Parte 27

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En la calidez de la cabaña, Melior utilizó su dominio para transformar aquel espacio en una pequeña sala de estar con muebles cómodos color madera. La luz en el interior era tenue, solo el resplandor del fuego de la fogata nos iluminaba. En la mesa hizo aparecer comida para nosotras. Manzanas, queso y pan. Y en nuestras manos el delicioso líquido dorado. Su nombre es Source of Life. Pero lo llaman "Solárium" por la calidez que emanaba al tomarlo. Sus ingredientes no me fueron revelados. Talana manifestó que solo las brujas son merecedoras de tal revelación.
Contemple como Isabel limpiaba con su ropa, los rastros de sangre de Melior. Él la aprecia como una joya, tocando sus mejillas con ternura. Sentí un poco de envidia. Sabía que la vida feliz que alguna vez quise con Stephen se había esfumado. No puedo decirle lo que soy. No permitiré que sufra.

—Vamos a enseñarte un truco, Evangeline —hablo Melior sacándome de mis pensamientos— Se llama extracción de memoria —repasé inmediatamente en la mente y me llegó el fragmento de la información.
Asentí.
—Ok. Mírame a los ojos —prosiguió Melior en el mueble frente a mí. Y a su lado Isabel. Mientras Talana se sentó en un banco apartado cerca de la mesa—. Ahora en tu cabeza crea algo que quieras que yo vea —indicó.

—¿Puede ser un fragmento de recuerdos?

—Sí. Una vez que lo tengas, solo hazlo pasar.

¿Hazlo pasar? ¿A qué carajo se refiere?

—¡Nada erótico, por favor! —declaró Isabel entre risas— Sí ya sé una extraña petición para alguien a quien le gusta el demonio de la lujuria —terminó añadiendo. Todos reímos.

Se sentía bien este ambiente de familiaridad.

—Voy —me concentré en la mirada de Melior y traje a mi mente el recuerdo de hace rato. "Él acariciándole la mejilla a Isabel con ternura". Estaba tan concentrada en que él la mirase, que no supe cómo pasó. Noté que estaba viendo el recuerdo, cuando abrió sus ojos con sorpresa. Y luego procedió a sonreír. Gesto que regrese.
Es como una aprobación a su relación. Él lo supo. Giró y besó a Isabel, pero está desesperada, le preguntó lo que había visto. Ninguno de los dos hablamos. Solo bromeamos.

—Eres muy buena. Evangeline —comentó Melior. Solo me limite a sonreír.

—Melior, ¿has visto a nuestros padres? —quise saber. Por lo que me había dado cuenta, hace poco estuvo allá.

—Sí. Han estado preocupados. La policía cree que ustedes dos escaparon juntas. Ya que no es la primera vez.

—¿Y Stephen? —pregunté. Melior arrugó su rostro.

—No lo vi —exclamó desconcertado.
Sé que decía la verdad. No creo que sea tan tonto para mentirme, sabiendo que puedo ver en su mente.

—¿No? —expresó Isabel. Ella notó en mi rostro la confusión.

Durante ese momento percibí el cambio de Melior. Se irguió como cayendo en cuenta de que aquello no era habitual.

—Debemos adelantar tu entrenamiento —indicó al levantarse acabando con la hermosa velada.

Talana comento que aquello no era posible.
E Isabel no dejaba de preguntar por su amigo.

—¡Silencio! —vociferé un poco alterada acercándome a Melior— ¿Qué pasa? —insistí.
Él dudó en hablar pero no tenía opción.

—No estoy seguro. Pero, si ese chico no está. Es posible que...

—Que lo tenga Neftaly, ¿cierto? —dije, con el corazón quebrándose en añicos— Ella ya me lo había advertid.

Melior bajo la mirada.

—Esa es su manera de hacer las cosas —confesó Talana—. Te quita lo que más quieres, para luego obtener lo que ella desea. Ya lo ha hecho en el pasado. Y si es así, el joven Stephen aún se encuentra con vida, aunque no por mucho.

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