—Hola.
"—Hola ¿Quién habla?"
Milena pasó suavemente su lengua por su labio inferior, y apretó el celular entre sus dedos.
—Milena, tu hermana —pronunció bajo.
"—¿Milena? ¿En serio eres tú? —le inquirió sorprendido."
—Sí, Samir, soy yo. Entiendo si no lo crees, o si no reconoces mi voz, después de todo, la última vez que nos vimos fue hace ocho años atrás.
"—Tienes razón, Mile, ha pasado mucho tiempo desde entonces. ¿Cómo estás? ¿Qué has hecho todo este tiempo?"
—No mucho, sólo estudiado, aspirando a ser como Ceci, pero... Creo que no voy a conseguirlo.
"—No te pierdes de nada por no serlo."
—Sí, hoy entiendo porqué lo dices, y es por eso, que te estoy llamando.
"—¿Qué pasó? —le inquirió serio—. ¿Tuviste algún problema con ella o los demás?"
—Con ella no, pero si con nuestros hermanos.
"—¿Quiénes?"
—Kenneth, Skyler, Caelan, Lev... Pero eso no tiene sentido ahora. Lo importante, es que yo quería verte.
"—Claro que sí, puedes venir cuando quieras a mi casa, mis puertas siempre estarán abiertas para ti."
—Estoy unida a un muchacho, Samir, y si voy a visitarte, iría con él. Su nombre es Nate, es de PurpleSnow, no sé si eso podría molestarte.
"—Claro que no ¿Pero dónde estás viviendo tú? ¿Viniste al bosque?"
—No, sigo viviendo en la ciudad, pero conocí a Nate en la competencia de alfas que se hace en el bosque.
"—Entiendo. Mile, pueden venir cuando gustes, la casa tiene espacio suficiente para los dos."
—Tres, tenemos un perrito —sonrió.
No creyó que Samir la aceptaría tan rápido, pero le aliviaba haber escuchado que sí. Lo que más quería en ese momento, era estar un tiempo lejos de su hogar.
Y sabía que sería bueno para los tres ir al bosque una temporada.
🌘🌘🌘
—¿Cómo te sientes?
—Bien ¿Por qué? —le inquirió extrañada, mientras guardaban la ropa que llevarían a casa de Samir.
—No lo sé, temo que cuando tu cuerpo quede limpio de las hormonas, tú no quieras tenerme cerca.
Milena lo observó y se acercó a él, tomándolo del rostro con ambas manos.
—Nate, las hormonas sólo me provocaron el celo, nada más. Mis sentimientos son sinceros, cálmate ¿De acuerdo? —le dijo mirándolo a los ojos.
Y había tanta incertidumbre en la mirada de él.
—De acuerdo —pronunció bajo.
La castaña sonrió suavemente y lo besó, beso correspondido por él. No sabía cómo podía hacer para que Nate entendiera que sus sentimientos eran verdaderos.
Y hasta cierto punto entendía sus inseguridades. Sabía que él había estado enamorado muchos años de una chica, que lo había dejado por su luna.
—¿Qué ocurre? —le preguntó divertida, sonriendo contra sus labios, cuando él se detuvo.
—Sabes que no puedo controlarme cuando te beso —murmuró con los ojos cerrados.
—¿Tanto te gusto? —sonrió entre besos cortos.
La separó suavemente de él, y la tomó del rostro con una de sus manos, acariciando suavemente su mejilla.
—Sí, Milena, me gustas de verdad. Y no quiero hacerte daño.
—¿Por qué dices eso? —le inquirió confundida.
—Hace unos días tuviste la interrupción, no podemos tener sexo aún.
—No puedo creer que sean tan lindo —sonrió abrazándolo, acariciando suavemente su espalda—. Todo lo contrario a los hombres que conocí, que claro, fueron mis hermanos.
—No creas que los hombres de mi familia son así tampoco —le contó acariciándole el cabello—. Mi clan es muy duro, especialmente la rama de mi familia. Por ejemplo, la rama de la familia de mi prima, aunque son personas muy estrictas y duras, son buenos con los suyos, son amables y atentos. Nada que ver a mis padres.
—Entonces nuestros cachorros tendrán un papá muy bueno y dulce —sonrió repartiendo suaves besos por su cuello.
—¿Ahora quieres tener cachorros?
—Sí, en unos años.
🌘🌘🌘
—Pronto vendrán a visitarnos mi hermana menor, ustedes no la conocen, pero se llama Milena —sonrió Samir, viendo a sus hijos mayores.
—Tampoco es como que conozcamos a tu familia, pa —le dijo Aspen con obviedad.
—Sí, a excepción de la tía Mar, no conocemos a más nadie —pronunció Kaia.
—Eso es porque la familia de tu papá no es buena —les explicó Vesnia.
—¿Y cuántos años tiene tu hermana? —le inquirió Kaia a su padre, restándole importancia a la explicación de su progenitora.
—Dieciocho cumplió hace poco, y vendrá con su pareja y su mascota.
—¿Dieciocho y ya está unida? Qué tonta —murmuró Kaia.
—¡Ey! Nada de insultos, señorita —la regañó Vesnia.
—Es que mamá ¿Quién elige unirse a los dieciocho años? Sólo una mujer tonta.
—Yo tenía veintidós cuando me uní a tu papá, cuatro años de diferencia con ella. Y gracias a eso, ustedes nacieron.
Aspen miró a su mamá, antes de observar a su hermana y sonreír divertidos ambos. ¿Y quién decía que por eso había sido bueno unirse a esa edad?
Era una estupidez unirse tan joven a alguien más.
...
Muy Wildwolf de su parte esos niños 😅🐺❤️
ESTÁS LEYENDO
Nate
Short StoryLibro #5 de la serie "Hijos de la luna" Si por las buenas no podemos estar juntos... por las malas serán.