IX

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—Hola, tú... Debes ser la pareja de mi hermana ¿Verdad?

—Hola, sí, soy Nate —le dijo dándole la mano.

—Biel, uno de sus hermanos mayores —pronunció estrechándola levemente—. Cala ¿Estás mejor?

Asintió levemente con la cabeza, apretando sus labios entre sí para no llorar.

—¿Puedo abrazarte? Te extrañé mucho en estos años.

La jovencita asintió con la cabeza, y con la ayuda de Nate, fue hasta Biel para abrazarlo, sollozando.

—Y-Yo también te extrañé, ya no lo arruines más, hermano, por favor.

—No, ya no haré estupideces, Calita —le dijo en un tono bajo, acariciando su cabello—. Ya no más estupideces...

Nate conocía la situación de Biel, después de todo, había sido apresado luego de intentar irrumpir en la unión de Brenda y Blake.

—¿Y ustedes están viviendo aquí? —les preguntó en un tono calmo.

—Sí, nos quedaremos unos días más hasta que Cala se recupere, luego nos iremos a nuestra casa.

—¿Qué tenías Calita?

—E-Es... Largo de explicar, pero ya estoy bien —pronunció bajo.

—Creo que después North o Natalie, podrían explicarte mejor la situación —le dijo Nate en un tono incómodo.

—Ah, entiendo. ¿Y en dónde viven? Creí que mi hermana se quedaría aquí cuando se uniera —sonrió.

—En Sunrock, aquellas son nuestras tierras.

—¿Sunrock? Pero eso queda muy lejos de aquí, incluso está saliendo del bosque. ¿Por qué se fueron tan lejos?

—Porque ese es nuestro hogar —pronunció Nate frunciendo el ceño—. Allí estamos bien solos. A veces es mejor vivir alejados de la familia y los problemas.

🌘🌘🌘

—Sólo fue un sueño, tranquila, estás aquí conmigo —le dijo en un tono suave, luego de despertarla.

Cala estaba teniendo una pesadilla, despertando a Nate con sus sollozos.

—P-Perdón por despertarte.

—No te preocupes, amor —murmuró dándole un beso en la frente—. Estás a salvo, estás conmigo y en tu casa.

—Nate... ¿Crees que fue mi culpa perder al cachorro?

—No, no lo creo.

—Tal vez, mi cuerpo sabía que yo no lo quería, y por eso lo expulsó —le dijo con lágrimas en los ojos—. E-Entonces, sí sería mi culpa.

—Claro que no, Cala. Ese embarazo en primer lugar no tendría que haber ocurrido, y lamentablemente, tú no estabas preparada para gestarlo.

—L-Lo sé, pero me da mucha lástima el cachorro —murmuró secándose las lágrimas de los ojos—. Él... Sólo era una víctima.

—Fue producto de un abuso.

—N-No, porque fue cuando nosotros nos unimos, fue producto de esa noche —pronunció en un hilo de voz.

—¿Tú lo querías?

—N-No, yo n-no quería ser mamá aún, pero... Pienso en como hubiese sido, y me da mucha tristeza. Era muy pequeñito y se fue.

Nate miró el techo, respirando profundo, mientras le acariciaba el cabello.

—Si no lo hubieses perdido ¿Hubieras elegido tenerlo?

—S-Sí.

—Pero tú no lo querías, Cala.

—Pero quizás lo hubiese llegado a q-querer luego.

—Era hijo de ese maldito bastardo, Cala —gruñó—. Nada bueno hubiese nacido de él. Ya no pienses en esa criatura que no nació. Cuando... Tú te sientas mejor, tendremos a nuestros propios cachorros.

Asintió con la cabeza, abrazándose a él, sintiéndose tan afligida. Porque de algún modo, se sentía culpable igual.

—Yo les dije que lo hiciera.

—¿Q-Qué? ¿Quieres decir con eso?

—Tú no te encuentras en condición de llevar un embarazo ahora, y mucho menos, cargar con el hijo de tu abusador. Blake no quiso hacerlo, así que hablé con uno de los médicos del hospital. Yo les dije que te realizaran un aborto, así qué... No te sientas culpable.

—N-Nate —sollozó alejándose de él—. ¿Por qué hiciste eso? ¡¿Por qué?!

—Porque tú no lo querías.

—¡Pero era mi cachorro! ¡Mi bebé! —lloró golpeándolo en el pecho—. No era tu decisión ¡Era mía! ¡Dijiste que nadie más debía decidir por mí! ¡¿Por qué lo hiciste?!

—Cala.

—¡No! ¡No era justo! ¡Era mi cachorro!

—Lo siento mucho —le dijo abrazándola, ignorando sus golpes, hasta que dejó de hacerlo, llorando contra su pecho—. Lo siento, creí que hacía lo mejor por ti.

—E-Era mío también, y yo podría haberlo cuidado y amado, no tenías porque haber interferido, era mi cachorro, mi elección, no tuya, Nate —lloró frustrada—. Mataste a mi bebé, lo mataste.

—Perdón Cala, y-yo... Tú dijiste que no querías tenerlo.

—¡Te dije que quería pensarlo! —le gritó alejándolo—. Si no vas a respetar lo que digo, entonces no sé cómo pretendes que intentemos estar juntos.

—No volveré a hacerlo, lo juro —pronunció afligido—. Sólo quería protegerte, y sacarte el peso de decidir si quitártelo o no. Creí que te estaba ayudando, jamás hubiese querido dañarte.

Lo miró a los ojos, y luego volvió a abrazarlo. Todos decidían sobre su vida, y siempre terminaba herida.

—Si quieres un cachorro, lo buscaremos cuando estemos en casa ¿Sí? Quiero que formemos nuestra propia familia, pero en lugar tranquilo y alejado.

Cala no dijo nada, sólo se dejó abrazar por él... Realmente no quería hablar de eso ahora.

...

NateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora