Capítulo 37

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"— Vuelve a dormir."

Le había ordenado Tamara

— ¿Qué estás...

Preguntó la menor mientras se acercaba, eran cerca de las tres de la madrugada y Masked se encontraba en la oficina de Slenderman, estaba esculcando los cajones del escritorio que ahí se encontraba cuando entró Tina, Ticci Tina, quién tiene citas todas las noches con el insomnio, se levanta siempre a la misma hora por un vaso de agua, para tomar sus pastillas, pero esta noche escuchó un ruido extraño que provenía de ese cuarto, pensó que quizás ahí estaba metido Smile Dog y se atrevió a entrar a sacarlo para que no le dijeran nada por la mañana, pero no, solo era su compañera, Tamara, oh está bien entonces-, no, momento, ¿Qué hace aquí?, Está revisando los cajones será que perdió algo?... No...

— ¿Tamara?... ¿Le estás robando?

Preguntó con un poco de inocente esperanza de que está dijera que no, pero la contraria solo soltó un suspiro con fastidio y volteó a verla

— Vuelve a dormir, Rogers—. Repitió la castaña, no tenía puesta su máscara como de costumbre, así que Tina pudo ver su expresión de enfado

— Sal de aquí

Contestó la menor, no era un consejo, le estaba ordenando que saliera

— Tina, solo vuelve a tu habitación si no quieres qué-

— Bien, si, solo sal conmigo y no diré que te ví aquí

Lo que quería ella era que su compañera no se metiera en problemas, no sabía lo que buscaba pero si sabía que los castigos por robarle al Operador serían sin piedad alguna, es como una regla no escrita, algo demasiado obvio como para hacerlo, a menos que de verdad estuviera desesperada. En ese momento se escucharon unos pasos fuera de la habitación, la puerta estaba cerrada, la chica a la que ahora le invadían unos tic's que estaban sacudiendo su cuerpo por completo le advirtió una vez más a su contraria

— Tamara, vámonos, por favor

Ya se había alejado el ruido de afuera, era el momento, ya que no sabía si esa persona podía ser incluso el mismo Operador

— Niña solo déjame en paz, métete en tus propios asuntos, ¡¿Quieres?!

Ya estaba alterada la mayor, y al ver qué ella no se iría, y de hecho estaba a punto de volver a renegar no pensó más que correrla a patadas, osea, no literalmente, pero si le quiso sacar tomándola por el cabello, claro que la otra no se detuvo y le siguió pidiendo que saliera, que razonara las consecuencias primero, al final como la mayor no quería escuchar Tina le dió un empujón para safarse, estaba por irse ya, pero ya con eso había invocado al diablo, digo, había molestado a la otra, entonces para no dejar que le fuese a hacer algún golpe que le molestará en la mañana, hablando de fracturas, ya que Tamara una vez molesta no medía lo que hacía, tuvo que responder de la misma manera y se agarraron a golpes, aún sorprendentemente en silencio; hasta que la menor estaba siendo asfixiada y tuvo que golpearla en la cara, ¿un mal golpe, o uno bueno?, Resultado: la mayor ahora estaba sangrando, esa fue la última gota que derramó el muy pequeño vaso de paciencia que tenía y harta la tomó de la mano y salió con ella, ahora Tina sabía lo que seguía, al principio se quedó perpleja, al darse cuenta que lo había hecho, y después empezó a forcejear ante su agarre, ahora ya no le importaba despertar a nadie mientras que no... Lamentablemente no pudo hacer mucho y la mayor la arrojó al un armario en el sótano

— Cuando será el día que aprendas, imbecil, ¡¿Por qué siempre tienes que estar detrás de mí?!

Gritó la mayor

— ¡No Tamara, no diré nada pero no me dejes aquí!

Respondió desesperada la castaña, pero la otra no escuchó lo que le decía, solo la encerró con llave y luego movió el armario, poniéndole enfrente la pared en caso de cualquier intento de salir, estaba literalmente entre la pared y algunos artefactos inservibles en el sótano, ¿Por qué en el sótano?, Porque desde ahí no se escucharía el escándalo que haría después, llorando, desesperada, lo odiaba tanto, esa maldita fobia era lo único que la detenía siempre, al principio golpeaba, intentaba empujarse y tirar el ropero o algo así, gritaba a qué alguien le sacará y luego se desesperaba más y lloraba, después de que lo asumía se sentaba en el suelo con una respiración corta pero rápida y llorando aún, ahora en silencio sin poder hacer nada, y para colmo los tic's se empeoraban.
Así se quedaba ahí atrapada hasta que la mayor quisiera, hasta que ella decidiera, pero corría el riesgo de que claro, a Tamara no le importaba, así que en cualquier día de esos podía decidir no sacarla y ni siquiera podía pensar en la muerte de liberación después de días de hambre, porque ciertamente era "inmortal" ante esos métodos.

Ahora solo le quedaba esperar a que viniera a sacarla, si es que lo haría, no podía evitar pensar que la mayor la iba a dejar ahí a su suerte, y había pasado tantas veces sin que nadie se diera cuenta que simplemente creyó que ya ni siquiera valía la pena gritar más, pues en ninguna de esas ocasiones alguien la escuchó...

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