¹³ Víctor.

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—¿Umh...? —El joven de metro setenta y cinco observó con fascinación el rostro desconcertado de aquel joven pelirrojo. —Creo que encontré a alguien... Con quién divertirme.

Hinata estaba temblando. De repente, las ganas de vomitar se habían ido y ahora sólo le quedaba una sensación de desespero en su interior.

¿Quién demonios es? Nunca lo había visto, mierda, mierda... Noya-san... Tanaka... Alguien...

—Sabía que eras un malnacido, pero no sabía que tanto.

Shoyo reaccionó con un espasmo ante esa voz. El zarco miró en esa dirección y soltó una potente carcajada. Con un ademán similar a elegante retiró sus largos brazos y mostró alegría pura mediante sus expresiones.

—Vamos, vamos... —Detuvo sus carcajadas, mostrando una catadura seria y escalofriante. —Hálagame más...

E-Es peor que Kageyama... Pensó el pelirrojo tragando duro y aferrándose de cierta manera a la pared a sus espaldas.

—Claro, como sea. —Hinata observó cómo aquel chico castaño que llegó de improviso se acercaba a él, ignorando por completo al metro setenta y tendiéndole la mano. —Lo siento, es una cabeza hueca. ¿Estás bien?

—Y-Yo... —Su garganta se había secado tanto que le impedía hablar, sintió como todo su cuerpo dejaba de temblar y, en cambio, sufría una pequeña descomposición.

—Tranquilo, soy Kazuki. Lamento esta incómoda situación, Víctor siempre nos causa problemas, sólo estaba tratando de decirte que planea derrotarte.

Todo el aura tensa y desesperada que se había formado, se detuvo en ese instante. Shoyo sentía que el suelo se caía debajo de él mientras esas palabras atravesaban su espíritu.

¿Q-Qué demonios...? Y yo pensé... yo pensé... que iba a violarme... de verdad lo pensé...

—¡Kaz! —Se quejó el platinado. —¡Siempre arruinas la diversión!

El castaño le pegó un fuerte codazo en las costillas. —¡Maldito! ¿No ves como lo dejaste? ¡Está más blanco que un papel!

—¡Así se ve más lindo y adorable!

—¡No es gracioso, Víctor! Por una vez en tu vida, sé amable. Te lo estoy pidiendo, idio...

Hinata no sabía cómo reaccionar a todo. Definitivamente el baño... Parece una cacería.


'°'


Por fin, luego de aquel problema, todos se disculparon con el bloqueador central, asegurando que no querían crear problemas. Shoyo los perdonó, sin embargo, seguía sintiendo la tensa y penetrante mirada de ese joven encima suyo.

Cuánta presión... ¿Sabrá... Sabrá lo bueno que soy? Es por eso que me está mirando... Aparecí en televisión, vencí a Shiratorizawa... sí, soy...

—¿Cómo te llamas, little boy?

Hinata se paralizó, indignado. ¡¿No sabe quién soy?!

—Eh...

—¡Hinata! —Tanaka lo llamó. —¡Vamos, calienta! ¡Ganaremos este partido!

El pequeño miró a su senpai, completamente emocionado. —¡Sí!

Así que Hinata... Susurró bajo el platinado mostrando una sonrisa.

Quince minutos después, ya habían practicado movimientos y estiramientos de calentamiento.

En el equipo contrario se encontraban cuatro jugadores, quiénes se habían presentado con anterioridad. Kazuki, el castaño que lo había salvado de esa incómoda situación, era el líbero; Víctor era un colocador; y los otros dos, llamados Kousuke y Haru, eran rematadores.

Todos parecían bastante emocionados, hasta que se dieron cuenta de que les faltaba uno a los cuervos.

—¿Qué haremos? —preguntó Hinata levemente. Nishinoya lo miró con una sonrisa y asintió.

—¡No te preocupes, no te preocupes! —Se acercó al pelirrojo, haciéndole un ademán para que acercara su oreja. —Estuviste practicando conmigo, los sorprenderemos.

El juego improvisado comenzó, con un punto directo de los oponentes. Después del saque de Víctor, Hinata se preparó para rematar una colocación de Nishinoya, anotando el punto con éxito.

—¡Eso es! —Celebraron los tres cuervos. Kazuki miró sorprendido en su dirección.

—Woah, nunca había intentado eso.

Y así continuaron por un rato, ganando ese pequeño set quiénes los invitaron.

Hinata se quejó, tomando un poco del agua que habían comprado y comiendo una barrita de cereal que estaba en su hoddie.

—¡No es justo! Ellos tienen a Kazuki, tenemos a Noya Senpai, pero debo admitir que no hemos practicado mucho el pase entre nosotros. Ryu logró anotar muchos y yo casi no pude tocar el balón.

Víctor se acercó hasta el pequeño rematador, sentándose a su lado.

—¿Estás triste por eso? —Pronunció confundido. —Es sólo un juego para divertirnos...

—¡No! —respondió el número diez de Karasuno. —... Es muy importante para mí. No tiene sentido si no alcanzo el balón. —Entrecerró sus ojos, recordando los inigualables pases de Kageyama y cómo podía sentirse él mismo cuando lo tenía a su lado. —Si tan sólo estuviera mi increíble colocador...

Un leve viento comenzó a sentirse por el lugar y Hinata siguió comiendo de su barrita.

—Bueno, ¿qué tal si yo...?

Shoyo se quedó en shock. Como si de una predicción o quizás una súplica escuchada por el universo se tratase, vio como se aproximaba el cuerpo de Kageyama a lo lejos.

No entendió muy bien como sus mejillas se sintieron calientes al observarlo detenidamente.

Esos guantes negros le quedan tan bien... ¡¿Pero qué estás pensando Hinata idiota?!

Hinata dejó de escuchar lo que le estaba diciendo el platinado, centrándose en la mirada oceánica de su colocador, quién se acercó a pasos lentos.

—Hinata. —Saludó el azabache seriamente y dirigió rápidamente su mirada hacia aquel otro cuerpo que se encontraba al lado de su rematador.

No le agradó. Tenía una maldita sonrisa en el rostro mientras lo miraba y eso le molestó. ¿Quién era ese? ¿Por qué Hinata siempre se hacía amigo de todos? Iba a estrangularlo, de verdad iba a hacerlo. Juró que otra vez esa aura siniestra lo estaba engullendo.

Estoy... ¿Celoso?

—Hola. —Habló el platinado, siendo consciente de la tensión que se había formado entre los dos cuervos, y como si supiera de todo eso, sonrió amablemente y pronunció:

—Estaba apunto de colocar para Hinata. Me llamo Víctor, ¿tú quién eres?

Kageyama quiso enterrarlo tres metros bajo tierra.


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Kageyama's problem. 'kagehina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora