Sombra

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La noche ha sido eterna.
¿Como puede una mujer dormir tan pesadamente y de manera literalmente instantánea? He aprendido creo de memoria cada forma de su cuerpo desnudo, el color de su piel, sus vellos, sus curvas y hasta la forma de las uñas de sus dedos.
Su piel...
Mis manos recorriendo su cuerpo... ese, cuerpo...
Creo que me está volviendo loco tanta anticipación...
No
No
No puedo creer que el cuerpo desnudo de Candy me recuerde a... ella.
Esa mujer que me hizo hervir la piel, desearla, odiarla y desesperarme por ella en una sola noche.
No
Candy es dulce, inocente y...
¿¡Acaso caí victima de algún tipo de hechizo o vudu?! ¿Porque parece que el cuerpo desnudo de Candy y aquella mujer son... ¿idénticos? O será que... Será que era su ¿hermana?
¡Santo cielo! No... estoy alucinando... tengo que acabar con esta situación.

Rápidamente me visto, son las cinco de la mañana y en treinta minutos los asistentes de cámara vendrán. Corro a la habitación de Candy y busco su ropa de dormir... —bata, interior, capa y sandalias... ¿se pondrá algo más?
Se hace tarde.
Regreso y comienzo a vestirla, ¡esto no es fácil...! bien se dice que la gente inconsciente pesa mucho más. Y pesa.
Levantarle la pierna para colocar la bombacha ha sido más difícil que sacarla... ¿Que es esto?
Voy a enloquecer... ese lunar.
Es exacto el lunar de— detalles, que llegan a mi memoria:

"Ella se apartó colocando sus brazos
hacia atrás sosteniéndose con el escritorio, haciendo que la vea así, mostrándose abierta en todo su esplendor.
Su pierna en mi brazo, la otra sosteniendo mi cadera, su pecho subía y bajaba por la anticipación y su cabello oscuro caía hasta llegar a un redondo y firme trasero.
Lo agarré con fuerza y de un solo empujón la
traspasé.
Gritó.
Del dolor se aflojó cayendo de espaldas sobre el escritorio y se retorció agarrando su cabeza, se echó hasta atrás.
—Usted lo pidió señorita, hasta el fondo... ¿se encuentra bien?
De un suspiro se levantó sin separarse de mi tomándome de sorpresa. —Así mismo lo quería
—dijo agarrando mi cara y juntando sus labios
-¿Eso fue todo?"

—¡Mierda!— termino de vestir a mi preciosa y la llevo en brazos hasta su habitación. No me iré. De todas maneras es imposible que pueda dormir con tantos recuerdos lúcidos —¿Será que si...? No.
Abro los cajones de la cómoda de la habitación de Candy... buscando...
Aquí... Acá...
Si.
Un labial rojo.
Me acercó y mis manos tiemblan...
En el preciso instante en que intento trazar los labios de Candy con la pintura de labios...
Ella abre los ojos, se sienta de golpe para lanzarse de la cama y salir corriendo desesperada de la habitación mientras sostiene su boca con ambas manos.
—¡Hey...!— pasa por debajo de mi como un bólido. La sigo.
Su ayuda de cámara llega y también se hace a un lado...
Candy cierra de un golpe la puerta del baño.
—Buenos días Sr.
—Buenos días Chantal— y creo que mi cara de consternación junto con la mala noche hace que la ayudante se dirija a mi comenzando a hablar y quitarme la pintura de labios de las manos.
—Disculpe, creo que otra vez ha pasado mala noche la señorita.—dice y mis cejas se fruncen en señal de consternación.
—¿Mala noche?
—Si Señor, casi unos quince días después de la fiesta de disfraces en la que fue a verse con usted y casi llegando al Congo, se ha sentido bastante mal en las mañanas, ¿le ha visto las ojeras? Pasa devolviendo casi todo lo que come y eso que come bastante.
—Espera —Tomó aire antes de hablar —¿Como que fue conmigo a esa fiesta? Y porque no se me ha hecho saber que se encuentra en ese estado... ¿Dice que no duerme bien? Anoche se durmió como... —calle, estaba hablando de más.
—Perdón Señor pero la señorita salió después de usted y la llevó Stephen, y también la trajo, pensamos que usted la había enviado sola... ese día enfermo y volvió a ponerse mal un tiempo después hasta ahora, la señorita nos dijo que todo era...
—¿Era que? —Hablé enervado levantando la voz —¿Acaso se olvidaron que ella no es de aquí? ¡Puede tener cualquier cosa! meningitis, colera, ébola... ¡quien sabe que diablos puede tener! —Seguí levantando la voz — Aquí van a correr cabezas si Candy empeora... no se Y tú. ¿Que diablos hacen parados ahí mirándome con esa cara? Tú, vas a buscar al doctor y tú... corre a ver cómo se encuentra Candy...
—No.—Lo pienso mejor...
—Tú si al médico y ¡rápido! Tu me as a ayudar a cambiarla... no. Yo, ...yo me voy a cambiar y tú vas a cambiar a la señorita. ¡Muévanse todos!
Me acerco al baño y veo como Chantal ayuda a Candy a sostener la cabeza en el servicio...—Maldita sea! ¿Donde diablos he tenido la cabeza todo este tiempo? Si... de idiota... Realmente no se que le vi a Isabel si yo sabía desde el primer día en que la conocí que... bueno, era su cuerpo ¡Que bueno que no termine metido ahí! Y ahora que recuerdo... creo que estaba embarazada, su cuello tenía doble pulso, pero no recuerdo haberle visto aquel síntoma cuando volvimos... y Candy...

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