† 10 †

258 29 80
                                    

-La vista es hermosa.- comentó Astrid maravillada por aquella vista de la ciudad desde la cima de un cerro, en la cual ambos estaban sentados observando el panorama. No era muy visitado así que no tendrían problemas con esconder al castaño de cualquier persona- Hiccup, dime cómo sabías de este lugar.- pidió volteado a verlo como una pequeña niña.

-Recuerdo que de niño venía siempre, aquí solía jugar.- explicó y una sonrisa nostálgica apareció en su rostro. Aunque el rencor estuviese pegado a su corazón, a veces, deseaba no haber dejado su casa, donde vivía feliz. Sin embargo, las cosas ya estaban hechas y no había, según él, vuelta atrás; se quedaría le guste o no.

-¿Venías con tus padres?- ella se atrevió a preguntar.

-Sí, cuando podíamos- suspiró manteniendo su vista en la ciudad.

-Hiccup, quiero la verdad…- la rubia también suspiró, pero sin dejar de verlo a él- ¿Qué pasó con tus padres? ¿Por qué vives en ese callejón y robas?- cuestionó sonando preocupada por él.

-Mi Lady, te dije que no me gusta hablar de eso.- negó al momento en que por fin dirigió su vista a ella.

-Me lo debes.- la ojiazul alzó una ceja.

-No tienes mala memoria. Está bien.-  volvió a suspirar resignado y  preparándose para lo que diría- Cuando tenía 5 años…- empezó a relatar cada parte de su historia, desde la promesa de su padre, hasta el día que se enteró de que seguía trabajando poniendo su vida en riesgo como policía. Hofferson lo miraba y escuchaba con atención y, en ocasiones, lo abrazaba.

-No sé qué decir.- le confesó entristecida.

-No digas nada, ahora sabes por qué estoy en la calle.- él le mostró una sonrisa para calmarla.

-Pero, ¿quién te ayudó? Sinceramente, no creo que te hayas escapado de casa y de una dijeras: "Robaré". Alguien te metió en eso.- dedujo frunciendo el entrecejo.

-Sí, estás en lo cierto.- Haddock sonrió más con orgullo al ver lo lista que es- Cuando salí no pensé en donde viviría, pensé en ir donde una tía, pero era capaz de llamar a mis padres y vendrían por mí. Corrí asustado por los peligros, no sabía qué hacer y me refugie dónde actualmente es mi casa...- mientras le relataba, los recuerdos invadieron su mente.

Flashback...

La lluvia no paraba por más que él se lo pidiera a los dioses. El ruido de los truenos y relámpagos lo asustaban a montón, el pánico y el miedo invadían todo su cuerpo. Varios rayos se presenciaban en el cielo, mientras el viento soplaba con gran fuerza haciendo casi imposible la vista. Casi sufría un ataque cardíaco cuando un árbol en frente suyo, cayó por la fuerza; eso ya era una tormenta. Corría con lágrimas en su rostro; finalmente encontró un pequeño callejón donde, al menos, se refugiaría hasta el siguiente día.

-Estoy a salvo.- murmuró para sí mismo el pequeño Hiccup, sin saber que no estaba solo. Varios jóvenes, algunos mayores a él, salieron con arma en mano, entre ellos un chico de cabello rojo y cuerpo fornido.

-¿Quién eres?- habló uno de los jóvenes.

-Me llamo Hiccup.- contestó de inmediato, mientras retrocedía un paso- Por favor, no me hagan daño.- rogó observando sus armas.

-¿Qué estás haciendo por aquí, Hiccup?- preguntó otro joven pronunciando de forma lenta su nombre.

-Escapé de casa, no tengo a dónde ir.- dijo llorando y asustado- No me maten, por favor.- volvió a suplicar sollozando.

-Yo no tengo piedad por nadie, despídete de tu vida, niño.- iba a dispararle, pero alguien lo detuvo. Todos dirigieron la vista hacia el responsable.

† DESTINO DIVINO †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora