Capítulo 5 : Encuentros

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En la ciudad subterránea del distrito central se encontraba el comandante del ejército, se dirigía al gran complejo el cual lleva por nombre "Tártaro", la mayor prisión del continente, con paredes exteriores que llegaban a medir cincuenta metros de alto y cinco de ancho.

—Me alegro de verlo comandante. A dónde se dirige el día de hoy.

El veterano hombre con su impecable uniforme de color negro y con bastantes medallas en él lo miró con suma tranquilidad, para después apuntar a un cartel que se encontraba a su izquierda.

—¿Subnivel 5? Muy bien, enseguida señor.

El complejo el cual tiene una forma circular, se compone de 5 subniveles. En el quinto que es a donde se dirigía el comandante, en ese nivel se encuentran los criminales de mayor peligro y en esa ocasión uno de esos sujetos tan peligrosos iba a ser visitado por el hombre con mayor rango en el ejército.

—Nos alegramos de verle señor, el sujeto ha estado bajo estricta vigilancia durante los últimos meses, lo hemos llevado a una sala adjunta. Cualquier cosa que necesite no dude en llamarnos.

Antes de entrar a la sala se deshizo de su cigarrillo tirándolo al suelo.

—No será necesario.

La sala era bastante amplia, con poca iluminación a excepción del centro de ella y el techo del mismo no era muy alto, bastante molesto para ciertas personas.

El avanzo hacia la luz y ahí estaba el hombre que buscaba, el mismo que podría tener respuestas a lo que estaba sucediendo actualmente.

—Pero que honor tener una audiencia con usted, comandante Rein Hohenheim, no esperaba verlo de nuevo.

Hohenheim, que no mostraba expresión alguna, caminó hacia él y lo empezó a rodear.

—Seré directo. Sabes algo de un grupo nuevo que ha estado causando estragos en los alrededores de la ciudad.

El preso sonrió al escuchar lo que le mencionaron y comenzó a reírse sin parar.

—Enserio me estas preguntando. Tan bajo has caído que me vienes a consultar sobre problemas externos a mí.

Después de escuchar la respuesta que le dieron se detuvo en seco y golpeó la mesa con furia.

—No estoy para tus estupideces. Háblame sobre lo que sepas y me largare de aquí.

El interrogado se levantó para acercarse al comandante hasta sentir la respiración del otro.

—Porque no usas mi nombre, Rein, acaso te recuerda lo que paso aquel terrible día.

Molesto el comandante lo tomó de la playera, pero antes de golpearlo se detuvo.

—No estoy aquí para que me reproches cosas del pasado, como mencionaste aquel día, cada uno de nosotros toma las decisiones que creemos son las correctas y viviremos con ello hasta el final de nuestros días.

—No es que quiera robarte tu tiempo, pero se nota que estas algo desesperado, muy bien, te daré la información que necesitas.

Pasaron bastantes minutos hablando al interior de la sala hasta que el comandante salió de ella para luego dirigirse a la superficie.

Tras su platica el preso sonrió y empezó a reír a carcajadas.

—Nos veremos luego, hermano.

~

En el distrito cuatro, Kaori y Adrián se dirigían al lugar acordado con Hannah.

—Ya casi llegamos, solo un par de metros más y después giramos a la derecha. —voltea a ver a Adrián el cual se miraba muy concentrado en el camino.

El Deseo Del SaberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora