Final, parte uno.

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Esa mañana la castaña recogió sus cosas, tratando de que su compañero de cuarto no lo notara. Lo distrajo afuera el suficiente tiempo, tomó poca ropa, el frasco de brillantes pastillas azules, entre muchos otros frascos comunes de medicamentos. Los metió en una maleta tras otra, las fotografías tomadas, las cartas y las cosas como las pinturas, la cámara y los lienzos. Todo esto tenía un valor de nostalgia, sentimental. Pero, como era de esperar, tarde o temprano el castaño se habría dado cuenta. Había entristecido al ver a las contrapartes de sus conocidos recoger sus cosas, y entonces darse cuenta de qué estaba haciendo en realidad su propia contraparte.

—Tina, déjame entrar, por favor

Estaba del otro lado de la puerta él, tocando con cierto apuro, era la última oportunidad de aclarar las cosas, de decirle algo... de decirle adiós al menos. Pero no, Tina no abrió. No quería verlo. Sabía lo delgada que era la línea de la desición entre irse o quedarse al verlo, se volvía tan frágil y susceptible... Y ya estaba hecho.

Dando un suspiró, la castaña cerró la última maleta. Para su suerte, Toby pareció entenderle... se había retirado de ahí por fin...

Tomó las cosas, abrió la puerta y salió. Caminó un tramo largo, apunto de llegar al lugar en el que el portal se abriría, fue detenida antes de haber llegado a soltar las cosas siquiera.

Pensó por unos segundos que hacer, en pensar por unos segundos las posibilidades y las consecuencias. Para comenzar, sabía que si la mataba, entre ambos operadores se desataria la guerra al ella ser una de sus mejores  proxys (o por lo menos eso había escuchado) y otra e incluso la más importante, Toby le odiaría.
Quizás Toby se enamoro de ella, algo que le calaba hasta las entrañas, pero tenía que saber.

Se acercó a ella, aún cuando su mirada no se apartaba de la suya. Su máscara se encontraba sobre su cabeza, así que él por lo menos podía verle a la perfección. Totalmente bizarro.

Era definitivamente una chica parecida a su ex pareja, ahora que le miraba con atención. Mierda, es que la misma ropa tenían e incluso el mismo bozal, una versión bizarra de Toby en femenino.

No le importo aquello, se acercó, pegando de nuevo el cigarrillo en sus labios para dar otra calada y con su mano tomarla de su fino cuello para apresarle sobre uno de los árboles. Suponía que si era al igual que Toby, no sentiría aquello, así que aprovecho la dicha para hacerlo con fuerza, acercandose a su rostro, aprisionandola.

—Sabes quien soy ¿Cierto? No necesito presentaciones absurdas, así que iré al grano.

Ella sólo se quedó donde estaba, parada, no hubo un intento de alejamiento, tampoco una vez que la inmovilizó contra aquel roble. No era necesario. Sintió el toque de primer lugar al sujetarla, pero una vez convertido en una sensación que se presumía como dolor, desapareció. Para la presión que el mayor impuso, la castaña tuvo que aclararse la garganta, antes de empezar a escuchar sus palabras en brusco.

El humo, relativamente cerca le fue molesto, es algo que no tolera de la contraparte de él, su compañera. La segunda cosa son los gritos, y si este posterior reclamo o acusación no lo era, entonces el levanto de voz tan cerca de ella estaba simulando serlo. Igual, se estaba gobernando más de lo que Tina hubiera esperado de una persona como él, aunque, bueno, era la primera vez que lo conocía frente a frente, como se supone que debería ser.

—Adelante.

Le salió el tono sin meditar en si debería responder o no lo que es, pero pensó 《no tengo porqué mentir, ¿no?》, en todo caso, hubiera habido razón de negarse a la situación si eso fuera a perjudicar al otro castaño, pero, eso sería pensar de más, realmente no creía que se fuera a tratar de eso.

—¿Por qué no detienes todo este drama?, deja esa mierda, no te das cuenta que Tobías...

Ahora sí que se apartó. Tina retiró el agarre del mayor con brusquedad ante el inicio de su insinuación. Es que estaba harta de que todo el caso girara en torno a lo que sentían ellos; en ningún momento pensó que Masky hubiera considerado lo que ella creía, porque no había razón. Entendería que pensara en Toby, después de todo era su puto novio, sería demasiado que no lo considerara en este punto del paso del tiempo.

—¡No!, no, no, no me doy cuenta de nada. Y no lo voy a discutir; y mucho menos contigo, tú no sabes nada, solo lo vez mal, pero, ¿sabes al menos por qué es que está mal?

Habló con una alteración probablemente irritante. ¿De dónde había salido tanta agresividad?... suspiró. No quería levantar la voz, eso conduciría a los golpes.

—... Porque es demasiado bueno. Quiere ponerse como si qué entre ambos, eso es una estupidez que no va a entender, sé que me dejó acercarme porque no quería hacerme sentir mal, pero también estoy segura que no es lo que quiere. Te quiere a ti. ¡Por algo te espero todos esos putos meses, Timothy!

Parecía muy segura, algo que claramente no suele ser, no en estos puntos, no tenía idea del por qué. Quizás estaba segura de que ya no había nada más que hacer o decir en defensa; quizás estaba bien de aclarar las cosas de esa forma, siendo la última vez que podrían tal vez escucharla.

—Por Dios, cierra la boca, no me hagas callarte.

—¿No aguantas escuchar esa parte?, tú lo inicias, tú lo terminas.

Las personas empezaban a llegar, ya casi era la hora. Tobías entre ellas por fin logró dar con ella... con ambos.

—¡Tina, él te dijo que lo quería!, tuviste todas las malditas señales; los tiempos y el puto camino libre

—¡No es cierto!, ¡Acepta que no es verdad!, nunca hubo nada de eso, porque seguía y sigue queriendote. Además, ¿qué mierda esperaban?, ¿qué inmediatamente en cuanto terminaran yo fuera allí a aprovecharme?, no soy esa clase de persona. Perdóname si les di una impresión diferente, pero todo el tiempo que he pasado con él, viendo como sufrió por ti, viendo como pasaba las noches pensando en si estabas bien, viendo lo feliz que estuvo cuando regresaste, lo único que podía querer hacer era apoyarlo. Nunca quise llegar a este punto, ahora déjame irme. Ve y sé su pareja por una vez como debe de ser, ¡o déjalo!, ¡va a estar bien de cualquier modo!

Lo último que dijo fue una explosión de enojo que no pensó antes de hablar. Fue un reproche. Fue un contigo o sin ti, está igual.

En realidad, más que un grito de desesperación, era la realidad, por su parte hizo de todo lo que se le había ocurrido que podría hacer para que no se diera el sentimiento hacía el castaño, y aún así la sobrepasó a ella, a sus límites, a sus ideas y a todo lo que estaba queriendo evitar con los inconvenientes. Como en ese momento.

Ella no es el tipo de persona que gusta de confrontaciones, pleitos sin sentido, pero inconscientemente lo terminó provocando de darle un golpe. Así lo hizo, ella respondió casi de inmediato de la misma manera, pero esto no escaló a más antes de que Tobías llegara y los tuviera que separar.

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