Me cansé de mirar televisión y me paré para ir en busca de algo de comida, al llegar a la cocina saco la caja con cereal y vierto su contenido en un plato para luego echar la leche.
Cuando ya tengo todo listo regreso a la sala y me entretengo mirando mi celular.
Narra Luís
Ingresé a la casa y me encontré con la bella Corina sentada en el sofá algo entretenida con el celular, me acerqué cautelosamente a ella sin hacer el mínimo ruido y cuando estuve a centímetros veo que ella se voltea.
Sin esperar mas le pongo el trapo en la boca, segundos después ya está desmayada.
Fue tan fácil, la subí al auto vigilando que nadie más se encuentre en la calle para no ser descubierto, regreso a la casa y me dispongo a escribirle una nota a mi querido hijo.
Cuando la termino salgo dejando todo con llave como estaba antes y conduzco hasta el punto de encuentro donde me esperaba mi hermano.
Narra Christopher
Cuento las horas para salir de esta maldita oficina hasta que dan las seis en punto, y como un rayo desaparezco para subir a mi auto, llegué a casa sin ningún retraso, eran exactamente las 18:20 pm.
Bajé y me encontré con todo como lo había dejado, eso significaba que todo andaba bien.
Llamé a Corina pero parece que no me escuchó, la busqué por la sala, la cocina y el baño pero no la encontré, esto me comenzaba a angustiar pero tenía que estar tranquilo, podría estar en el cuarto, abrí la puerta del cuarto y todas mis esperanzas se desvanecieron.
Ella no estaba, corrí buscando por toda la casa algo que me diera una señal de donde se había dirigido o si le había pasado algo, ¿como pude dejarla sola?
Busqué por todos lados hasta que me encontré con una nota sobre la mesita de centro, me acerqué y vi que tenía escrito "Para mi querido hijo" sabía de quien era, maldito.
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Conocidos por el sexo | Christopher Vélez
RomanceCorina Owens no era la típica chica normal, a ella le gustaban cosas diferentes, a comparación de sus amigos, tenía la mente más avanzada, o tal vez se debía a que era huérfana de madre. Al cumplir los dieciocho ya no le importa nada más que dejar d...