Capítulo 48

1 1 0
                                    

A partir de diferentes misiones, Tina adquirió habilidades. Queriendo o sin querer, necesarias para desarrollar los momentos. Tales habían sido como la práctica de fotografía, escritos, pintura y canto... entre otras cosas, el aprender idiomas, tradiciones y culturas nuevas en cada misión. Haber tenido que convivir en tan sólo un año con distintas familias multifuncionales y demostrar saber sus idiomas a la perfección, el diferente uso de frases y palabras en tan sólo la región latinoamericana, el español, castellano y portugués presentándose parecidos pero distintos, luego ir de eso a hablar el francés y el ruso, lengua de señas, ¿y todo eso por qué?, porque tenía que completar sus misiones. Tina agradecía todo lo que aprendía en cada una. Tenía tantas energías los primeros años, los primeros descubrimientos... pero el tiempo hace daño. Muchos creían que cometer homicidio era el colmo de una personalidad. Tina siempre llevó opinión contraria a eso. Siempre fue creyente de que las acciones no te definían del todo, y de que así seas el peor asesino, ha de haber más que eso. Sentimientos. Ella era muy sentimental. No era apta para la vida que llevaba, según sus compañeras diarias de trabajo, era demasiado sensible para haber terminado allí.

A Tina no le llevaba un desgaste físico o emocional el asesinar. Quitarle la vida a la persona que más llegó a detestar, y pasar a matar a gente al azar por simples órdenes. Esa gente no le importaba, no eran relevantes porque no los conocía. No generaban la empatía suficiente.

El real desgaste de Tina fue uno del que pocos se percataron: Fue llegar, ser una joven amable, con su propia filosofía personal en medio de homicidas cuyas filosofías personales eran matar o morir, ser energética, tener iniciativa, no dejarse intimidar a pesar de sus obvias limitaciones, recibir trabajos injustos, se tratada como minoría, insultos, regaños, golpes y exclusiones, estar en momentos inadecuados, ser maltratada psicológicamente..., su desgaste emocional fue obtener golpe tras golpe, trauma tras trauma, irse apagando, ser más callada, más ajena, y llegar al punto en que ya no quedaba nada de aquella persona entusiasta, y parecían ser dos personas distintas en realidad.

Su toque de fondo fue resignarse a todo eso, y al sentimiento de insuficiencia y de no capacidad para las cosas, y de creer que no pertenecía ni siquiera en este lugar en el que terminaba cada persona excluida, y el remate, el colmo, la cereza de rojo vivo en la cima del pastel, fue creer que encontraba una persona igual a ella; quien llegaría a entenderla y tratarla diferente. Y así lo hizo, pero, por alguna razón, nada puede ser eterno ni perfecto, y de pasar de un sentimiento de sobrevaloración y estimación a una persona por el enamoramiento al hecho de resignarte que tiene defectos: es indeciso, no saber lo que quiere o simplemente el error de no aclarar las cosas en el momento adecuado, el caso de saber lo que se formaba y no detenerlo... un error de no romper tu corazón, que termina irónicamente en un golpe más duro al final.

🍃🍁🌼No Somos Iguales🌼🍁🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora