Me levanté a las 11:00 de la mañana con un pésimo dolor de cabeza, me metí a bañar para despejarme un poco y luego me cambié, mientras terminaba de poner los zapatos las imágenes de lo que sucedió el día de ayer vinieron a mi mente y una gran erección se formó dentro de mis pantalones pero saqué esos pensamientos cuando mi padre me llamó.
—Hijo, ¿que tal la chica?
—¿Me llamaste solo para eso?
—Obvio.
—Bueno, estuvo bueno.
—¿Bueno bueno o bueno malo?
—Ok, ¿a quien quiero engañar? Estuvo perfecto, es una diosa en la cama.
Muchos dirán "¿no te parece incómodo hablar con tu padre de estos temas?" Y la respuesta para mi es no. Ya estoy acostumbrado, he hablado de esto con mi padre desde los dieciséis.
—¿En serio?
—No, padre, te estoy mintiendo, claro que es en serio.
—Entonces pasó la prueba, contratada oficialmente.
Narra Corina
Segunda noche de trabajo, son las diez y no hay muho movimiento en este lugar, ¿será por que es lunes? Si, eso debe ser, pero por la parte lo agradezco.
—Necesito un descanso. —pedí.
—
Se nota, y eso que no hay mucha gente.
—Mi flojera me gana siempre, déjame descansar, Marcos, y sírveme un trago.
Así se llamaba el chico que plantó su mirada en mi trasero el primer día, más claro el que se encontraba en la barra de bebidas.
—Ok, ok —dijo sirviéndome, bebí por unos cuantos minutos mirando a la nada.
—Hola preciosa, creo que tenemos algo pendiente. —me dijo haciendo que me sobresaltara.
A la vez que giraba mi cabeza y me encontraba con esos ojos color marrón.
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Conocidos por el sexo | Christopher Vélez
Roman d'amourCorina Owens no era la típica chica normal, a ella le gustaban cosas diferentes, a comparación de sus amigos, tenía la mente más avanzada, o tal vez se debía a que era huérfana de madre. Al cumplir los dieciocho ya no le importa nada más que dejar d...