Capítulo №4

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Nunca en mi vida esperé tanto por un lunes en la mañana, despertar, arreglarme, desayunar y salir a trabajar. Tener la mente ocupada y libre de pensamientos, sin tiempo de sentirme mal o preocupada, ansiosa y con pequeños espasmos en el pecho. El resto del fin de semana la pasé encerrada en mi departamento, mi única compañía fueron mis gatas y la televisión.

Había perdido las ganas de ir al club o salir con cualquiera de mis amistades, ni siquiera quería responder mensajes. Era la primera vez en años que estaba tantas horas sin hacer nada. La llegada de Ethan me había descolocado, me sacó de mi zona de confort, y me hizo dar inseguridad una vez más. Hice regresión, hasta podía sentir la pequeña presión en el pecho crecer y el estómago cerrarse. Era miedo. Pero no iba a dejar que eso me frenara, yo no hice todo lo que hice para dejar que me lo arrebaten, me las he pasado peores y no voy a dejar que nadie me pase por encima una vez más.

Guardé mi bolso del gimnasio en el baúl, y subí para salir del estacionamiento, coloqué mis lentes de sol y encendí el reproductor de música. No sé de dónde salían las energías y la fuerza, pero agradezco que mi cuerpo se ponga en piloto automático y no deje que gobierne la niña de mi interior, esa que aún llora y teme.

Al llegar a la oficina saludé a todos como de costumbre y fui a mi pequeña oficina junto a la de mi jefe. Es temprano y por supuesto aún no ha llegado, organicé todo mi trabajo que consiste en planear y ejecutar su agenda, en base a eso planeé la mía, y mientras esperaba que llegara, fui por un café. Recién entonces entré a Whatsapp y fui viendo cada uno de los mensajes que tenía, me encontré con muchas publicaciones en las redes, cómo por ejemplo, la reunión del sábado de la que me fuí.

Ver a Ethan tan sonriente, tan feliz, tan hermoso e inalcanzables me lastimaba los ojos. Estaban todos etiquetados en las fotografías, y me llevé la gran sorpresa de poder ver el perfil de Ethan que antes no estaba disponible, era una de dos, o me tenía bloqueada, o era una cuenta nueva. Pero al ingresar descubrí que era la primera, él me tenía bloqueada, porque su cuenta estaba activa desde siempre, con fotos de paisajes, trabajo, estructuras, edificios, y lo más sorprendente fue encontrar algunas fotos perdidas de él y una chica.

Es más doloroso de lo que alguna vez imaginé que sería, ver a Et abrazado a alguien más, incluso una donde confirme mi sospecha y se estén besando. Si fuesen diferentes mujeres, me sentiría mejor, porque es algo que él haría de soltero, estar con mujeres, pero no, las fechas van con meses de distancia entre sí, y la última fotografía de ellos juntos que Et subió titulada #NovenaMaravilla y es ella con un paisaje de fondo, es de hace 3 semanas.

Era alguien con quien tenía una relación, alguien que ocupó mi lugar.

Siento mareos a tal punto que vuelvo a mi oficina y me desplomo en el sillón, cierro mis ojos y me llevo las manos al pecho tratando de abrir los botones de mi camisa, pero nada da resultado, el dolor es de adentro, me está cortando, duele tanto que creo que voy a tener un infarto. Jamás creí que iba a amar a alguien más, jamás creí que iba a dejarme ir, pero podía pasar, y pasó. Porque no creo que esa sea otra amiguita con derechos como la hija de puta de Megan, esa chica tiene pinta de ser la oficial.

—No debería importarme —digo en voz alta y un segundo después mi jefe pasa frente a mí.

—Buenos días, Julieth —saluda amablemente. Él me dice así, Julieth, dice que es más elegante.

—Buenos días —saludo y lo sigo con mi libreta.

No deja de temblarme las manos, intento borrar de mi mente las fotos, a Et, intento borrar el pasado y me aferro al presente. Es hermoso lo que logré, no voy a tirarlo a la basura y juro que voy a hacer que Ethan se arrepienta de haberme dejado en la escoria y miseria humana en la que estaba.

Perpetuo Caos #4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora