Capítulo 59

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Las situaciones interdimensionales son cosas más grandes... También son cosas a que no puedes ocultar durante mucho tiempo... Si bien, hace unos meses viajar entre dimensiones era una locura para la mente de la joven, algo que investigaba con emoción, algo que hubiera hecho sin titubear, por tal de ver a su hermano, incluso hubiera aceptado viajar a aquel lugar en donde su madre seguía viva, y ella seguiría siendo, por tanto, una presa de su hogar.

Echó un vistazo al bosque, como si fuera la primera vez que lo veía. Lo más peligroso de los viajes interdimensionales era la incertidumbre de saber si volvería con los suyos.

Aún con esto en mente, otra gran parte de sus pensamientos -y las voces en su cabeza que a diario la acompañan a tomar ciertas desiciones- le gritaban, la alentaban a que tomara la oportunidad, era un buen gran momento para huir a través de esta excusa, si al fin y al cabo, su vida se había logrado volver una causa monótona en la cabaña. Ya no le era nadie tan importante como debería, ni ella lo era para alguien tanto como querría, no había realmente algo que la hiciera considerar quedarse, algo que le gritara que valía la pena la espera. Empezaba a sentirse una carga para quienes convivían con ella por las reglas, y una seria molestia. Se sentía ridícula, antes no le habría molestado este trato infantil que se le brindaba, ahora parecía que la tomaban por tonta. Ya no era lo mismo para muchas cosas.

—No me identifico contigo...

La letra de una canción que tan solo en esta parte la hacía sentir como si fuera suya, pero varias melodías no tan animadas lo hacían últimamente.

—No me identifico contigo, no... Porque yo no me trataría así de mal, me hiciste odiar esta ciudad... Nunca le dije nada malo a nadie. Porque esa mierda es vergonzosa, tú eras mi todo, y todo lo que hiciste fue ponerme jodidamente triste... Así que no me hagas perder el tiempo que no tengo....

La decisión, tal vez tomada a la ligera o por un simple arranque, ya estaba hecha un trato de corto plazo. No tenía idea del tiempo que pasaría, posiblemente le resultaría en sentir que vive varios años, hasta que vuelve ahí y se da cuenta que no pasó tanto tiempo como pensó que pasaría, pero que las cosas cambiaron, o quizás, seguirían iguales, quizás no cambiaron por su ausencia, pero al mismo tiempo quizás solo no cambiaron porque ella no era lo suficientemente importante en este universo, multiverso, dimensión, planeta o mundo.

Las personas que conoce, desearía no conocerlas en este momento, no tener tantos celos, odio, rencor, envidia, quisiera ser buena como debería, buena amiga, buena compañera, proxy, conocida, buena como persona dentro de lo que cabía, ser suficientemente buena. Sus problemas  no le resultan relevantes, aún así, la hacen explotar, su mente ya no soporta lo mismo que antes, ya no es fácil mantener la calma, sus ojos cansados, ya no brillan, y su sonrisa le resulta cada vez más incómoda de ver, cada vez parece más abajo, apagada, caída, y falsa. Sus problemas, cuestiones tan personales ahora, cuando antes habría consultado a sus personas de confianza, ahora ya no confiaba en nadie, nadie le parecía haberlo ganado a pesar de todo, le era incómodo, la cuestión parecía mutua entre los posibles considerados. Problemas comunes que se volvieron pesados, que ya no soporta con cargar, sus oídos escuchar y sus labios hablar, ya no aguanta andar por el mismo sendero, ir con los mismos amigos, recibir los mismos cumplidos que le parecen tan falsos y recibir los mismos agravios que le parecen tan cortos. No sabe por que llora, pero lo hace, y considera que intenta llamar la atención, pero, Dios, ¿De quién?, si ha intentado ocultarse cada vez que lo hace. Cada vez es más difícil hablar, correr, pedir ayuda, pedir comprensión, tiempo, espacio, amor o libertad. Ya ni siquiera siente merecerlo. Quiere esforzarse; pero, quiere ser la mejor, y es tan estresante, frustrante y molesto. Está cansada, Ya no es lo mismo.

Tina observa el pasto verde, algo húmedo lo siente en los tobillos descubiertos, por el rocío de la tarde. Son como las siete, según la posición del sol, eso cree. Ya no lo sabe, ya no sabe nada, pero se esfuerza por que parezca normal y no una escena monótona, no otra vez ella diasociando, o como se fuera que se dijese. No ella otra vez inventando, creyendo verse a través de un espejo, llora, es bastante desesperante, ¿Por qué lo hace?. Levantate, se dice, pero no puede moverse después de haber caído sobre sus rodillas en el pasto. Siente la humedad del mismo en sus rodillas, descubiertas, pues este día usaba su falda de mezcliya sobre ellas. No hace ruido, no se queja, no gime, y parece que intenta no respirar para no escucharse a sí misma, sería molesto. Bastante molesto.  Su cabello, le estorba, lo retira con frustración, piensa que ni siquiera puede llorar sin que esto moleste, algo estorbe, algo lo haga ver tan estúpido, déjame llorar, piensa mirando al cielo, quiere que la deje de molestar, ¿Qué cosa?, ¿A qué le hablas?.

Tina está realmente harta. Harta de ser ella. Harta de verse y sentirse como ella, como la estúpida Tina, está cansada. Ha querido cambiar, pero no puede, no lo logra. Lo intenta y no resulta. Cambia a sus amigos, su vocablo y su área de trabajo, su hogar y su apariencia, pero sigue siendo ella, y sin que se lo espere, tan solo se suelta un instante y vuelve a ser ella. Y le molesta. Se siente idiota. Se siente mal. Se siente insuficiente para absolutamente todo y todos. Así que sí, Tina aceptó irse por un arranque de un conjunto de emociones, por todas estás juntas explotándola, corriéndola de sí misma, de nuevo.

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