²¹ Inicio.

1.9K 210 14
                                    


Después de aquel encuentro, Hinata y Kageyama trataron de ignorar lo que había ocurrido. Pero no lo habían logrado, teniendo como resultado palabras torpes entre ellos, miradas nerviosas y un deseo palpable de querer alejarse del otro cuando estaban solos o existía siquiera una proximidad. Todo eso por un día.

—¿Qué les pasa a los chicos? —susurró un preocupado Yamaguchi, con la mirada puesta en los dos idiotas del voleibol.

Kageyama miraba fijamente la televisión sin verla realmente y Hinata se servía un vaso de chocolate con la mirada perdida, sobrepasando el contenido del vaso haciendo que se esparciera todo por la encimera y quemándose la mano en el proceso.

—¡Mierda!

Tsukishima no perdió la oportunidad para burlarse, disfrutando del momento. —No tienen caso. No te gastes la cabeza en ellos, Yams. Sólo míralos... —El rubio apoyó su mejilla contra su mano, riendo de lado. —Debe haber pasado algo realmente interesante aquí...

Eran aproximadamente las seis de la tarde cuando Kageyama decidió darse un baño caliente a causa del frío. La nieve aún no caía, pero era evidente la ventisca pronunciada del invierno.

Entró entonces a su habitación, percatándose del cuerpo de Hinata recostado sobre la cama con un hoddie blanco y una pantalonera negra, lo cual definitivamente no entendió. ¿Acaso era el único que se estaba muriendo del frío?

—Hinata.

Los ojos castaños de su rematador lo miraron con atención y un rubor leve en sus mejillas. Kageyama lo pensó por un momento. Se supone que estas cosas pasan cuando... Cómo en las películas, cuando te gusta alguien, no puedes parar de mirar a esa persona y sientes nervios por todas partes... Sientes que quieres estar cerca, pero es tanto el miedo que te alejas.

—Yo... -

—¡Ah, chicos!

Daichi apareció por la puerta, saludándolos amablemente y dando un anuncio. —Estaremos afuera un momento, en las proximidades están los chicos de nuestro antiguo equipo y queremos charlar un rato. Pueden unirse si quieren-

—«No» —Pronunciaron ambos al mismo tiempo, mirándose anonadados luego de escucharse.

—Está bien... Saldremos entonces. Nos vemos.

Sawamura hizo un gesto de confusión y se fue.

El silencio predominó en la habitación, haciendo que Tobio tomara de nuevo la iniciativa.

—Hinata. —No entendía cual era la necesidad de decirlo, de hacerlo, pero igualmente lo hizo. —Una ducha... Tomaré una ducha.

Sus ojos serios se detuvieron en los soprendidos del pelirrojo, quien parpadeó confundido y absorto con lo que había escuchado. Kageyama suspiró rendido, tomando su toalla azul y marchándose.

Shoyo meditó un momento aquellas palabras, sintiendo sus mejillas calientes al recordar el cuerpo atlético de Kageyama en el baño, los gruñidos roncos que había soltado y las gotas de agua deslizándose por su cuerpo.

Esto está mal, esto está mal, esto está mal... Muy mal, Shoyo. No somos nada, no tenemos algo en especial, sólo...

¿Por qué quiero verlo de nuevo? ¿Por qué quiero besarlo de nuevo?

Su cuerpo entero se estremeció ante tales pensamientos impuros. Debía admitir que Kageyama le pareció más atractivo desde que pasó el incidente en el baño, pero también debe admitir que desde hace un tiempo que nada se sentía igual. Al menos no para él, notando que había querido estar cada vez más cerca de él, buscando cualquier excusa, invitándolo a su casa con el pretexto de estudiar inglés, o a veces para jugar el videojuego que Kenma le había regalado en el campamento.

Kageyama's problem. 'kagehina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora