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Veían el panorama, pareciera como si la tarde estuviera de acuerdo en ponerse al igual que sus estados: cien por ciento enamorados.

No era San Valentín, pero caminando por el parque veían como algunos le daban dulces o globos a sus parejas, varios chicos declarándose a las chicas, con suerte ellas aceptaban, en la otra mano, los chicos recibían buenas cachetadas por parte del género femenino. En fin, un escenario muy simpático de apreciar.

Hiccup observaba las formas de complacer a las chicas, como era su primera relación no tenía ni idea; dejó a Astrid sentada en un banco y fue a ver qué podía darle. Y en efecto, vió un florista en el parque y no dudó comprarle unas rosas, aún sin tener el suficiente dinero, se las había arreglado con el vendedor. Seguido compró un helado, pequeño, pero que de seguro disfrutaría. Ya una vez comprado todo, se fue a sentar junto a ella, quien le dió un beso y le agradeció.

Luego de disfrutar de su helado empezaron a jugar como unos niños, corriendo de un lado a otro y evitando que él o ella lo atrapara. Pero, en una de esas, Hofferson tocó una pequeña herida que tenía Haddock en el brazo, y este gimió del dolor, asustándola.

-¿Qué te paso ahí?- le preguntó con tono de preocupación.

-Esta mañana tuve una pelea.- murmuró resignado al ser descubierto, mientras tomaba su brazo herido.

-¿Por qué no me lo dijiste?- espetó ella frunciendo el ceño, se acercó para remangar su polera negra y así poder ver la herida- Aún sangra.- dijo analizándola.

-No quería preocuparte… Auch.- respondió con un quejido cuando ella rozó la herida con sus dedos al inspeccionarla.

-No creí que te pelearas.- confesó la rubia  abriendo uno de los bolsillos de su mochila, sacó un pequeño frasco y lo abrió.

-No lo hacía…¡Ouch!- el ojiverde volvió a gemir cuándo sintió que su novia le empezó a poner un poco de alcohol que tenía guardado en aquel frasco- ...Pero no podía dejar que le hicieran daño.- terminó su oración cuando el escozor pasó.

-¿A quién?- la ojiazul alzó su vista de la herida para conectar sus curiosos ojos con los de él.

-A mi mamá.- reveló con más seriedad.

-¿De qué hablas? ¿Viste a tu mama?- la muchacha no pudo evitar mostrar su asombro.

-Después de dejarte en la escuela , fui por uno de los callejones, solo estaba paseando...- gimió al sentir otra vez más dolor el alcohol pasar por la herida- Oí que una mujer gritaba, me escondí en un basurero y ví que Salvaje y otros dos estaban atacándola.- resumió, mientras ella lo escuchaba atentamente.

-¿Salvaje?- repitió extrañada por tal inusual nombre.

-Otro pandillero, así se le conoce por los callejones- le dijo ahora con rabia- Me acerqué y ví de quién se trataba, mi mamá. Pero eso no era lo peor, le habían robado, pero no les bastó, querían violarla.- añadió apretando sus puños con impotencia.

-Oh, por Thor. ¿Y qué sucedió?- la rubia se angustió de que hayan logrado su cometido.

-En ese momento me preocupé por ella, pero no tomaba una decisión: si ayudarla, o dejar que el rencor me sacara de allí sin hacer nada. Pero fui fuerte, me puse la capucha y me interpuse. Obviamente, no se iban a ir sin pelear, así que...- señaló con sus ojos y algo de gracia la herida en su brazo.

-¿Y ella te vió?- preguntó nuevamente guardando el alcohol.

-No. Salvaje mencionó mi apellido, pero lo asustada que estaba no le permitió escuchar con claridad. Me acerqué y le dí un poco de dinero que tenía, al menos para el taxi, la casa no quedaba tan lejos.- relató con una leve sonrisa, pues le enorgullecía saber que ayudó a su madre.

† DESTINO DIVINO †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora