mi figura. Resaltó mis ojos y mejillas con un poco de maquillaje. El cabello estaba recogido en una trenza al descuido, que luego decoró con algunos broches de pequeñas margaritas, dejando caer el largo trenzado en el lado izquierdo del hombro.
—Gracias mamá —comenté al abrazarla —. ¿Isabel ya llegó? —pregunto curiosa.
Mi madre bajó la mirada —Ah, si. Respecto a eso. Ella llamó y dijo que no podía ir... —indicó.
—¿En qué momento llamó?
—Cuando estabas en el baño. Y ya no me preguntes más —claramente reconocí que mintió.
Isabel de seguro lo planeo todo, pensé.
—Mamá, ¿recuerdas a la abuela?.
—¿A qué viene esa pregunta Evangeline? —exclamó sin entusiasmo, guardando la pintura de labios en mi bolso.
—A veces me pregunto cómo fue su vida. Prácticamente no se nada.
—¡Un infierno! —exclamó enojada—, esa fue su vida. Un infierno del que nunca pudo salir. No hagas preguntas de las cuales no quieres saber las respuestas.
Escuché cerrar la puerta cuando salió de la habitación. Sé que el tema de mi abuela es algo delicado para ella. Pero, ¿qué tanto daño causó? ¿Acaso me lo contará en algún momento?
Escuché el ruido del timbre, bajé las escaleras y observé de pie en la puerta a Stephen. Podía notar sus nervios, aunque no puedo deducir si es por mí, o porque mi padre no le ha quitado la mirada de encima desde que llegó.
—Bueno... Ya es hora de irnos —exclamé al despedirme de mis padres. Steve me agradeció con la mirada, que lo sacara de allí.
—Te ves hermosa —dijo Steve al abrirme la puerta del auto con una pícara sonrisa.
—Gracias —respondí con mis mejillas ardiendo.
—Presiento que ahora no le caigo muy bien a tu papá —inquirió entrando al Porsche.
—No le prestes atención, ya se le pasará.
—Bueno me ira a odiar más, pero yo muero por besarte.
—¡Hazlo! —contesté con una amplia sonrisa.
Mi respiración se entrecorto al sentir su boca. Su lengua jugueteó con mis labios antes de entrar. En vista de que mi padre nos miraba aún a unos metros, decidimos que sería un beso corto.
—¡Eres mía! —dijo al separarse acariciando mi nariz con la suya.
—¿Tuya?
—¡Mía!
—Ja, ja. No se te ocurra decir eso nunca frente a él —señalé hacia mi padre.
—Algún día lo entenderá —exclamó—, quizás cuando se dé cuenta de qué quiero pasar toda la vida contigo —tomó mi mano y la besó.
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CLARO DE LUNA
Fantasy✦ ✦ ✦ Evangeline, una chica de 17 años con una vida complicada y misteriosa desde su nacimiento. Que de pronto se ve envuelta en extraños acontecimientos gracias a un encuentro que no estaba destinado a suceder. Desatando así, el verdadero Infiern...