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Aunque odiaba admitirlo, todo se veía hermoso.

Los decorados y las habitaciones que estaban abiertas tenían buenas sábanas. Vio en los pasillos las escaleras para subir a la cubierta, con cada escalón sentía un profundo miedo, desesperación y angustia. Los nervios lo comían con rapidez, pero aparentaba estar tranquilo cuando pasaba por algunos de los invitados. El último suspiro que dió fue antes de por fin salir al aire libre, a visualizar la oscura noche que se presentaba en ese momento, con una luna llena decorando e iluminando el mar. Con la mirada trataba de buscarla, por desgracia, no obtenía ninguna señal de ella, solo veía a algunas chicas totalmente desconocidas, acercarse a cada empresario y de una u otra manera coquetearle. Al pasar por un estrecho camino vio a la chica que le había tocado: Heather.

-¿Usted es el señor Fouden?- preguntó la pelinegra con nerviosismo, Hiccup se limitó a asentir con la cabeza- Soy Heather, su acompañante en esta noche.- se presentó haciendo notar la tristeza en su voz.

-Lo sé, un gusto verte de nuevo.- habló el castaño en voz baja, ella de inmediato reconoció su voz.

-¿Hiccup? Dioses. ¿Qué haces aquí?- susurró asombrada, tratando que su sorpresa no sea captada por los demás presentes.

-Shh, no saben que soy yo.- aclaró- Te sacaré de aquí al momento de ir a nuestra habitación, tengo un plan, estoy trabajando junto a la policía.- informó por lo bajo.

-Seremos libres, gracias, Hiccup.- se acercó para abrazarlo, estaba muy asustada, por lo que no midió sus acciones. Sin embargo, el ojiverde correspondió, con comprensión, el gesto- Lo siento muchísimo por lo que hice en contra de tu relación con Astrid, no debí haber hecho semejante idiotez.- soltó con arrepentimiento una vez que se separaron.

-Sin rencores.- le sonrió levemente- ¿Dónde está ella?- cuestionó rápidamente frunciendo el entrecejo.

-Cerca de la proa, te llevo.- indicó.

Cruzaron los brazos para evitar levantar sospechas. La ojiverde rápidamente lo llevó hacia la punta del yate, saludando de paso a todos los invitados para que no sospechen de nada. Hiccup en ese momento sentía ansiedad y felicidad al ver a su Lady de nuevo. Se mantuvieron en un espacio alejado para que solo la pudiera divisar, si a Heather le dolía verla así, ¿cómo reaccionaría Haddock?

Con su mirada le indicó que mirara. Y allí estaba, la chica de sus sueños, su valquiria, por la que daría la vida, estaba frente suyo, junto a otro hombre.

Empezó a decaer, su corazón estaba dolido al verla en tal estado; la fuerza de voluntad mantuvo al margen las lágrimas que daban guerra por salir y brillar en plena oscuridad. Era una apuñalada a su corazón, con solo ver su estado somnoliento era obvio que la habían drogado. El empresario la mantenía abrazada para evitar que cayese, ella inconscientemente se acurrucó en su pecho. Destrozo era lo que sentía en ese momento, las ganas de golpear a ese maldito no faltaban, pero estaba consciente de que si hacía algo que no debía, el plan entero fallaría. Admitía que se veía hermosa, como la mismísima diosa de la belleza, sin embargo, se sentía en pleno infierno ardiendo, temía que le hicieran algo. No perdería esperanzas, promesas son promesas y él las cumpliría, no importa el costo que traerían, solo necesitaba verla a salvo para estar en paz, aunque le tocara morir.

-Muy bien, señores.- habló Drago desde un micrófono, todos de inmediato lo atendieron, Heather e Hiccup también, pero el joven miraba de reojo a su chica, quien lucía totalmente mal- Es todo un honor tenerlos como invitados, lo prometido se ha pagado, sus chicas están ahí. Cada uno tiene habitaciones especiales dónde estarán a solas, con cama incluida. Diviértanse y disfruten, las chicas estarán ahora bajo su mando y harán lo que les ordenen.-indicó con cinismo y todos aplaudieron, mientras algunos se quedaban tomando junto a su acompañante un poco de Champán, los que no lo hacían bajaban directamente a las habitaciones.

† DESTINO DIVINO †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora