Kageyama's problem. 'kagehina.

¹² Dudas.

Cabe aclarar que para el desarrollo de la historia, se ignoran muchos detalles o acontecimientos que realmente sucedieron o pueden suceder en la historia original del manga o el anime, así que deseo que esto sea tomado en cuenta para que no existan confusiones o futuras dudas. Gracias ^^

Luego del incidente de esa mañana, todo parecía transcurrir con normalidad.

Los de tercero dijeron que iban a ir al pueblo a pasar el rato de nuevo junto con algunos de segundo.

Tanaka, Nishinoya, Tsukishima, Yamaguchi, Kageyama y Hinata fueron los que decidieron quedarse en la cabaña. El líbero y los dos rematadores lo habían hecho a propósito, mientras que Tsukishima y Yamaguchi lo habían hecho para descansar y Kageyama parecía inseguro.

Shoyo contuvo su respiración al entrar de nuevo en la habitación, después del desayuno. Ahí estaba Tobio, con una expresión aterradora mirando los pinos.

Bueno... Más que aterradora es...

Los ojos de Kageyama carecían de brillo.

Solitaria.

—Hinata. —Susurró el pelinegro, haciendo que el más bajo se quedara estático mientras un escalofrío le bajaba por todo el cuerpo. Se quedó esperando el grito de Kageyama o al menos su mirada asesina de siempre.

Ambas respiraciones se encontraban tranquilas, sin embargo, sus corazones no. Y tampoco sus mentes. Los dos sabían que debían hablar de lo ocurrido, pero Kageyama sabía que no era el momento.

Si el silencio de la cabaña fuera mortal, ambos jugadores podrían escuchar a la perfección los latidos rápidos de sus corazones.

El colocador agarró su chaqueta negra y pasó por su lado para ponerle una mano en el hombro, sin mirarlo.

Hinata se paralizó.

—Gracias... Por hoy. No se volverá a repetir. Lo siento.

Shoyo sintió una ligera punzada en su interior, a la altura del pecho.

¿Qué? ¿Por qué... siento esto? Era sólo un favor... ¿no? Era... Un problema y debía solucionarlo.

'°'

Nishinoya, Tanaka y Hinata ya estaban en el lugar indicado. Unos leves rayos de sol se comenzaron a asomar por las montañas.

—¡Vamos, vamos! ¡No tenemos miedo! Nosotros vencimos al Shiratorizawa, somos los cuervos que se comieron al águila... hahaha...

El pelirrojo sintió que quería vomitar. No es momento. Se dijo. Pero el baño...

Finalmente decidió correr. —¡Ya vengo!

Nishinoya parecía muy convencido en su discurso mientras Tanaka gritaba contra los chicos que los habían invitado a jugar un partido. Sería algo sencillo, pero los mayores se animaron al percibir el aura de los cuervos que habían acabado de conocer.