Capítulo №12

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—¿Qué vas a tomar? —le pregunto a Tobías, quien está a mi lado en la barra, ha venido a hacerme compañía.

—Algo que tenga limón y hielo —pide mientras teclea su teléfono sin parar.

Le preparo un Gancia con mucho limón y se lo dejo al frente, me tomo unos momentos para descansar de la acalorada noche y lo observo con una sonrisa macabra.

—¿Hablas con Caleb?

—No —responde distraído.

—¿Siguen mal las cosas? —consulto.

Sé que han estado en cortocircuito, es una relación muy pero muy intermitente, hoy están, mañana no. Y todo es por lo mismo: el pene infiel de mi hermano. Caleb ya no lo soporta, pero se resiste a dejarlo ir, en parte lo entiendo, sé lo que es amar incondicionalmente a alguien, y no importa cuando te rompas, sigues ahí esperando el milagro.

—No, mal no, pero bueno —por fin me mira a los ojos y se ve angustiado.

—¿Qué pasa?

Se apoya sobre la barra casi echándose.

—Yo descubrí que no sirvo para la monogamia, y él se niega a tener una relación abierta, que es lo que estamos teniendo —se encoge de hombros y bebe—, qué bueno está —señala mi trago.

—¿Y le dijiste?

—Sí, pero no quiere, y luego vuelve, y me exige que estemos solo nosotros, y no, no puedo, conocí a una pelirroja que me encanta, y le dije: ¿porque no aceptas aunque sea a una chica? Mínimo así yo con los dos me conformo. Es que no puedo estar sin ninguno de los dos sexos.

—O sea que estarías con dos personas a la vez —trato de entender.

—Sí, un hombre y una mujer, o sea, a mí Caleb cómo hombre me satisface, pero obviamente necesito de una mujer también, y él no, a él le dan asco, pero tampoco me quiere compartir, no sé... Tal vez deberíamos separarnos definitivamente, pero van 15 años que estamos así, de idas y vueltas.

Cuando me enteré que Tobías estaba con Caleb desde sus 16 años, no podía creerlo, obvio era una relación secreta, pero me sorprendió la cantidad de años que lo ocultó y sobretodo, que ama a la misma persona.

—Qué difícil eh, en estos casos lo mejor es estar soltero.

—Tampoco —se queja—, porque yo lo quiero, pero bueno.

—Para él quizá no lo quieres lo suficiente.

—Ya me conoce, July... —se queja.

—¿Y la pelirroja qué dice a todo esto?

—Ella es especial, obviamente estaría encantada de estar entre ambos —pone una expresión de perversión que me relaja el estómago.

—No quiero saber tanto —me quejo.

Cuando vuelvo a preparar los tragos, a la distancia veo llegar a Lío, viene con cara de perro abandonado que no soporto. No quiero ser cruel pero no estoy para reclamos, y desde la última vez que nos vimos —la noche que Et se quedó a dormir en mi departamento—, no hemos vuelto a vernos, me molestó su actitud de novio enojado siendo que se lo aclaré muchas veces, y al parecer, los intentos de contacto no respondidos no fueron lo suficiente claros.

—Buenas noches —saluda.

Me estiro por la barra y beso su mejilla lo más distante que puedo, luego saluda a mi hermano y toma asiento.

—¿Qué tal la noche? —pregunta.

—Todo bien —respondo y sonrío sin mostrar los dientes, reviso mi teléfono y me encuentro con que estoy en un grupo nuevo de WhatsApp llamado "despedida de año" donde Ethan es el creador y estamos todos.

Perpetuo Caos #4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora