Un viaje

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—¿Estás segura que eso es todo verdad? —la voz de Kirk llamó mi atención mientras terminaba de acomodar las cosas en el maletero del coche.

—Sí...sí, eso es todo —miré por última vez las cosas con angustia y me acerqué a él.

Ya había amanecido y lo primero que hice fue levantar a Becky, bañarnos, alistarnos y prepararnos para irnos de este lugar.

Ya lo había pensado, ya había planeado que haríamos para que todo salga en orden, un pequeño error, tan sólo uno pequeño arruinaría todo el esfuerzo y gota de esperanza.

Sólo espero "encontrar" lo que tanto Kirk había anhelado y dicho, si no lo encontrábamos, si lo que tanto parloteaba no estaba y simplemente hubiese ruinas, ya no sabría que más hacer...

La palma de Kirk en mi hombro me hizo reaccionar y mirarlo, sólo mostró una pequeña sonrisa reconfortante, una sonrisa que decía que todo saldría bien.

Eso también esperaba...

—¿Ya está todo? —la unión de Nita a nuestro pequeño juego se hizo presente.

—Sí, sólo falta las armas, toda las provisiones que quedaban ya están guardados, mantas, toallas, todo —aclaré con una pequeña sonrisa.

—Bien, bien, llamaré a Becky para irnos —saltando emocionada se esfumó de nuestra vista.

—Al parecer la chicas piensan que todo es como un juego de adrenalina y diversión —aclaró Kirk con una pequeña mueca.

Sí, tanto Becky y Nita lo veían así, a pesar de los peligros y lo que ellas mismas presenciaron, ahora sólo lo tomaban como un pequeño viaje de diversión... aveces no entiendo su forma de pensar.

Sonreí.

—De eso se trata Kirk, ése es el espíritu —palmee su hombro con una sonrisa de suficiencia y entré al auto. —trae las armas y también trae a las chicas, te espero acá.

—Ni pienses en abandonarnos —amenazó burlón con su dedo índice.

Reí.

—Jamás lo haría...

...

Tomé una decisión, esto terminará de una maldita vez.

Tomé el último sorbo de mi copa mientras nuevamente lo devolvía bruscamente a la pequeña mesa. Me limpié con la manga de mi saco y sonreí con amargura.

—Más —ojee la copa vacía mientras miraba al perro asustado en una pequeña esquina.

—M-Mi señor, ya le dije que ese era el último que quedaba —aclaró con miedo mientras observaba el piso.

Suspiré fuertemente cerrando los ojos para no explotar, la ira me hacía hacer cosas que ni yo mismo me imaginaba que podía.

-—Cuántos hombres quedan? —cambié el tema observándolo serio.

—No más que cinco mi señor —me miró inquisitivo.

No eran suficientes, pero de igual forma tenía que hacerlo, esa estúpida me las pagará, esa maldita asque...

—Mi señor, tampoco quedan tantas municiones, se están agotando y las reservas de comida también —agregó cortándome los pensamientos.

Suspiré pesadamente.

¿Cómo se atreve siquiera a interrumpirme?

—Dime una cosa, pequeña escoria —lo miré fulminante. Él sólo atinó a mirarme con brillos en los ojos.

—D-Dígame mi señor —le tembló la voz.

—¿Acaso yo te pregunté algo más para que habras tu asquerosa boca? — negó en silencio —¡Entonces por qué diablos me dices algo que yo no te mandé a responder!, ¡¿Acaso a mí me importa si les falta un maldito plato en su puta mesa?!

Sobrevivir || FreenBecky G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora