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La tristeza lo mantenía callado, débil y sin ganas de hacer nada. A su vez se imaginaba y se preguntaba: ¿Qué hubiese sucedido si se quedaba con sus padres? Y aunque quisiera volver al pasado, porque tal vez así nunca hubiera conocido a Hofferson, ya no podía, si las cosas sucedieron fue por algo, y ese algo tocaba aceptar por más que doliera.

Tanto la amó, tanto la quiso, y lo sigue haciendo, pero la traición, nada lo sanaba. Ni se molestaba en salir a robar un poco, a ver si se distraía; Patán, quien lo veía desde su colchón, nunca pensó que podría deprimirse tanto, hasta tal punto, y temía que haga algo de lo cual desde el Valhalla se arrepentirá.

-¡Hiccup!- la voz de su Patapez fue lo único que hizo que alce la mirada- ¡Tienes que venir! ¡Ahora!- exigió llegando corriendo junto a Chimuelo.

-Patapez, no estoy de ánimos.- le contestó el castaño con pesadez, con los ojos cerrados y completamente recostado en su colchón.

-Pues esto te hará subir los ánimos.- insistía el rubio- Mejor dicho... Te preocupará- se corrigió con nerviosismo.

-¡Habla ya, Cara de Pez! ¿Qué sucede?- exigió saber Patán irritado y poniéndose de pie.

Sin embargo, unos ladridos conocidos para los oídos de Haddock, lo hicieron sobresaltar y se sentó de golpe en su colchón abriendo los ojos.

-¿Chimuelo? ¿No se supone que debes estar con Astrid?- cuestionó, pero el perrito empezó a correr- ¡Espera!... ¡¿A dónde vas?!- exclamó levantándose.

-¡Síguelo!- Patapez lo tomó del codo y lo llevó a la fuerza.

-¿Me quieres explicar que está pasando? No entiendo.- pidió Hiccup en el trayecto.

-Somos dos.- habló Jorgenson siguiéndolos.

-¡Escuchen!- demandó el alterado ojiverde una vez que llegaron al callejón con la rejilla subterránea que daba a la oficina de Drago.

† † †

-¿Está seguro de que no es un intento para atacar a mi grupo?-comentó Kroggan con escepticismo desde el videochat.

-No, necesitaré tu ayuda.- respondió Manodura algo irritado, pues al parecer, Kroggan había olvidado quién lo ascendió a su poder y quién seguía siendo su jefe.

-¿Para qué? ¿Van a hacer traslado de nuevos reclutas en mi grupo?- volvió a cuestionar.

-No, exactamente.- rodó los ojos y cogió una foto de su escritorio: El rostro de Astrid- Esta madrugada enviaré a una chica nueva para que empiece su nuevo trabajo.- reveló mostrándole la foto con una sonrisa de lado.

-¿Está diciendo que hay más jovencitas? Porque los empresarios han deseado tener a más de una en sus habitaciones.- comentó en medio de una leve risa, al parecer, era una situación que le causaba gracia.

-Que bueno oír eso.- Drago también parecía contento con ello- Hace poco atraparon a una chica, será enviada junto a la otra en la madrugada, para evitar futuros problemas.- informó satisfecho.

-¡Déjenme ir! ¡Auxilio!- gritaba una chica, quien Hiccup pudo reconocer la voz, se trataba de Heather, y la posible otra, tenía la horrible sensación, que podía ser Astrid.

-¡Cállate!- gritó el de rastas y le hizo una seña a Johann para que se la llevara- Muy bien, tal vez podremos enviarla primero por la capital si está revoltosa.- se quejó.

-Contrataron a mis chicas para una reunión privada de empresarios en un lujoso yate, cada una tendrá su habitación y compartirá con el caballero que pague por ella. Sacaremos una gran cantidad de dinero por cada una.- informó y se notaba las ansias en su voz.

† DESTINO DIVINO †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora