Capítulo №16

261 49 7
                                    

Terminé de poner la mesa y cada uno iba tomando su lugar, mamá quiso poner velas y fui encendiendo una a una. Me siento un poco triste de que papá no esté aquí para la noche buena, pero lo único que me reconforta es que pasaré el año nuevo con él. Tomo asiento junto a mi hermano y él comienza a servir vino, vamos a comer carne asada y diversas ensaladas, nada complicado. Yo he traído un postre y otros se han encargado de las demás cosas. No somos muchos, solo la familia más cercana, y ninguno trae parejas a excepción de mi mamá con Bryan. Josh se sienta al otro lado y comienza a contarme de su día a día ya que hacía bastante que no nos veíamos, me siento un poco alejada de todos.

La cena comienza y está todo realmente delicioso, no se siente un clima tirante como suele haber siempre en la casa de mi mamá, será que aprendí a ignorar a Brenda, o tal vez ya nada de lo que antes me importaba, ahora tiene relevancia. Simplemente vivo y disfruto de los seres queridos que tengo junto a mí en este momento, y trato de evadir la angustia que siento crecer dentro. Se hacen las once y media de la noche, acomodamos y servimos el postre, preparamos la mesa dulce con todas las confituras, frutos secos y budines dulces, y obviamente el champagne y la sidra para brindar. Afuera hace bastante calor pero aquí dentro el aire acondicionado hace que nos sintamos en otro país.

—Faltan 3 minutos para las 12 —avisa Tobías y comienza a servir las copas de todos en la mesa.

Mi teléfono ha quedado en el bolso y no lo revisé en toda la noche, salvo ahora que veo las muchas notificaciones que tengo, pero las ignoro y abro la cámara para sacar una foto familiar. La mayoría tiene una prenda roja, yo opté por un vestido, nos acomodamos en un extremo de la mesa y sonreímos a la pantalla hasta que se activa la fotografía. La subo a Instagram acompañada de un lindo mensaje para todos los que lo vean, y vuelvo a bloquear el teléfono para compartir el brindis.

—¡Feliz navidad! —saludamos al unísono cuando oímos los cohetes sonar, ni hace falta mirar la hora, el sonido avisa.

Comenzamos a comer nuevamente hasta reventar, por momentos nos ponemos a bailar y animar la noche, y cuando se hacen algo de la una y media de la mañana y algunos de mis tíos comienzan a quedarse dormidos sentados en la mesa, ahí me aburro. Me sumerjo en mi teléfono en un rincón del sofá y entro a Instagram. La mayoría de las personas ha reaccionado y enviado felicidades también, incluso Et quien ha puesto corazones. Él subió un estado también con toda su familia, la están pasando en la casa de Et, y se ve todo tan elegante y entretenido.

—¿Qué pasa? —pregunta mi hermano llegando junto a mí y tomando asiento a mi lado.

—Nada ¿por? —sonrío y bloqueo mi teléfono.

—Porque te ves mal, o sea, rara. Ya van días así y nunca estás triste en una navidad.

—Extraño a papá, nada más.

—July por favor no me mientas —se queja, y por un momento me pongo nerviosa de que descubra mi acercamiento con Ethan—, ¿Lío está molestándote?

Sonrío y niego, Lío es el menor de mis problemas ahora mismo. Me acomodo para estar frente a él y adoptar mi postura de "no pasa nada" que he usado los últimos años para que nadie se meta en mi vida y que me ha funcionado.

—No, ese imbécil no me molesta, mira que me ha engañado —me quejo—, parecía tan dulce y caballeroso, pero mostró la cara.

—La mayoría tiene un lado oculto —comenta él.

—¿Y cuál es el tuyo?

—Soy muy sexual —responde y reímos—, ah no, ese no es oculto...

Me río de sus ocurrencias.

Perpetuo Caos #4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora