Capítulo 37 : El Primer Caballero

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Tres años antes de los acontecimientos actuales

—Lo conseguí jajajajajaja, las he reescrito. Gracias al idiota de Atlas estoy a un paso más de conseguir lo que estoy buscando.

Tras la victoria en su última batalla el mundo comenzó a sumirse en una oscuridad tan densa que ni siquiera podía ver ninguna parte de su cuerpo. Todos sus sentidos se vieron afectados por el evento que desencadenó lo que él llamaba "El Nuevo Mundo".

—Con esta modificación yo seré el único usuario de las "Líneas de Ley", sin embargo, mi plan está lejos de terminar, para empezar, necesito hacerme con el control de Prima Tellus, después de eso nos volveremos a ver Rein.

~

Una hora antes de la muerte de Viktor König.

En la entrada sur de Prima Tellus una persona con una capucha negra igual que su capa acababa de arribar a la ciudad.

La ropa debajo de todo eso era de un color blanco, llevaba un cinturón de color café y una espada en su lado derecho.

—Disculpe usted no es de por aquí ¿verdad?

Uno de los residentes de los distritos exteriores se había percatado de algo extraño en la persona y decidió hacerle la pregunta, la persona se volvió hacia él y observó que llevaba una máscara de color blanca con un rostro femenino pintada en ella.

—¿Usted conoce a los "Caballeros del Apocalipsis"?

El residente se mostró un poco confundido a la vez que renuente, tras pensarlo por un breve momento, simplemente negó con la cabeza.

—Ya veo, parece que llegue antes de lo planeado.

La enmascarada dio un vistazo hacia todas las direcciones y se quitó la máscara.

—Vaya que es difícil respirar con esto en esta zona del mundo, será mejor que la busque, no quiero que nuestra reunión sea pospuesta.

La persona enmascarada resultó ser una chica de al menos unos veinte años de edad, su piel era clara, sin embargo, no tanto como la de Kaori, su cabello poseía un tono oscuro un poco azulado debido a la luz del sol y sus ojos eran de color negro.

"La Fragancia de la Muerte" vaya nombre, no obstante, es perfecto para una persona como ella.

A lo alto observó cómo el reino flotante empezó a temblar y como algunos escombros empezaron a caer de los cielos.

—Vaya bienvenida, será mejor que me dirija al distrito central.

En el momento que cruzó la entrada al centro de la ciudad algo en ella se activó, una especie de escalofrío recorrió todo su cuerpo y observó en dirección este, hacia el otro continente.

—Algo grande está a punto de suceder, no quería involucrarme en eventos innecesarios hasta que diera inicio nuestra primera reunión, sin embargo, parece que mi pronta llegada causará más revuelo de lo planeado.

El distrito central se conformaba por un gran muro que lo dividía en dos y ese muro cumplía todas las funciones gubernamentales del reino, se extendía por todo lo largo del anillo central, al costado izquierdo yacían las residencias de las personas más influyentes del mismo, como la de los altos mandos del ejército, en el noreste una gran plaza ocupaba el lugar y en el sureste se encontraban los lugares de ocio, como especies de cantinas pero para gente influyente, básicamente lo mismo que hay en los distritos exteriores pero más exclusivo.

La chica que logró entrar a la zona sin mayores problemas, se dirigió hacia la zona central en busca de una audiencia con el comandante del ejército Rein Hohenheim.

Antes de entrar al edificio un guardia de la puerta la detuvo y le preguntó su nombre y las razones de su visita, ya que claramente no era de la ciudad ni causaba una buena impresión a las personas residen ahí.

—Por supuesto. –La joven se quitó la capucha y con total seguridad le contestó. —Mi nombre es Nanahoshi y tengo asuntos urgentes que atender con su comandante.

El guardia le contestó con una risa burlona e hizo una inspección a la joven con la mirada.

—Por supuesto, si crees que voy a creer que una chica tan joven como tú tienes asuntos que atender con la persona más importante del reino, entonces estás muy equivocada.

El sujeto la sujetó por el hombro y la giró en dirección a la salida, Nanahoshi lo tomó de la mano y le dobló el brazo hasta dejarlo lastimado en el suelo.

—No tengo tiempo para tus estupideces idiota. –La chica observó todo a su alrededor en busca de un camino y ya que lo encontró se adentró a toda velocidad en las instalaciones–. —Tendré que llegar hasta él por la fuerza.

Mientras subía por los pisos, por alguna razón nadie opuso resistencia alguna y solo paso por ellos corriendo sin detenerse, obviamente le pareció muy raro, pero si estaba yendo a una especie de trampa, entonces lo averiguaría muy pronto.

Al llegar al último piso todo seguía igual que en los otros, sin embargo, en este no figuraba ni una sola persona, o eso es lo que creyó al principio hasta que escuchó una voz al fondo de la habitación en una esquina, en ella un hombre se encontraba sentando en una silla frente a su escritorio.

La joven se percató de su presencia y se empezó a acercar lentamente hacia él, no obstante, antes de que Nanahoshi llegará a la mitad del camino, el hombre que no se distinguía por lo sombría de la habitación, se puso de pie y empezó a hablar.

—Te he estado esperando, señorita. Desde que pisaste este reino te hemos estado observando, según mis informantes no eres de por aquí y tú sabes muy bien a lo que me refiero.

El hombre sigue avanzando hacia ella hasta que se posicionó frente a ella y la luz del sol descubrió su identidad.

—Me llamó Rein Hohenheim, soy la persona a quien has estado buscando.

La chica que se encontraba un poco sorprendida ante la situación, se volvió hacia el final de la habitación y empezó a observar el horizonte por la gran ventana que daba hacia el este, ahí fue cuando se dio cuenta de que lo que había sentido antes, ya estaba en marcha.

—Creo que es algo tarde.

La joven dio media vuelta y se dirigió hacia el comandante rápidamente y entonces fue cuando todo se hizo uno con la oscuridad, "El Nuevo Mundo", había comenzado.

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