† DESTINO DIVINO †

† 40 †

1 Año después...

-Por tu buena conducta en prisión y las enseñanzas que le has dado a los demás presos, Hiccup Haddock, te declaro, a los 12 meses de estar en prisión, la libertad.- decretó el juez para luego golpear su martillo contra la madera y acto seguido todos aplaudieron- El día de hoy se incorpora a la sociedad como un ciudadano diferente. Espero no verlo aquí a no ser de una buena obra.- le advirtió con carisma y se fue del salón como en el pasado, pero esta vez dejó un ambiente de felicidad.

-¡Hiccup! ¡Amor!- exclamó Astrid y saltó, literalmente, de su asiento para correr a abrazar a su novio, quien sonreía y celebraba, antes de recibirla con sus brazos.

-¡Mi Lady!- la nombró con emoción- Qué alegría verte, extrañé muchísimo poder abrazarte.- dijo al recordar que podían verse a través de cabinas telefónicas dentro de la prisión. Luego no perdió más tiempo y dió más de un beso.

-Yo también, me hacías falta.- correspondió la rubia saboreando sus labios.

-Nada nos separará nunca más, estaremos juntos. Cero cárceles, cero peligros; seremos felices.- le aseguró el ojiverde juntando sus frentes y acariciando con delicadeza su cintura.

-Hijo…- ambos se separaron al escuchar la voz de Estoico- Qué alegría verte libre.- el policía lo abrazó.

-A mí también.- bromeó el menor correspondiendo el gesto, luego de separarse de su padre, no pudo evitar tomar a su novia de la cintura. Ahora que podía estar con ella, no quería estar lejos de ella- Por fin estoy libre, no soportaba estar más allí, no podía quedarme un día más sin estar con ustedes.- confesó y, con una sonrisa de lado, miró a Hofferson, quien se acurrucó en su pecho encantada.

-¿Aún quieres hacer la sorpresa que me mencionaste?- preguntó el pelirrojo.

-Claro.- contestó su hijo de inmediato- Le diré a Bocón que nos lleve a casa. ¿Vienes, cariño?- se dirigió al final a su novia.

-¿Bromeas? Claro que sí, quiero conocer a tu madre y no quiero separarme de ti.- respondió la joven, pues ella también estaba al tanto de sus planes.

-Entonces, vamos.- concedió el castaño con una gran sonrisa.

Se subieron en dos patrullas policiales, como estaba trazado en el plan. Todos lo acompañaban: su padre, su padrino, su novia, los gemelos, Eret, Patán, Patapez y Heather. Curiosamente, Eret ya estaba entrenando justamente para ser policía. ¡Vaya cambio! Llegaron a la casa de los Haddock, la misma de siempre, la misma desde que nació. Estoico abrió la puerta, mientras Hiccup se ponía su recordada capucha negra, todos los demás estaban escondidos.

-¿Estoico?- salió Valka a la puerta y lo miró con sorpresa- ¿Cómo así llegaste temprano? Creí que trabajarías hasta tarde.- le dijo con una pequeña sonrisa cuando él la abrazó como cada vez que llegaba a casa.

-Mi vida, ¿recuerdas al chico que te salvó de que te violaran?- cuestionó desconcertándola.

-Sí, quiero encontrarlo y agradecerle.- contestó esperanzada, pero luego su semblante cambió a uno más triste- Espera, no me digas que lo apresaron. Oh, Estoico, por favor, de todas formas tengo que agradecerle.- pidió.

-Y por eso te lo traje hasta aquí, está afuera en la patrulla.- le informó conteniendo todas las ganas de sonreír. Inmediatamente, la castaña salió corriendo hacia el vehículo- Te sorprenderás de quien se trata, amor.- se dijo a sí mismo.

-Dioses, muchacho, gracias de verdad por salvarme aquella vez. Te busqué, pero no había ningún rastro de ti.- le habló con dulzura cuando lo vió sentado y encapuchado en la parte trasera de la patrulla- No tengo mucho dinero, pero con esto te alcanzará.- sacó su billetera y estaba dispuesta a entregarle 100 dólares al menos, pero se sorprendió al ver que la mano de este la detuvo.