Me dirijo a la oficina de Luís, el plan es el siguiente: como ya coloqué las cámaras, ahora me encargaré de Luís, entraré y lo provocaré como si quisiera acostarme con él, pero antes de hacerlo brindaremos con copas de vino, en una de llas pondré una pastilla que lo hará dormir y la policía entrará en acción. Entré a la oficina cerrando la puerta detrás de mi y asegurándome que no haya nadie en el pasillo.
—Hola, Luís —dije coqueta.
—¿Corina? ¿Qué haces aquí?
—Tenías razón, trabajar aquí no es tan malo como parece. —respondí acercándome.
—Te lo dije, al final ibas a terminar disfrutando.
—Pero me hace falta algo más, aún no disfrutó del premio mayor. —dije poniendo mis manos en su pecho.
—Pues disfrútalo en estos momentos, está disponible. —dijo riendo pervertidamente.
—Pero antes... —respondí alejándome y caminando hacia dos copas de vino —Unas bebidas para relajarnos—dije.
Aproveché una distracción y puse la pastilla en una copa y caminé de regreso a Luís y le entregué una.
—Preferiría que me des la otra.
Cayó directamente en mi trampa, sabía que se iba a dar cuenta o iba a sospechar por eso le entregué la copa sin nada, y ahora tiene la copa con la pastilla, la bebió y comenzó a marearse hasta que cayó al piso y quedó inconsciente.
—Ya está todo listo, pueden entrar —dije hablando por el arete.
La policía ya estaba dentro, todo acabaría.
1 hora después
Narra Christopher
Esperé dentro del auto como me dijo el policía, al fin volveré a ver a Corina, luego de mucho tiempo, casi un año. Vi como sacaban a todas las chicas que se encontraban dentro, si que eran muchas, pero una llamó mi atención, era Corina, si que había cambiado, pero aún seguía hermosa, la vi caminar hacia mi auto y ya no podía contener la felicidad, bajé del auto, la abrazaría, la abrazaría fuerte y le diría cuanto la había extrañado.
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Conocidos por el sexo | Christopher Vélez
RomanceCorina Owens no era la típica chica normal, a ella le gustaban cosas diferentes, a comparación de sus amigos, tenía la mente más avanzada, o tal vez se debía a que era huérfana de madre. Al cumplir los dieciocho ya no le importa nada más que dejar d...