Capítulo 36 : El Jardin de los Pecadores

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Al siguiente día después de haber llegado, se pudo observar al completo la maravilla arquitectónica en la que se encontraban, todo parecía sacado de una leyenda.

Había innumerables arquitecturas de un estilo Romano y en lo mal alto de la ciudad, el edificio más grande y vistoso se posicionaba, al parecer era lo que podría haber sido los aposentos del gobernante de este lugar.

En medio de todo, una gran plaza llenaba el lugar, ahí es donde se hospedaban la mayoría de los ciudadanos de Prima Tellus, en tiendas de campaña improvisadas.

Justo en los perímetros del reino varios pilares con cascadas artificiales adornaban todo en los alrededores.

Y al sur, una gran puerta de forma rectangular les daba la bienvenida a los nuevos visitantes o eso se suponía que hiciera.

—Hay muchas más cosas que no se ven a simple vista, este lugar es más inmenso de lo que puede parecer, por ahora será mejor que nos reunamos con el sujeto del que les hable.

Al terminar de hablar se dirigieron en dirigieron al edificio más grande, pero antes de llegar a las escaleras que los llevaban hasta arriba, dieron un rodeo por la derecha, caminaron algunos metros y viraron a la izquierda, hacia un jardín inmenso con incontables flores de todo tipo y al final de todo ese bello paisaje, el hombre antes mencionado los esperaba.

—Cada que avanzamos me sorprende más este lugar y pensar que existía un lugar así de bello en otro continente, las flores la hay de todo tipo, incluso hay muchas que ni siquiera conozco.

Justo a la mitad el camino hacia su objetivo, Yami observó algo que le llamó la atención y se dirigió hacia ahí.

—¿Que paso, Yami?

El joven se detuvo por un momento y se agachó, volvió su mirada hacia Alissa y este se le quedó viendo fijamente.

—¿Recuerdas haber escuchado sobre esta flor, Alissa?

La chica se acercó hacia él y cuando la observo, varios recuerdos volvieron a su mente.

—Si mal no recuerdo, según las leyendas, se denomina como la flor fantasma, jamás pensé que la vería con mis propios ojos.

El chico cerró ambos ojos y recitó una pequeña oración en voz baja.

—Hace tres años, después de aquella noche en la que fuimos atacados una chica llamada Annie y yo las vimos, según la leyenda cuando alguien observa esta flor, significa que algo muy grande se aproxima y por lo general eso nunca ha sido nada bueno.

Alissa abrió los ojos como si estuviera en shock por unos breves segundos y cayó al suelo.

—No puede ser, ¿Como pude haberme olvidado de ella? Hasta ahora jamás me pasó por la mente su estado actual, ni siquiera sé dónde se encuentra ahora mismo, maldición, espero y que la próxima vez que la vea me perdone por todo lo que ha pasado.

Yami se puso de pie y fue con su compañera a tratar de reconfortarla.

—No te preocupes, ella entenderá todo, solo hable por un par de minutos con ella, sin embargo, sé muy bien que es una persona de lo más amable....

Antes de que siguieran hablando el sujeto que se encontraba al final, empezó a caminar hacia ellos.

—Sean bienvenidos a "El Jardín de los Pecadores", me presento mi nombre es Soro y soy lo que podrían llamar, una especie de oráculo.

El hombre siguió caminando hacia ellos y conforme se iba acercando, se empezó a notar más o menos su edad, tenía alrededor de 60 años, al menos en apariencia humana, su cabello era blanco por las canas y su cara a pesar de la edad, aún no tenía demasiadas arrugas.

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