Permanecí en el hospital por tres días en los cuales fui interrogada sobre que paso antes de mi secuestro y con la excusa de tener los ojos tapados pude evitar las preguntas mas incomodas. Fui examinada varias veces y me recetaron varios medicamentos, incluyendo pastillas para dormir. En todo esos días mi hermano, cuñada y padrinos me acompañaron lo que hizo menos doloroso; incluso Marina contacto con un psiquiatra que podría ayudarme en el camino.
Debería estar feliz por que estoy con las personas que me quieren y sigo viva, pero me siento incomoda y triste... Yo siempre sonreía y hablaba mucho con ellos, pero todo lo que quiero hacer ahora es dormir y eso tampoco puedo por que cada que cierro los ojos escucho su maldita voz susurrándome cosas.–Me gustaría romper ese cuello. –
– Eres absolutamente hermosa, deseo tenerte atada para siempre. –
– Estoy segura de que tu hermano a de estar como loco. –
Todas esas palabras... Incluso si son proyección mías se sienten tan reales y enfermizas, hacen que me duela la cabeza o que quiera vomitar. ¿Porqué me tuvo que pasar esto? Yo no cometí ningún crimen, solo iba a salir un rato y volvería a mi casa en paz...– Esta todo listo Daisy, ya podemos irnos a casa. – Entro mi hermano al cuarto, el había decidido que lo mejor era que me mudara a su casa con Marina y mis sobrinos, a lo que no me opuse ya que no creo poder estar sola mucho tiempo.
– Claro. – Dije y me levante. Tenia puesta una blusa marrón con un saco color crema y una bufanda alrededor de mi cuello; incluso si no estaba tan frío el clima aun seguía sintiendo entumecimiento en mi cuerpo. – Vamos. – Salí del cuarto y camine junto a Rafael hasta su camioneta.
Nos subimos y el condujo hasta su casa, pero el recorrido fue silencioso e incomodo. Normalmente yo soy la primera en hablar de cosas de la vida, el trabajo u los amigos, pero no puedo pensar en un tema de conversación y no acabar sintiéndome mal.
Al llegar baje del auto y pude ver que Marina nos estaba esperando con Liam en sus brazos, se nos acerco y me saludo con un abrazo corto. – ¿Cómo te encuentras? – Me pregunto tranquila.– Me siento cansada... ¿Esta bien si voy a dormir un rato? – No sentía ganas de estar despierta y tampoco quería hacer nada.
– Claro, tu habitación ya esta lista y tus cosas están siendo trasladadas poco a poco. – Me sonrío y me llevo adentro de la casa. Ahí estaba Michelle y Nicole.
– Hey Daisy, ¿Cómo estas? – Michelle es casi la ahijada de mi hermano y Marina, era una niña con problemas para socializar que consulto con Mari durante unos años y ambos se encariñaron con ella, incluso asistieron a sus eventos escolares. Esta en la etapa de "chica problemática", pero me cayo a decir cualquier cosa por que seria hipócrita.
– Hola Michelle, es bueno verte. – Antes de que pudiera decir otra cosa Nicole se acerco a mi y abrazo mis piernas con fuerza.
– ¡Tía! ¿¿Porqué no estabas el domingo?? – Me miro con ojos tristes y los cachetes inflados. Claro no podía decirle que estaba secuestrada, no lo entendería.
Me arrodille a su altura y le di un abrazo.– Lo siento Nico, tía se enfermo... – Quiero llorar. – Pero te prometo que te compensare, iremos a comer ricos waffles con mucha miel y chocolate. – El solo imaginármelo me asquea.
El rostro de Nicole era de emoción absoluta y grito de felicidad. Tal vez solo en esta ocasión aguante, solo por ella... Hazlo por ella Daisy. – Nicole, tía Daisy tiene que descansar. – Rafael la sostuvo y la cargo. – ¿Qué tal si vamos a jugar mi pequeña oficial?. – Nicole asintió con emoción y ambos se dirigieron al patio.
Subí el tramo de escaleras que conducían a los cuartos, son 5 puertas y se que el cuarto de invitados es el mío ya que me he quedado a dormir aquí algunos días. Entre al cuarto que era lo suficientemente espacioso para tener una cama, un ropero y una ventana; me dirigí a la cama, me senté y retrocedí hasta que mi espalda toco la pared, doble mis rodillas y las rodee con mis brazos.
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Lagrimas de Margaritas
Romansa¿Qué podría ser lo peor que me pasaría?... Fui una buena hija hasta que mis padres fueron asesinados, fui una buena hermana al cuidar de mi hermano menor, soy una trabajadora decente con mi propia independencia y sobre todo son un ser humano normal...