The End.

5 1 0
                                    

—¿Cuándo llegamos a este punto?

Una vez que el ambiente se tranquilizó lo suficiente, que ambos castaños ya no tenían que ser sostenidos para evitar que se agarraran a golpes y que la ira disminuía convirtiéndose en vergüenza del escenario que acababan de montar frente a las demás presencias, pudieron obtener una conversación Tina y Toby.

—Yo... solo pensé... que después de tantos meses, si me esforzaba lo suficiente, ibas a dejarlo ir... y cuando dijiste que era momento de superarlo, lo creí en verdad.

—Yo no...

—No Toby. No me digas que no es cierto. No me trates como todos aquí lo hacen. Solo quiero que aceptes tus palabras, tus acciones... solo quiero que aceptes que participase en esto. No me importa si te arrepentiste demasiado pronto como para haberlo procesado, pero hubiera sido mucho más sencillo si no me hubieras negado todo eso, si tan solo aceptabas que lo dijiste y te arrepentiste... pero te fuiste por lo fácil, y lo negaste.

—Tina... Lo siento.

Ya no había palabras que alcanzaran, no pudo decir una cosa más, sabía que era verdad.

—Está bien.

Tina recordó haber escrito muchas cosas; haber pintado para él y haber escrito para él, y le vino a la mente el día que dejó de escucharlo cuando pedía perdón, y la frase que había escrito en su diario en su honor: Cuándo se ama de verdad, nunca se tiene que pedir perdón.

Pronto, todos los creepypastas del universo 2 estaban cruzando el portal inmenso frente a ellos. Ya era el momento de que todos se despidieran. Para unos era más fácil que para otros. Entraba Bella, Tamara y Briana, casi no les preocupaba, a pesar del recuerdo inolvidable del tiempo que habían pasado en este mundo, se quedaban con lo bueno. Entraban muchos conocidos y desconocidos, Zaireth ya estaba del otro lado, y Slenderwoman vigilaba que solo entraran quienes debían, nadie colado y a su vez, que nadie intentara quedarse. No pertenecían allí. Era, por fin, tiempo de regresar a su hogar.

—Oye Toby...

Él la miró, un paso antes de haber cruzado el portal ella lo volteó a ver, y lo llamó.

—Vas a tener que cuidar a Daila. Con lo traviesa que es, no la encontré para traerla conmigo.

Fue ahí cuando no pudieron contener más las lágrimas, el castaño las quiso ocultar, pero le fue imposible. Corrió hacia ella, ya no importaba nada más. Le dio un fuerte abrazo. Era el último abrazo, no querían apartarse...

Ah... nunca pensé que los proxys podíamos llorar..., ¿eh?

Habló éste, como si nunca en su vida después del agravio hubiera llorado. Trataba de disimular, no sabía si por Tim, el Operador, las demás personas o si tan solo para no hacer la despedida más difícil de lo que ya era.

Finalmente, se despidieron una última vez y Tina cruzó el portal.

🍃🍁🌼No Somos Iguales🌼🍁🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora