—E-Era mi primera vez... ¿Lo hice bien?
Tobio se quedó estático. Aún no podía procesar lo que había ocurrido, sintiendo su cuerpo completamente pasmado y anestesiado.
Sus miradas se cruzaron. Kageyama pareció volver en sí, pero de igual manera se encontraba en una especie de trance, perdido en la mirada avergonzada de Hinata, quién se encontraba frente a él con los labios abiertos.
No fue hasta cinco segundos después, que empezó a sentir ese leve cosquilleo en sus labios, sintiendo sus mejillas más calientes de lo que estaban y a su cuerpo tiritando con euforia. Eso fue... Un beso. Un beso de verdad. Pensó el ojiazul.
Parpadeó un par de veces, observando los tiernos ojos de su rematador, pasando la mirada a sus labios, a su mirada de nuevo y tratando de que siquiera el aliento saliera de su boca. Pero no lo hacía.
—Kageyama... —Musitó Hinata apenado, moviendo sus ojos de un lado a otro sin saber qué decir. ¿Qué se suponía que haría? ¿Acaso Kageyama había muerto? —Oye...
El atractivo colocador soltó una exhalación sorprendida. Pudo sentir cómo su cuerpo era aturdido con muchas descargas eléctricas.
Así se había sentido en mi sueño...
Hinata se rindió, sonrojado hasta las orejas y se tapó la boca, haciendo el ademán de levantarse. —Kageyama idiota, idiota, idiota, idio-
Las manos fuertes de su colocador lo sostuvieron con fuerza, impidiendo que se moviera y haciendo que soltara una exclamación sorprendida.
—Hinata... —Cayó de nuevo, pero esta vez, sólo sus rodillas se encontraban tocando el suelo, porque estaba sentado encima del azabache. Los nervios se apoderaron de su cuerpo, ¿por qué estaban en esa posición?
Sin embargo, los ojos de Kageyama parecían decididos y sólo concentrados en su rostro. Parecía que no se había dado cuenta.
—K-Kageyama...
Susurró con temor, sintiendo los ojos azules del número nueve en sus labios, y rápidamente, las manos calientes de Kageyama tomaron su rostro. Se estremeció, queriendo que ese tortuoso momento terminara, pero de alguna forma, que no lo hiciera jamás.
¿Qué es todo esto que estoy sintiendo? ¿Y por qué me pierdo tanto en sus ojos? Ahora que lo pienso... Kageyama es muy lindo. Y ese beso...
—Hinata. —Pronunció de nuevo el azabache, siendo consciente de cómo su pecho se apretaba con fuerza de la ansiedad que sentía. —P-Por favor... —Le costó susurrar, entrecerrando sus ojos para concentrarse. —Una... vez más.
El pelirrojo lo miró anonadado. ¿Realmente... Kageyama se había dado cuenta? ¿Qué? ¿Le había gustado?
—No seas idiota. —Ahí estaba de nuevo, musitando por lo bajo. —Es que se sintió... Como el sueño.
Hinata comprendió. Entonces sí ayudará. Pensó con emoción.
Con lentitud, el bloqueador central se acercó, haciendo que Kageyama lo mirara aún sorprendido, pero luego trató de calmarse pensando lo obvio. Hinata me ayudará, eso fue... Como el sueño. Sólo esta vez.
Kageyama vio los labios rojizos de Hinata acercarse y cerró los ojos con fuerza. Quiero... sentirlo. Una vez más.
Finalmente, ambos pudieron respirar mejor cuando sus labios chocaron. Kageyama sintió como la ansiedad se deshacía en su pecho, casi a modo doloroso, como si se estuviera fundiendo en medio del fuego del mismo. ¿Qué es esto? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto...? Sus ojos azules se abrieron por un segundo, sintiéndose calientes y volviendo a cerrarlos. ¿Y por qué se siente... tan malditamente bien?
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Kageyama's problem. 'kagehina.
FanfictionSe quedó congelado en cuánto Kageyama soltó un ligero gruñido, seguido de un suspiro que, extrañamente, le hizo sentir cosquillas. -Mierda... Está bien, la situación estaba siendo demasiado incómoda. Pero teniendo claro que Kageyama podía morirse...