¹⁷ Pensamientos.

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La mañana seguía fresca. Kageyama pudo salir de la cama, sintiendo su cuerpo adormilado y agotado por la falta de sueño.

Hinata, por su parte, se estaba bañando. Gracias a la 'ayuda' de Tsukishima, ahora debía ir al pueblo con Sugawara y los de tercero para hacer la llamada a su mamá y hermana. Bueno, no estaría mal llamar a preguntarles qué tal iba todo, en realidad, sí estaba un poco preocupado por ello y lo tomó como una señal del destino para saberlo.

No es para huir de Kageyama...

El agua corría por su cuerpo, haciendo roces leves en su piel y obligándolo a cerrar los ojos.

No es como si... Pudiera quedarme con él normalmente. Odio esto. Odio todo lo que hicimos.

Abrió los ojos, entrecerrándolos al recordar la expresión tan atractiva de Kageyama mientras lo besaba. No... yo... No puedo odiar eso. Sus ojos azules y penetrantes recorriendo su rostro, su voz en un tono más bajo diciendo su apellido... Sus labios delgados y suaves besando los propios...

No sé qué era eso. No sé qué nos estaba pasando pero... Fue un buen... cerró la ducha lentamente y agarró su toalla, cubriéndose su rostro sonrojado. Fue un buen primer beso.



'°'

Kageyama Tobio se aproximó a la cocina, saludando a Azumane que leía una revista de voleibol.

—Buenos días. —Saludó seriamente, buscando una cajita de leche en la nevera y tomando lo que había quedado del desayuno para ponerlo en un plato.

—¡Buenos días, Kageyama! ¿Dormiste bien?

—Sí, gracias por la comida. —Afirmó simple, tomando su plato y leche para salir.

—¿No estás pensando en sentarte afuera, verdad? —Cuestionó el de cabello largo. —Hace un frío espeluznante.

Tobio lo recordó. Era invierno.

—Lo siento. —Susurró de vuelta, resignado a la idea de comer mientras observaba el bosque de pinos. Mierda.

—Por cierto... Iremos al pueblo en media hora. ¿No quieres venir?

Estuvo a punto de decir que sí sin problema, pero un presentimiento en su interior lo obligó a guardar silencio por un rato.

—Daichi y Suga planean comprar más comida... —Siguió el mayor. —¡Ah! También para acompañar a Hinata a hacer una llamada. Se puso un poco mal esta mañana...

¿Qué? ¿Qué demonios pasó?

Su mirada penetrante se enfocó en Asahi, mientras masticaba lentamente y sentía su pulso acelerarse al escuchar al dueño de su desastre.

—Hinata... ¿Se va? —Musitó con un deje de angustia. No, no, no... No quise...

Oh, no. —La respuesta lo alivió un poco y le hizo relajar su tensión. —Estaba llorando en el desayuno, dijo que extrañaba a su familia. Me sentí un poco mal por eso, ya sabes... Pero ya está mejor.

Los ojos azules de Kageyama se expandieron, sintiendo un leve apretón en su pecho.

Pensar... En verlo llorar... Apretó los puños en la mesa y decidió tomar más leche, asintiendo en silencio. Es horrible.

Un pensamiento fugaz pasó por su cabeza, haciendo que se sintiera mal consigo mismo.

Hinata tiene a alguien que lo espera...

A mí, me falta ese alguien.

'°'

El pelirrojo salió en compañía de sus mayores, sintiéndose un poco emocionado.

—¡Yay! ¡Chicas lindas, chicas lindas! ¡Veremos más chicas lindas!

Nishinoya y Tanaka cantaban a coro, el primero saltando encima del pelado y riendo como niños pequeños.

Shoyo sonrió, sintiendo el frío colándose en su sistema y estremeciéndose con facilidad.

Odio el invierno.

¡Pero...! —Hinata se sorprendió, esfumando sus pensamientos al escuchar la voz fuerte del líbero. —No hay nadie como Shimizu senpai.

—¡Es cierto! —Se le unió Tanaka. —¡Shimizu senpai es la única en nuestras vidas! —Hicieron una pose dramática y se desplomaron en el suelo. —¡Ya no miraremos a ninguna otra chica, seremos fieles!

Pronunciaron al tiempo, haciendo que los de tercero y Hinata sonrieran un poco.

—Por cierto, Hinata... —Se acercó Nishinoya. —¿No tienes novia? —Preguntó levantando las cejas sugerente mente, haciendo que Tanaka le siguiera y, que por consiguiente, el mayor de los de primero se pusiera a temblar.

—N-No... Yo no...

Ambos chicos se mostraron sorprendidos, soltando un leve grito.

—¿Qué? Es increíble, Shoyo. —Dijo el libero. —Con lo guapo que eres...

—Sí, sí... —Concordó el pelado. —¡Realmente me sorprende! ¿Cómo nadie ha intentado siquiera darte un beso? Hahaha...

Todo a su alrededor se detuvo. El color rojo comenzó a posarse sobre todo su rostro, trayendo consigo los recuerdos de la mañana anterior y queriendo esconderse bajo un puente ante esos recuerdos tan...

—¿Q-Qué es-estás diciendo? —Se sintió mareado. De repente el frío no se comparaba al calor que le subía por todo el cuerpo, dejándolo casi sin respiración y habla.

Las risas de sus mayores retumbaban en sus tímpanos, pero él claramente se hallaba en otra realidad.

"Hinata..."

La voz grave de Kageyama en ese momento mientras se acercaban se repetía en su mente, haciendo que los escalofríos fueran mayores y que sintiera un nudo en la garganta al recordarlo.

Mierda, mierda, mierda...

¿Por qué quería sentir eso de nuevo?

¿Por qué quería sentir eso de nuevo?

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Kageyama's problem. 'kagehina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora