𝐄𝐥 𝐝í𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐟𝐞𝐜𝐜í𝐨𝐧

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Nota importante:

¡Hola!, ésta historia contiene un vocabulario inapropiado y acciones subidas de tono, léela bajo tu responsabilidad.

Narra Freen:

Me encuentro en la universidad, mi compañero de clase decía estupideces sin sentido, sobre que a un supuesto científico de Bangkok le falló un experimento alterando el sistema nervioso de las personas haciéndolos actuar de forma rara.

Reí con gracia por sus estupideces.

—¿Puedes cerrar tu maldita boca?, no estamos en una película de zombies como para que estés hablando esas idioteces. No me estás dejando concentrar en algo importante de la lectura —hablé irritada.

—P-pero te digo que es verdad, joder ¿Por qué nadie me cree... ? —se tocó la cabeza con las dos manos, estaba exaltado —todos vamos a mori...-

No lo dejé terminar, perdí los estribos hasta al punto de no aguantar las ganas que tenía de hacerlo desde hace rato. Le di un puñetazo directo al labio, en el momento abriéndole el labio inferior.

—Me hartaste y me buscaste, será mejor que te concentres en leer la puta lectura y cierres de una vez tu puta boca —advertí.

En ese momento oí gritos desde afuera.

—S-son ellos... —murmuró nervioso —¡Vamos a morir! —gritó de forma desquiciada. Lo miré con la ceja alzada, ese chico necesitaba ayuda urgente.

Oímos al director decir en el altavoz que se escuchaba por toda la universidad

—¡TODOS LOS JÓVENES, CIERREN CON SEGURO CADA AULA EN LA QUE ESTÉN. NO ES SEGURO SALIR DE LA UNIVERSIDAD Y MUCHO MENOS FUERA DE ÉSTA!

Reí con sarcasmo, en cambio mejor decidí salir de ésta escuela lleno de tarados. Guardé mis cosas en la mochila, me la puse en la espalda dispuesta a salir del aula y llegar a mi casa a dormir o simplemente ver una película comiendo palomitas, pero antes esa voz chillona que hablaba sobre los "experimentos fallidos" me detuvo.

—¿Qué mierda haces?, ¿No ves que el director dijo que nos encerremos? —frunció el ceño mirándome, me giré de mis talones y lo vi con gracia.

—No seas imbécil, seguramente creyó tu maldito cuento que decidió dar tal orden estúpido —terminé de decir girándome de vuelta y salir del aula aún oyendo sus estúpidos comentarios sobre que hacia mal al salir de ésta.

Solo lo ignoré y seguí con mi rumbo hacia la puerta principal, pero para mí sorpresa nadie andaba por los pasillos. Sonreí con astucia, seguramente oyeron al idiota decir su cuento para adolescentes de catorce.

Salí de la universidad y al fijar mi vista hacia las calles no había nada extraño en ellas, me encogí de hombros.

¿Todo éste teatrito para nada?

Después de unos minutos caminando, a lo lejos pude ver a personas correr de la nada y algunas cayéndose por la desesperación. Fruncí el ceño aún observando ésto desde lejos, estaba confundida por la actitud tan extrañas de las personas. No le di tantas vueltas, levanté los hombros restándole importancia y seguí con mi camino.

Caminé unos metros más para fijarme que al mi al frente había una pila de personas, me acerqué hacia ellos y vi a un chico que pertenecía a la universidad en donde yo asistía.

Éste estaba siendo agarrado por otra persona ¿Estarán peleando?. Mi pregunta quedó en el aire cuando vi que esa misma mordió la oreja del chico, al momento sacándole ésta. Lo tiró al suelo y... se lo estaba... ¿Comiendo?, esa cosa llamada "humano" estaba devorando a esa pobre persona que pedía a gritos ayuda.

Entonces... ¿Ese idiota se refería a ese tipo de comportamientos?.

Me quedé horrorizada al ver tal imagen horrenda que no me percaté de que uno de esas cosas estaba corriendo directo hacia mí, gracias a la bulla que hizo al votar un basurero pude reaccionar rápido, me aparté rápidamente de él y éste cayó al suelo duro de la pista por el impulso.

Corrí lo más rápido que mis piernas podían, no quería ser comida. Esa cosa ya me estaba alcanzando y yo ya perdía el aliento por la maratón que andaba haciendo, me maldije una y otra vez por no escuchar al idiota, porque decidí salir de la universidad e ignorar sus advertencias.

—¡Estúpida! —me dije así misma.

Cuando encontré un callejón me metí sin pensarlo dos veces para esconderme y perderlo de vista. Estuve unos minutos en ella, no escuchaba ningún ruido más que de las  personas lejanas gritando por ayuda.

Me asomé y verifiqué si esa cosa seguía ahí, pero no, no estaba. En cambio mi vista se posó en una de esas cosas, pero no andaba solo, estaba con una persona, y entonces la vi.

Estaba siendo acorralada para ser mordida, la chica se defendía cómo podía, pero estaba a centímetros de ser tomada por esa cosa. No sé de dónde salió mi valentía y corrí hacia ellos.

Cuando estuve a su lado agarré un palo que estaba tirado a un lado de ellos, era de una casita de madera que estaba destruido. Sujete firme el palo entre mis manos, tomé impulso y golpeé con todas mis fuerzas a esa horrenda cosa, le abrí la cabeza en dos por el impacto, salpicando su sangre en mi rostro.

El color de ésta era diferente, era negra. Con asco lo seguí golpeando hasta que no dara indicios de seguir con... ¿vida?.

—Hola, ¿Estás bien? —pregunté a la chica que seguía inmóvil, pero ésta no respondía —hola —alargué la 'a' —, ¿Me escuchas? —hice un par de chasquidos cerca de su rostro para que reaccionara.

—¿Ehh? —contestó aturdida, sacudió la cabeza regresando en sí —Sí, perdón y gracias por ayudarme, te lo agradezco demasiado —dió una reverencia.

—Está bien, pero me lo agradeces después. Deberíamos irnos, esas cosas ya nos vieron— señalé a la dirección contraria en donde venían corriendo, se tensó y no dudamos ni un segundo en empezar a correr.

Corrimos en busca de un sitio seguro, por suerte nuestra visión se fue a una casa, ésta contenía una barrera que separaba la calle con ella, nos miramos. No lo pensamos dos veces y nos metimos en aquella.

Cerré con seguro el portón de la cual separaba la calle con lo mencionado, corrimos hacia al fondo y nos metimos a la casa. Cerré la puerta y me deslicé en ésta, cayendo rendida hacia el suelo.

—Lo siento, de tanta desesperación a ocultarnos me olvidé preguntar tu nombre. ¿Cómo te llamas? —hablé agitada.

Ella río bajo y tranquilizó su respiración, también se encontraba agitada.

—Me llamo Rebecca, Rebecca Armstrong —que hermoso nombre para una chica igual de hermosa, sin duda, una perfecta combinación —¿Y tú? — ladeó la cabeza curiosa, despertándome de mi ensueño.

—Me llamo Freen, Freen Sarocha —respondí con una sonrisa





 







 
Hola, esta es mi primera historia que estaré escribiendo, espero que no sea tan mala, ya que recién estoy aprendiendo, espero que les sea de su agrado  y se queden hasta al final. No olviden tomar agüita 🙂🙂

Sobrevivir || FreenBecky G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora