Nos tiramos a la cama, cayendo él encima mío, me sacó el short y yo saqué sus pantalones, al dejarlo sólo en boxer pude disfrutar de su gran erección, si que la tenía grande, al parecer notó que quería divertirme un rato y se sentó jalándome a mi para sentarme también.
Me puse en posición bajé su boxer dejándolo completamente desnudo y me relamí los labios al ver que cosa tan grandota me esperaba, sin esperar me abalancé y lamí y mordisqueé despacio la punta de su pene.
—Corina, me estás torturando, metételo ya, mujer.
Solo esas palabras bastaron para que me meta su pene completamente a mi boca subiendo y bajando mientras acariciaba sus bolas, seguí haciendo esos movimientos hasta que me acostó y me bajó las bragas para embestirme sin previo aviso.
Aguanté un grito agudo, rayos era cierto que la primera vez dolía pero todo fue desapareciendo conforme pasaba el tiempo, los gritos de dolor se convirtieron en gemidos de placer por parte mía y por parte de él.
Lo metía y sacaba, mientras mis labios vaginales se abrían para darle paso, comencé a sentir vibraciones por todo mi cuerpo, era la mejor sensación del mundo hasta que grité su nombre haciéndole saber que llegué al climax, y poco después él también cayó rendido.
Acostándose en mis pechos y saliendo suavemente de mi, nos quedamos así por un rato, hasta que nuestras respiraciones volvieron a ser normales.
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Conocidos por el sexo | Christopher Vélez
RomantikCorina Owens no era la típica chica normal, a ella le gustaban cosas diferentes, a comparación de sus amigos, tenía la mente más avanzada, o tal vez se debía a que era huérfana de madre. Al cumplir los dieciocho ya no le importa nada más que dejar d...