Ex X : Nexo

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—¿Por qué no les contaste la verdad?

La mujer albina que anteriormente había sido derrotada por Haru apareció detrás del hombre que mando al grupo de vuelta a su mundo.

—¿Seguías viva? Si que eres bastante resistente.

La joven se acercó hacia él y lo amenazo con una daga.

—Contesta la pregunta, viejo.

Despreocupado el sujeto tomo su pistola y la enfundo de vuelta, se sentó en el suelo frente a ella y suspiro antes de contestar.

—Ni ellos, ni nosotros que habitamos este lugar ganamos nada con que se dijera la verdad, este nexo entre mundos, no es algo de lo que se pueda hablar a la ligera, tú sabes muy bien eso jovencita, ningún ser humano de cualquier mundo que exista, haya existido o existirá está preparado para saberlo absolutamente todo, sería demasiado para alguien común, el universo es muy vasto.

La albina lo observó de reojo y se sentó al lado suyo.

—Tal vez tengas razón o tal vez haya alguien que esté dispuesto a cargar con todo ese conocimiento, la realidad es muy frágil y en cualquier momento el destino nos alcanzara a todos. Por cierto, no tenía idea de que estabas familiarizado con el proyecto Alejandría, para ser alguien proveniente de una época no tan moderna, tu conocimiento no es tan limitado.

El pistolero se rio a carcajadas y se levantó del suelo.

—Para haber tratado de matarnos hace unos momentos, la verdad es que dices cosas muy graciosas. He pasado demasiado tiempo en este sitio, he conocido a muchas personas, todo converge aquí, el tiempo no existe y las reglas impuestas no aplican de ninguna manera en este lugar.

El hombre dio un par de pasos hacia la mujer y se detuvo a un par de centímetros de ella.

—Ese poder que tienes, creo que está empezando a afectar tu cabeza.

—Es posible, después de todo soy producto de un experimento y mi estabilidad jamás estuvo asegurada.

El sujeto se alejó de ella y tomo un objeto extraño del suelo.

—Estos tipos que mataste, parece que son nuevos reclutas. El universo se sigue expandiendo y conforme transcurren estos falsos días, la realidad que nos envuelve se fragmenta más.

El viejo voltea a ver por una última vez a la chica y cuando está a punto de irse, alguien más hace su aparición.

—¿Quién anda ahí? Muéstrate —Desenfunda su pistola y apunta hacia uno de los árboles.

Segundos después el misterioso visitante se deja ver.

—Siento haberlos asustado, pero hace poco tiempo aparecí en este lugar y no tengo la menor idea de cómo volver de dónde vengo.

El pistolero se acercó hacia él y le amarro ambas manos.

—¿Como te llamas? ¿De dónde eres?

—Mi nombre es Arthur y.... de dónde vengo... es difícil de explicar, he pasado por tanto a lo largo de mi vida que pare serte sincero, ni siquiera el aparecer en un lugar que ni siquiera conozco me parece del todo descabellado. Lo último que recuerdo es estarme enfrentando a un ex-amigo en Londres... y creo que morí o eso se supone que debería haber pasado, sin embargo, tengo una maldición que me impide hacerlo.

El pistolero volteo a ver a la albina y este simplemente se quedó callada ante la situación que acababa de escuchar.

—Rayos, qué más da. Si quieres volver de dónde vienes tendrás que poner de tu parte Arthur, no te prometo que llegaras al lugar exacto de dónde vienes, pero al menos estarás lo más cerca posible. ¿Entendido?

—Todo sea por arreglar mis problemas y ayudar a Angelica.

El viejo llevo al hombre a donde se encontraba el grupo de Haru anteriormente y empezó a realizar la misma técnica que antes.

—Después de esto me retirare por un buen tiempo, adiós, Arthur, no vuelvas por aquí.

El visitante misterioso, volvió su mirada hacia el pistolero y le agradeció a pesar de ser un completo extraño. Después de dicha acción, el hombre desapareció de su vista.

—¿Como te llamas viejo? —Le pregunta la albina.

—¿A qué viene eso? Mi nombre... Morgan, ese es mi nombre, nadie suele preguntármelo, pero ya que lo hiciste creo que merezco saber el tuyo.

—No tengo uno, lo olvide hace tiempo, sin embargo, puedes llamarme Alice, hace tiempo conocí a una chica con ese nombre y me gusto.

Ambos se quedaron un tiempo corto sin decir alguna palabra, hasta que el viejo Morgan se preparó para irse del lugar, no sin antes ser interrumpido una última vez por la joven.

—Tengo una última pregunta, cuando estuve sometida en el proyecto Alejandría, de vez en cuando escuchaba a los sujetos que me tenían atrapada ahí, hablar de ciertos temas, pero uno de ellos me llamo demasiado la atención y quería preguntarte que opinabas tu al respecto, ya que pareces llevar más tiempo en este sitio que cualquier otra persona que haya conocido.

Alice parecía un poco nerviosa, por su mente pasaron muchas cosas, una de ellas fue que su pregunta podría ser demasiado estúpida, no obstante, desde que había llegado a este lugar y empezaba a obtener conocimientos del mismo todo lo que antes podría parecer irreal comenzaba a tornarse una posibilidad más tangente.

—¿Crees que existan otros universos?

—Vaya preguntita, no lo sé con certeza, pero siempre puede existir esa probabilidad, tal vez nunca lo sepamos, no dejes que esa idea te carcoma jovencita, al fin y al cabo, no creo que logremos salir de este lugar, a pesar de que podamos mandar a otros de regreso. 

El Deseo Del SaberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora