Capítulo 49. Eres su padre

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Entramos a la casa de Eduardo y nos dimos cuenta que había algo diferente. La sala de estar olía a aromatizantes y los muebles estaban organizados de diferente forma; además parece que limpió los pisos hasta que tuvieran reflejo.

— Timmy esta en de excursión con su clase, así que podemos hablar sin problema. — Se sentó en el sofá.

Marina se acomodo en una silla y yo me senté cara a cara con Eduardo. Ese momento fue incomodo por el silencio que cada día se hacía más pesado.

Marina intentó tomar la palabra al querer platicarme sobre lo que habían conversado la última vez que nos vimos. Pero Eduardo fue quien empezó a explicarme.

— Después de que te llevaron arriba, quise seguirte para que siguiéramos hablando... Pero Marina me freno para hablar conmigo.

— Necesito que seas sincero conmigo Eduardo. Es por Daisy.

— ¿Usted siempre lo sospecho? — Pregunté enojado. — ¿¿Por eso me manípulo para Que llevará a mi hijo con esa psicóloga?? Para saber si a él también...

— No, por suerte Timmy está a salvo. Y si es verdad, lo hice por que su hermano es un tipo muy extraño.

— No es mi hermano. Ese asqueroso ser, no podría ser de mi sangre. — Sentí que mis venas reventarían de la ira.

— Bien. Lo que intento preguntarte es... ¿Cómo te sientes ahora? Se que es una pregunta que no viene al caso, pero de verdad quiero saber que es lo que sientes o piensas...

— ¿Cómo me siento? Me siento asqueroso. Siento que todo lo que ha pasado es mi culpa. — Me deje caer en la silla. — Si yo no me hubiera... Quizás si yo no me hubiera acercado a Daisy o intentado algo más que una amistad nada de esto pasaría...

— ¿Qué exactamente?...

— Su dolor. El dolor que le cause al tirar esas fotos por el suelo... Yo solo trataba de deshacerme de ellas para que no las viera.

— Usted ¿No quería encubrirlo?

— ¡No! El cometió un crimen ¡Y tuvo el descaro de hacer este jueguito para vernos sufrir! Así es Farid... Le encanta ver cuanto puede hacer daño.

— No siente que.. ¿Está traicionando a su familia? Tengo entendido que Timmy quiere mucho a su tío.

— Prefiero que mi hijo llore por un tío que nunca volverá a ver; a ponerle en manos de un asqueroso violador. — Me toque el pecho. — Mi deber es proteger a mi hijo, pero como pareja también debo... Y quiero proteger a Daisy.

— ¿Y tus padres? ¿No siente que ellos se pondrán en tu contra?

Suspiro. — Como le digo, es mi deber proteger a mi familia... Incluso por encima de mis padres.

Marina sonrió. — Es reconfortante escuchar esas palabras Eduardo. En verdad, gracias por ser el guardián de Daisy.

— Bueno no soy el único. Fue muy valiente y peligroso de su parte enfrentarse a mi hermano.

— Un dolor en la garganta de unas semanas a cambio de encerrarlo en la cárcel, vale la pena.

— Después de esa conversación nos despedimos y me fui con Timmy. No quería agobiarte más de lo que ya estabas...

— Entonces... ¿No me odias? No... ¿No sientes que destruí tu familia?

— Daisy. — Se acerco y se agachó frente a mi. — Tu eres parte de mi familia ahora. Timmy y yo te queremos... Y si, será doloroso para el y para mis padres. Pero... El debe de pagar por su crimen.

Lagrimas de MargaritasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora