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-Escucha, Astrid, perdona si no te dije, pero es que…- intentó hablar Lagertha, pero la mencionada la interrumpió de inmediato.

-¿Es que, qué, mamá?- arremetió- Yo no tenía problemas si me lo hubieses mencionado, me enoja que me mentiste diciendo que ibas a trabajar y, en realidad, estabas con él.- aclaró frunciendo el entrecejo.

-Que yo sepa aprovechaste para estar con tu novio, ¿o me equivoco?- contraatacó la adulta.

-¡Sí! ¡Lo Admito! ¡Te mentí!- aceptó harta de dar las mismas vueltas a la situación- Pero es que no quiero que me separes de él, créeme, es una persona muy buena a pesar de su mala vida.- se justificó suavizando su tono de voz.

-No cambiaré de opinión, Astrid, aún eres pequeña.- negó su madre.

-¡Oh, mi Thor!- la joven rodó los ojos fastidiada- Ya no lo soy, tengo 17, mamá.- renegó.

-Pero no tienes la edad suficiente para tener novio.- volvió a refutar.

-El amor llegó, ¿y quieres sinceridad? ¡Ese chico fue el que me intentó robar!- soltó enojada y se arrepintió al instante, eso no estuvo en su favor.

-Y justamente de ese imbécil.- refunfuñó Lagertha- ¿Te amenazó?- cuestionó entrecerrando los ojos.

-No lo hizo.- contestó con rapidez- ¿Sabes una cosa? Te contaré lo que sucedió.- de esa forma, Astrid empezó a relatarle lo sucedido, y aunque su madre estaba en la duda de su elección, no quería exponerla a peligros.

-Lo siento, Ast. Te prohíbo estar con él.- decretó con voz más baja que la que había estado usando antes.

-¡Mamá! ¡No! ¡No puedes hacernos esto, por favor!- rogó tomando sus manos.

-Esa vida que él lleva, te arriesgará a muchas cosas: drogas, alcohol, prosti...- se detuvo abruptamente en aquella palabra en especial que la hizo pensar en su propia situación- ...Tución.- terminó en un hilo de voz y sin atreverse a verla a los ojos.

-¿Por qué lo último lo dijiste de esa forma?- cuestionó la chica extrañada al notar el cambio- Como si ya lo has vivido o recordado algo... Mamá, ¿hay algo que deba saber?- volvió a interrogar con más seriedad.

-Astrid...- la adulta suspiró, antes de seguir hablando- Sobre el viaje de trabajo, bueno, en una parte te mentí diciéndote sobre una empresa.- dijo jugando con sus dedos, una clara señal de su nerviosismo.

-Explícate.- pidió ella al no entender su punto.

-Tal empresa no existía.- volvió a suspirar, sabía que su hija tenía que saberlo- Fui con él de viaje, nos conocíamos hace unas semanas y hasta éramos novios en ese viaje. Le mencioné que no trabajaba y me llevó a un lugar.- relató para después tragar saliva.

-¿Y qué era ese lugar?- preguntó empezando a sospechar.

-Un prostíbulo.- ante la reacción alterada de su hija no evitó que sus ojos se cristalicen- Al principio no quería, pero al final, perdí hacia su encantadora forma de tratarme, tengo que admitirlo, hasta me gustó trabajar allí a los tres días.- confesó con un nudo en la garganta.

-¡Mamá! ¡¿Cómo puedes decir eso?!- exclamó completamente desconcertada.

-Sé que suena horrible, pero Drago me dio trabajo aquí en las mañanas, algunos frecuentan a esas horas. No es tan malo como crees.- trató ella de convencerla.

-¿Y así piensas que te quiere?- interrogó furiosamente entre dientes.

-Lo hace, no hay duda; de hecho, me pidió matrimonio.- declaró Lagertha con una gran sonrisa, mientras levantaba su mano derecha para mostrar el precioso anillo en su dedo anular.

† DESTINO DIVINO †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora