— Pensé que no volvería a ver estas... Evidencias. — dijo Rafael mientras observaba con desdén las fotografías.
"Creo que fuimos demasiado despreocupados al salir a la calle." se dio a si mismo un coscorrón en reprimenda.
Giro su mirada hacia su esposa. — Has estado muy callada querida ¿Qué opinas?
Marina que observaba las fotos en silencio solo pudo contestar. — Deberías enviar esto a tus compañeros. — tomo su celular y empezó a usarlo.
Rafael quedo extrañado por esta reacción. — ¿Eso es todo lo que dirás?
Marina lo miro y dijo. — Eso es lo mas sensato, querido. Eres oficial de seguridad, tu sabrás que hacer Rafa.
Suspiro. — Cierto, me deje ir por mis impulsos. — Se sentía mal por la actitud de Marina, pero debía usar sus energías en su trabajo. — Llamare a Nick. — tomo su teléfono y salió de la habitación.
La mujer de ojos azules miro su hombre salir del cuarto. — Lo siento querido, pero necesitamos respuestas cara a cara. — Menciono mientras enviaba un mensaje de texto.
— Hola Farid. Soy Daisy Sentry, este es mi numero.
Te escribo para pedirte un favor. Iré a recoger a Timmy de la escuela, pero no puedo ir hasta la casa de Eduardo ¿Crees que puedas recogerlo en mi consultorio? Obtuve el permiso de Eduardo, así que no debería ser un problema.—
— No se resistirá ante una situación tan obvia. — dijo observando la pantalla del celular.
Marina dejo su celular y se dirigió al cuarto de Daisy, quien estaba durmiendo con una respiración pesada. No era un buen sueño...
Marina toco el hombro de Daisy. Susurro. — Todo tendrá solución Daisy. Podrás dormir mejor.
A pesar de esas suaves palabras, Daisy no pudo escucharlas.
La oscuridad en sus sueños que parecía recibirla como una vieja conocida, era diferente. Ahora podía sentir mas calor de lo habitual, pero no era emitido por la vela, sino, por su vientre.
Era como si el amor y la angustia que sentía se transmitieran en ese lugar, no por nada seguía habiendo oscuridad, aun que el miedo no era lo mas importante."Siento que algo me sigue, necesito avanzar antes de que lo toque."
Sus pies avanzaron hacia adelante. A diferencia de las otras veces donde solo había un vació interminable, parecía que en esta ocasión había un fin en el largo trayecto.
Daisy siguió avanzando ocupando sus manos sosteniendo tanto la vela como su vientre, que se sentía muy pesado. Detrás suyo podía escuchar susurros intangibles y manos que rosaban con las puntas de su cabello...El final de aquella tormentosa oscuridad se sentía cada vez mas cerca y en un impulso por llegar a ella, soltó la vela y cuando esta se estrello contra el suelo, un fuego parecía emerger.
Pero Daisy siguió avanzando hasta que pudo ver que el final del camino era un pequeño jardín de flores que le parecía muy familiar.Sin esperarlo y cuando sus esperanzas en alto, una mano la tomo por la nuca jalándola hacia atrás con todas sus fuerzas.
Ahí fue cuando la voz de Marina la despertó...
— Hey — la llamo mientras sacudía suavemente su hombro. — Despierta, estas temblando mucho.
Abrió sus ojos y giro su cabeza para observar a su cuñada. — Marina... — Froto uno de sus ojos. — ¿Cuánto tiempo he dormido?
— Casi una hora. — respondió con una leve sonrisa. — ¿Tuviste una pesadilla?
Asintió y se sentó en su cama. — Si, casi pensé que moriría dormida. — Toco con cuidado su nuca, dolía... Como si el sueño hubiera traspasado la realidad.
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Lagrimas de Margaritas
Romansa¿Qué podría ser lo peor que me pasaría?... Fui una buena hija hasta que mis padres fueron asesinados, fui una buena hermana al cuidar de mi hermano menor, soy una trabajadora decente con mi propia independencia y sobre todo son un ser humano normal...