Innenstadt, 12 horas después del accidente
Un tiempo después de los sucesos ocurridos en la frontera con Nordstadt, Bernie se disponía a regresar a su hogar, sin embargo, mientras caminaba por las calles de la capital de Innenstadt, noto algo raro en el ambiente, las personas lucían de lo más normal, como si nada de lo que paso hasta hace algunas horas hubiera sucedido. Eso hizo que al pelirrojo se le pasara por la cabeza la idea de que los altos mandos del reino le ocultaban la información a la población.
Tras pensarlo un poco dejo de divagar y siguió su camino.
—" Después de todo este lugar siempre ha tenido sus problemas, en especial la parte más poderosa de la sociedad. De hecho, recuerdo que las tres grandes familias llevan disputándose el trono desde hace tantos años, que hasta mi abuelo me contaba las anécdotas".
Eso pensó por un breve momento, hasta que la idea de que algo no estaba bien le siguió molestando, no obstante, el tiempo seguía avanzando y ni los lideres, ni la realeza harían algo al respecto por averiguar la verdad de lo sucedido.
La curiosidad es algo que siempre ha estado inerte en los humanos y Bernie no sería la excepción, después de varios años de trabajar para el reino y ser testigo de diferentes situaciones, las personas forjan su carácter, pero el hecho de querer saber más nunca se iría.
— "¿Cuál es la verdad? ¿Debería preocuparme por lo que paso? ¿Debo seguir mi vida como si nada hubiera pasado? ¿ O lo lamentare al final del día?". —Eso y más cosas le cruzaron por su mente. —" Debo hacer algo por las personas inocentes que perecieron ese día, por mis compañeros y para que nada de esto vuelva a ocurrir".
Tras un largo recorrido por la ciudad, Bernie se dirigió al oeste, a donde se encontraba su residencia.
—Debo ir por mi equipo, todas mis armas de cuando fui parte de la guardia real se encuentran ahí.
Varios minutos después llego a su hogar, cansado por el largo camino y por sobre pensar demasiado las cosas, el hombre se despojó de su vestimenta con la cual realizaba misiones extraoficiales. Tras pasar un par de minutos sentado en una silla observando a la nada decidió darse una ducha. En medio de la ducha se puso a pensar en los momentos que paso con sus camaradas y también en el día que fue expulsado del ejercito real por un crimen que no cometió.
Al salir se vistió con su antiguo uniforme y sus botas de color negro, tan resistentes como la gran voluntad de su difunto padre o eso era lo que él pensaba. Tras eso se recostó en su dormitorio y cayo rendido por algunas horas.
Esa misma noche hubo mucho viento y a la mañana siguiente una lluvia azoto la ciudad, algunas partes cercanas se vieron afectadas y terminaron inundadas, pero al vivir en una parte alta, Bernie no sufrió ningún altercado.
—" Hijo no tienes que hacer esto por obligación. Nadie te va a juzgar si decides hacer otra cosa".
—" Lo siento madre, te he fallado. Siento haberte hecho pasar por este sufrimiento, nada ni nadie quitara este dolor que hay dentro de mí".
Recuerdos del pasado atormentaban al pelirrojo mientras dormía, su madre de vez en cuando se le aparecía en sus sueños y el volvía a ser un niño cada vez que ocurría eso.
Al día siguiente despertó empapado de sudor, tal parece que el sueño le había afectado más en esta ocasión.
Se puso de pie rápidamente y se empezó a preparar para su viaje, tomo su espada, la enfundo en su cinturón, pero cuando se dirigía a tomar las provisiones para su viaje, alguien toco su puerta.
—¿Quién podrá ser?
Al abrir la puerta un rostro familiar realizo su aparición.
—Me alegro verte con vida Bernie. Alguien me dijo por ahí que te vio por la ciudad el día de ayer, así que, vine para cerciorarme.
Se sorprendió un poco e intento zafarse de la situación para evitar que entrara, sin embargo, no tuvo más remedio que dejarlo pasar.
—Si, como puedes ver sigo vivo. Ahora dime porque has venido en realidad.
Rápidamente el conocido de Bernie quitó la sonrisa de su rostro y fijó su mirada en él.
—Sé por lo que has pasado y también se lo que estas apunto de hacer.
Al escuchar sus palabras no pudo ocultar su rostro de sorpresa, no podía pensar que aquel viejo también le había contado lo mismo que a él, pero si no fuese así, quien más lo habría hecho.
—¿Cómo es que te enteraste? A caso...
Antes de que pudiera seguir hablando, su visitante lo interrumpió.
—¿Lo que pasó en la frontera y lo que tienes planeado hacer? Eso no importa viejo amigo, lo que importa es que vengo a ayudarte en tu misión.
Bernie no tenía la más mínima intención de llevarlo consigo, era demasiado raro y oportuna su llegada, sin embargo, no noto malas intenciones en él.
—No estoy seguro. Esta se suponía que sería una misión en solitario, además no sé muy bien que te traigas entre manos ni porque estás haciendo esto, pero nunca está demás un par de manos extra.
Acepto sin darle más vueltas al asunto, no obstante, no le quitaría los ojos de encima por si algo raro ocurría
—Me parece bien compañero. La vieja guardia real está de regreso.
Antes de que ambos salieran del lugar, Bernie detuvo a su visitante.
—Ethan, antes de que te vayas. Deberías dejar de aparentar esa personalidad, me estremezco de solo escucharte.
Rápidamente su rostro de felicidad cambio a uno más serio y con un tono de voz más grave.
—Es la costumbre, ya sabes, las personas se asustan con mi voz real.
Momentos después finalmente salieron de su hogar.
—Lo que tú digas hombre. Sé muy bien porque haces eso en realidad.
Al llegar a la salida sur de la ciudad, observo al cielo una última vez antes de partir.
—No hay que perder más el tiempo. Ya lo he desperdiciado lo suficiente durmiendo.
El camino que debían seguir estaba trazado, solo tenían que seguir las indicaciones de Viktor y averiguar lo que ocurrió.
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El Deseo Del Saber
Fantasy¿Qué estás dispuesta a sacrificar para cumplir tus deseos? El mundo te espera. Amor, odio, traición. Un sinfín de emociones se verán reflejadas por tus acciones. Diversos pueblos han sido atacados en las últimas semanas y una misteriosa organización...