XIII

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Nate había salido temprano a buscar más leña, ya que luego del medio día, llegarían los compradores. Cala por su parte se había quedado con Nieve en la cabaña, pero después de estar horas allí sola, había decidido salir un rato afuera.

La vista que tenía desde allí arriba, era increíble. Hasta estaba segura que podía ver a cada clan desde Sunrock.

Sintió un aroma masculino muy cerca de su territorio, y frunció el ceño. Nadie debería estar cerca de sus tierras.

—Ven, Nieve —llamó al cachorro, comenzando a caminar ambos hacia aquella dirección.

Pero al ir acercándose, algo dentro suyo se alborotó por completo, era la primera vez que sentía algo así... Hasta su pulso se había acelerado, y su aroma era tan delicioso.

Olía muy dulce, como una mezcla de miel y ¿Uvas?

Su respiración se hizo errática, y como si estuviese bajo el hechizo de alguien más, se acercó hasta a él de forma inconsciente... Hasta su piel podía sentir quemar.

El muchacho se giró y al mirarla, frunció el ceño confundido.

—¿Tú... Hueles a vainilla? —le inquirió confundido, mirándola a los ojos, con sus pupilas dilatadas.

Cala lo observó, sintiendo que su corazón podría salirse de su pecho. Tenía los ojos verdes, con un anillo dorado rodeando sus pupilas, que apenas podía notarse, debido a que éstas estaban dilatadas.

Era la primera vez que se sentía atracción sexual por alguien.

—¿Cómo te llamas? —le preguntó acercándose al cerco que los separaba.

—¡No! No te acerques, podrías morir —le pidió con temor—. Los troncos están impregnados de una sustancia muy tóxica y mortal.

—Soy Gael ¿Cuál es tu nombre?

—Cala.

—Cala —sonrió, causando una corriente que le recorrió por toda la columna a la pelirroja, haciéndola tambalearse cuando escuchó su nombre.

—¿E-Estás bien? —le inquirió preocupado.

—S-Sí, sólo-

Nieve comenzó a ladrarle, al ver que se acercaba más al cerco, interrumpiendo a Cala. La jovencita observó al cachorro y luego a aquel muchacho de cabello castaño oscuro, ondulado, por los hombros.

—Debo irme.

—De acuerdo, soy nuevo aquí ¿Crees que podríamos volver a vernos?

—N-No, no creo.

—¿Por qué?

—Yo... Estoy unida a alguien más —pronunció bajo, desviando la mirada—. Debo irme.

La observó irse, sintiéndose tan confundido. ¿Se había unido a alguien por obligación o deber?

🌘🌘🌘

—Con este dinero podremos bajar al pueblo y comprar algunas cosas más para la cabaña. También tengo planeado agrandarla, crear una nueva habitación —le contó Nate mientras almorzaban—. Quizás tu familia quiera venir a visitarte, y sería bueno tener un lugar donde puedan quedarse.

Nate se llevó una cucharada de aquel guisado a la boca, y la observó en silencio. Ella estaba pensantiva, revolviendo su plato, mirando hacia la nada. Hasta dudaba que lo hubiese escuchado.

—Cala.

Y al ver que no le respondía, la sujetó de una de sus manos, tomándola por sorpresa, haciendo que por inercia la quitara.

—¿Q-Qué ocurre?

—Eso te pregunto yo a ti ¿Estás bien? Te noto muy distraída, pensativa.

—A-Ah sí, no ocurre nada —sonrió levemente.

—¿Estás segura?

—Sí.

—Te decía que con el dinero de la venta de hoy, podemos ir al pueblo ya. Necesito comprar más combustible, y algunas herramientas. Y además, ropa de abrigo para ti, la próxima semana comenzará a nevar.

—De acuerdo —sonrió.

Él la observó y sonrió suavemente.

—Me encanta como te queda ese peinado que te has hecho hoy, te ves muy bonita.

—G-Gracias.

Se acercó a ella y la tomó del rostro, antes de besarla. Cala cerró los ojos, y le correspondió, pero... Algo no se sentía bien, correcto en ese momento.

—¿Qué pasa? —le preguntó un murmuró contra sus labios.

—Nada.

—Cala, sabes que mi olfato se ha vuelto muy sensible, y sé que algo no está bien —pronunció alejándose a ella—. Dime qué pasa.

—Nada, Nate, en serio.

—No me mientas —le dijo mirándola a los ojos.

Lo miró y negó con la cabeza. Habían cosas que eran mejor no saberlas, y mucho menos decirlas.

—Está bien —murmuró, tomando su plato para lavarlo.

Sabía bien que algo le estaba ocultado.

🌘🌘🌘

—¿Qué?

—Que conocí a mi luna, primo, ella está aquí —sonrió emocionado—. Y es una omega muy hermosa, vive en lo alto-

—Ah, la mujer del tipo de PurpleSnow —lo interrumpió serio—. Sea tu luna o no, olvídate de ella, está comprometida con el dueño de Sunrock.

—Me dijo que estaba unida, no creí que sería con el dueño de allí —pronunció desconcertado.

—Sí, y es un maniático, así que mejor ni te acerques por sus tierras. Llega a verte por allí, y más aún sabiendo que es por su mujer, no dudará en asesinarte.

—Pero si es un alfa yo podría-

—No, Gael, no es sólo un alfa, viene de PurpleSnow, es más que sólo un alfa. Sabes que en ese clan hacen cosas extrañas, incluso los límites de su territorio están envenenados para que nadie pueda pasar. Si quieres vivir, mejor no vuelvas a acercarte a la omega.

...

NateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora