XVIII

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—¿Y esa sonrisa? Me da un poco de miedo e intriga, pareces un maldito psicópata —pronunció Skyler viendo a su medio hermano.

—¡Estoy emocionado! Conseguí un alfa de PurpleSnow ¿Recuerdas el clan que te hablé del bosque? Uno de ellos, y no sólo eso, es uno de los que pertenecen a la rama especial del clan.

—¿Los inmune a las toxinas de la planta esa rara?

—¡Exacto! ¿Dónde está Milena? La necesito, finalmente le hallé una función a esa idiota.

—A juzgar por la hora, debe estar en clases.

—Me vale mierda, ya no tendrá que ir más a la escuela. Primero que es estúpida, segundo que es débil. Así que su función, será igual a la de cualquier hembra omega, parir y satisfacer a un alfa.

—Te estás olvidando que ella es una alfa también, jamás aceptará ser la sumisa de un macho.

—Tsk, eso se soluciona fácil, le damos un represor de alfa, le inyectamos un poco de hormonas, y enseguida tendremos una perra sumisa, lista para criar —sonrió divertido—. Hablando de eso, llama al médico ¿Cuál era su nombre?

—Que importa eso —pronunció desinteresado Skyler, tomando su celular.

—Tienes razón, llámalo y dile que me prepare todo. El alfa llegará la próxima semana, necesito a nuestra hermanita lista para eso, en celo para recibirlo y tener nuestro próximo cachorro. Wildwolf será el clan más grande, fuerte y exitoso del mundo entero.

🌘🌘🌘

Después de estar viviendo en una casita fuera del bosque, a pocos kilómetros del pueblo del mismo, finalmente podía hacer la mudanza de sus cosas hacia su nuevo hogar.

Kenneth junto al dinero de Sunrock, le había dado una casa en una de las ciudades principales de aquel país, dónde además la familia Wildwolf tenía una de sus empresas.

Ahora, junto al camión de la mudanza, Nate iba viajando en auto con Nieve. Al final, no había sido tan difícil conducir como había creído. Al contrario, conducir un auto era mucho más cómodo y seguro que andar en moto.

Y después de estar varias horas viajando, finalmente el camión se detenía. Nate observó la casa donde comenzaban a descargar las cosas y se detuvo también, observando en su celular la dirección que Kenneth le había dado.

"—Es una casa modesta, pero te servirá para vivir. Porque sólo te irás tú ¿Verdad? ¿O es que tienes mujer y cachorros ya?

—No, estoy solo.

—Eso lo hace mucho más especial —sonrió."

¿En serio a eso le llama una "casa modesta"? ¡Era enorme! Esa casa tenía dos pisos, y desde afuera se veía que varias habitaciones. Sin contar con el enorme jardín delantero, dónde estaban descargando.

Tomó su celular y marcó el número de Kenneth, bajando con Nieve del auto.

—¿Seguro me diste la dirección correcta? Esto para nada es una casa "modesta".

"—¿A qué te refieres? ¿Ya estás ahí?"

—Ajá.

"—¿Pero no sé suponía que ibas a venir en una semana? Sólo pasaron tres días desde que me dijiste eso."

—Conseguí antes el camión de mudanza.

"—Mm, entiendo... Oye ¿Qué te parece si vienes a cenar a mi casa? Yo quería darte la bienvenida en persona, pero ya que llegaste antes, déjame tener ese gesto aunque sea."

—No es necesario.

"—Insisto, sería muy descortés de tu parte no aceptar."

—Si voy, lo haré con mi lobo.

"—¡Pero por supuesto! No esperaba menos de ti. ¿Qué te parece a las ocho? No conoces la ciudad, así que te enviaré un auto a buscarlos."

—De acuerdo.

"—Perfecto entonces, Nate. Ya siento que somos familia."

Nate cortó la llamada, frunciendo levemente el ceño. Ese tipo era tan raro. En fin, él ahora quería conocer su nuevo hogar junto a Nieve, y descansar un poco luego de tan largo viaje, nada más.

🌘🌘🌘

Cortó la llamada, sonriendo... Antes de borrar la sonrisa y arrojar el celular contra el suelo. ¡Odiaba cuando las cosas no salían como él las había planeado!

—¡¿Dónde mierda está la estúpida de Milena?! —gruñó, saliendo de su oficina, dirigiéndose a la habitación donde dormía su hermana.

—Kenneth, ella aún está durmiendo, su cuerpo está muy débil.

—Oh ¿En serio? Pobrecita —sonrió, antes de fruncir el ceño y gruñir, enseñando sus dientes—. Me importa una mierda si no puede mantenerse en pie, quiero a esa perra despierta para las ocho de la noche.

—Pero está-

—¿Tú no oyes o que? —le dijo tomándolo del cuello—. Sólo eres un maldito enfermero, nada más. Quiero que entres a esa maldita habitación y la despiertes. Tuvo dos días para asimilar las drogas y hormonas.

—E-Ella está... Atravesando una e-especie de celo.

—Mejor —sonrió—. Cuanto antes follen, más rápido tendrán cachorros. Ve y despiértala.

...

NateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora