XIV

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Habían vuelto del pueblo muy de madrugada, y Nate creía que por eso Cala no se sentía bien, que quizás el frío la había enfermado y por eso ahora tenía fiebre.

Había intentado bajarla, pero al llegar el atardecer, supo que tendría que llevarla al consultorio se Blake, ya que la muchacha no parecía mejorar.

—Amor iremos con tu hermano ¿De acuerdo? Vas a estar bien —le dijo mientras la cambiaba, ya que sólo estaba en ropa interior.

Con la hora que era, llegarían alrededor de las seis de la mañana a PurpleSnow.

Terminó de vestirla y salió de la cabaña, seguido por Nieve. Fueron hasta la moto, y el rubio le colocó el carrito para el cachorro, quien se subió de inmediato, sentándose para que le colocara los cinturones.

Volvió hasta la cabaña y con cuidado tomó a Cala en brazos... Tendría que comprar otro tipo de vehículo, quizás una camioneta o algo dónde pudiesen viajar de forma más segura los tres.

—Todo estará bien, amor —le dijo dándole un beso en la frente.

🌘🌘🌘

—No puede ser que hayas entrado en celo por haberla visto una vez —gruñó molesto Trent.

El muchacho estaba con la temperatura muy elevada, al punto de estar sudando y jadeando. Y si los síntomas seguían avanzando, tendrían que atarlo para que no cometiera la locura de ir a buscar a la omega.

—¿Qué haremos con él?

—Le durará tres días como mucho, pero alguien debe ir a buscar un represor, antes de que el imbécil quiera ir por la omega.

—¿Y la omega también no estará atravesando el celo?

—De seguro que sí, por eso él está así, pero ella tiene a su compañero después de todo.

—No creo que él sepa de eso.

—¿Cómo no lo va a saber? No es estúpido.

—Pues no hay muchos omegas en el bosque, y en PurpleSnow menos. Allí nacen betas o alfa únicamente.

—En fin, no me interesa. Tenemos que inyectar al imbécil de Gael antes de que nos ataque a nosotros e intente escapar.

🌘🌘🌘

—No sé que tiene, creo que fue el frío, fue mi culpa —pronunció afligido Nate, observando a Cala en la camilla del consultorio de Blake.

—¿Por qué lo crees? —le inquirió el muchacho mientras le quitaba con cuidado los abrigo a su hermana.

—Porque ayer fuimos al pueblo por unas cosas, y regresamos muy de madrugada a la cabaña, y la temperatura había bajando mucho. Al parecer no fue suficiente el abrigo que ella tenía, de todos modos se enfermó. Intenté bajarle la fiebre, pero creo que no sirvió de nada.

Blake asintió con la cabeza y terminó por dejarla con la parte baja de su ropa interior y una camiseta, antes de taparla con una manta y buscar un fármaco en su boticario.

—¿Tú cómo te sientes, Nate? ¿Notas algún cambio?

—No, yo estoy bien, el frío sólo le afectó a ella. Y creo que si esto persiste, tendremos que mudarnos.

—Mm, entiendo —murmuró tomando un frasquito, cargando su contenido en una jeringa.

—¿No necesitas realizarle ninguna prueba? ¿Sabes lo que ella tiene?

—Sí, sé lo que ella tiene, y me sorprende que tú no presentes síntomas, siendo que vives con ella. ¿Qué tipo de atracción hay entre ustedes? —le inquirió tomando un algodón y alcohol para desinfectar la zona donde la colocaría.

—No sé a qué te refieres con eso.

—Me refiero a que si ¿Hay una unión entre ustedes? ¿O sólo atracción?

—Cala me ha atraído desde el primer momento en que la ví, en tu unión con mi prima. No pude dejar de pensar en ella desde entonces —sonrió.

—¿Alguna vez sentiste algún tipo de cambio físico por ella? —le inquirió luego se inyectarla—. ¿Fiebre, arritmia? ¿Sudoración, falta de oxígeno?

—Mm, no, no que yo recuerde ¿Por qué?

—Cala está atravesando su celo. ¿Tú no sientes un aroma particular por ella?

—N-No —pronunció aturdido—. Pero ¿Qué significa todo esto? ¿Por qué ahora está atravesando el celo?

—Es algo normal en las omegas pasar por el celo, es cuando más fértiles son, y el embarazo es seguro. Pero por lo general, cuando están unidas, su pareja también lo experimenta.

—¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué ella no es mi luna? —le inquirió afligido.

—Eso no significa que no te ame, Nate, ni que tú no la ames a ella. Yo amo a Brenda, y ella a mí, no se trata sólo de una atracción sexual e instintiva, sino también de nuestro lado racional, emocional y lo que nosotros elegimos.

—¿Pero si ella no siente lo mismo por mí? Yo en verdad... No sé si ella me ame del mismo modo.

—En unas cuentas horas, cuando despierte, ella estará bien —sonrió suavemente—. Cuando lo haga, podrían hablar ambos, y saber que es lo que quiere y espera el otro.

...

NateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora