Caminaba como un gato enjaulado por el pasillo, había bastante gente en pequeños grupos todos allegados a Et. Comenzaba a llamar la atención de todos con mi comportamiento desquiciado, pero no podía controlarme, era más fuerte que yo, estaba furiosa, tenía miedo y culpa, me sentía demasiado preocupada por Et y su salud, y para colmos, tenía a su ex frente a mí poniéndome en un lugar territorial y celoso, del cual siempre quiero escapar, pero mi naturaleza es más fuerte y prevalece.
—July, ¿vamos por un café? —ofrece Matt tomándome por los hombros. Mi hermano parado a su lado se lleva la mano al mentón y me analiza preocupado.
—No quiero un café, quiero hablar con Sharon —me quejo.
—No es momento de ponerte así —se queja Tobías al fin—, por favor, July.
—¿Y cómo debo sentirme? —farfullo sobrepasada por la situación, tanto que empiezo a llorar y no me controlo, quiero patalear, quiero gritar—, la última vez que estuvimos en esta situación cuando entré a ver a Et no me reconocía, no me hablaba y después ya todos sabemos lo que pasó.
—No es la misma situación —explica Matt, y justo llega Phil a pasar su brazo por mi espalda.
—Esta vez es mi culpa, hasta su padre me echó la culpa.
—¿Alexis? —inquiere Tobías.
—Tiene razón —afirmo—, y mira, mi cuñada trajo a esa perra pelirroja, ¡odio a las pelirrojas! —me despacho y Tobías vuelve a mirarme con desdén, ya que su novia es pelirroja.
Cuando Sharon se acerca caminando, intercalando la mirada entre el suelo y yo, siento que voy a escupir fuego, y lo nota, nota mi enojo porque frunce sus labios antes de llegar y llora.
—¿Podemos hablar?
—Claro que debemos hablar —me quejo y la sigo despidiéndome de los chicos con la mirada.
Me guió hasta la cafetería y la seguí clavándole la mirada en la espalda. Tomamos asiento y observé a Sharon jugar con el menú. Debería estar destruida, blanda y llorando como ella, pero ser una bola de nervios enojada me funciona más para lidiar con el dolor.
—¿Qué hace aquí? ¿Por qué le dijiste que venga? ¿No te das cuenta lo que me causa y más en un momento así?
—Primero —interrumpe—, yo no la llamé, no le dije que venga, Ethan la tenía en sus contactos de emergencia así como me tenía a mí, la policía se contactó y la informaron, ella se tomó el primer vuelo y acaba de llegar. Luego ella se comunicó conmigo ni bien supo, y obviamente le informé cómo llegar, pero ya no era mi decisión, es Ethan quién batalla por su vida, Julieta, yo no creo que sea momento de estar haciendo escenas de celos...
Me quedé perpleja a la catarata de cosas que dijo, respiré un poco más aliviada al saber que ella no me traicionó, y tiene razón en todo, pero eso no quita que ella esté aquí y tenga que soportarla.
—Es que no sé cómo manejar esto, ¿qué debo hacer?
—Nada, esperar a que Et mejore, o hablar con ella antes y anticiparte para evitar el estrés luego, parece una chica coherente y amable, no creo que vayan a tener problemas, no esperes ser la mejor amiga porque le quitaste al novio —ríe—, aunque la que se lo queda pierde.
También río.
—Cada segundo que Et está ahí respirando con asistencia siento que me muero —confieso—, no quiero ser negativa, pero temo por él.
—Los médicos dijeron que se encuentra fuera de peligro, es cuestión de esperar y recibirlo con la mejor de las ondas.
Tomamos un café y limamos las asperezas que se habían formado en nuestra relación intachable. Necesitaba un momento de paz por más mínimo que fuera, tenía que prepararme mentalmente para hablar con la pelirroja y ponerla al tanto. No sé sí sepa mucho de mí, lo dudo conociéndolo a Et, pero debe tener en claro que todo está terminado y que no puede meterse entre nosotros, no volveré a
tener una Megan en mi vida nunca más.