— Domingo, 4:34:00 pm
— Lamento haber llegado tarde. Mi cuñada tuvo una emergencia familiar y no nos dimos cuenta del tiempo. — Camine a paso rápido hacia el sillón y me deje caer de culo sobre el.
Hace unas horas tuvimos que ir al hospital debido que la esposa de Nina, la prima de Marina, Molly tuvo un accidente entrenando futbol y las llevamos al hospital. La espera fue muy larga y cuando estaba terminando la consulta nos dimos cuenta que ya eran las 4:20 de la tarde. — "En la madre."— Dijimos al unísono y nos apresuramos a la cita.
Marina me dejo en la entrada y me prometió volver una vez que se asegurara que Molly estuviera en su casa junto a Nina, lo cual acepte.— No es problema. Temía que no volvieras a las sesiones. — El doctor me sirvió un vaso con agua y lo puso en la mesita de noche que nos separaba. — ¿Cómo se encuentra? — Se sentó en su lugar.
— Mas tranquila. Aun que aun siento temor de salir. — Frote mis manos entre si buscando calmar mis músculos. — Aun me pongo nerviosa de toparme con extraños. — Recordar como trate al padre de ese pequeño me hace sentir mal.
— Es completamente normal, tener miedo a lo desconocido es un instinto de protección que todo ser humano tiene. No es raro que temas de la gente que no conozcas. —
El era un desconocido... Si puedo entender lo que dice.
Agarre el vaso de agua y bebí un poco. — Incluso si... ¿Me comporto mal con ellos? ¿Es entendible? —Silencio, el silencio reino por varios segundos hasta que el hablo. — Mira Daisy, el día a día estará lleno de desconocidos decentes y desconocidos retorcidos. Nunca sabrás si estas interactuando con un ciudadano normal o con un monstruo, por eso los instintos de supervivencia nos ayudan a protegernos. Es bueno prevenir, pero no se puede vivir en desconfianza. —
Recordé la interacción con el padre de Timothy, era un hombre de oficina amable y tranquilo, un ciudadano normal. — "¿Podría ser un monstruo en su interior? Pero tiene un hijo que lo quiere mucho." — Cerré mis ojos y ladee mi cabeza suavemente tratando de alejar esos pensamientos.
— Si, esta bien. — No quería ponerme a discutir. — Ahora que lo pienso... He querido preguntarle algo. — Empecé a parpadear mucho.
— Dígame. —
— ¿Esta bien si vuelvo a trabajar? — Empecé a respirar pausadamente.
— ¿Estas segura? — Me miro con preocupación.
— Por eso pregunto... Mi trabajo me da mucho placer, quiero volver a tener dinero ganado por mi, quiero evitar encerrarme para siempre en mi cuarto y evitar que mi negocio caiga. — Sentí un pequeño retortijón en mi estomago, es una decisión precipitada, pero de verdad quiero apoyar a mi familia, al menos económicamente.
El doctor Kennet pensó unos segundos, mientras me observaba tranquilo. — Nada te impide volver a trabajar, podría ser beneficioso para tu salud mental distraerte un poco. — Me sonrío.
Sonreí al escuchar eso. — "Pero ¿Y si el esta por ahí?" — Mis manos empezaron a sacudirse. — "Si me encuentra y vuelve a hacerme lo mismo... Y si esta vez vuelve por mas. Si no salgo con vida esta vez..." —
Agache mi cabeza y escondí mi cara entre mis manos. — "Oscuridad..." — Había un poco de luz asomándose por los espacios entre mis dedos, pero en mi vista había más oscuridad como en esos sueños.— ¿Daisy? — Pude sentir los dedos de la mano del doctor tocando mis manos, lo que me hizo despertar de mi trance y bajar las manos.
— Tengo miedo Doctor... — Por fin lo dije.
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Lagrimas de Margaritas
Romance¿Qué podría ser lo peor que me pasaría?... Fui una buena hija hasta que mis padres fueron asesinados, fui una buena hermana al cuidar de mi hermano menor, soy una trabajadora decente con mi propia independencia y sobre todo son un ser humano normal...